domingo, 21 de abril de 2013


Más sobre el cardenal ROUCO VARELA

 Desde que lo conozco, el cardenal ROUCO VARELA siempre me ha parecido un cenizo, un aguafiestas. Un ave de mal agüero. Con esa voz siempre abroncada, no sé si sería capaz de comunicar alguna alegría. Al escuchar su último discurso, me ha venido a la mente el duro reproche que el bueno de Juan XXIII hizo a tales personas. Vale la pena copiar las palabras del papa:
 En el cotidiano ejercicio de nuestro ministerio pastoral, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, llegan ciertas insinuaciones de almas que, aunque con celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Tales son quienes en los tiempos modernos no ven otra cosa que prevaricación y ruina. Dicen y repiten que nuestra hora, en comparación con las pasadas, ha empeorado, y así se comportan como quienes nada tienen que aprender de la historia… Mas nos parece necesario decir que disentimos de esos profetas de calamidades, que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos”.

 Abundando sobre este tema no dejen de leer la columna de Manuel Vicent “la hoguera” (El País, domingo 21 abril 2013)

“En plena desmoralización general… se acaba de incorporar la voz oscura y agorera del cardenal Rouco Varela exigiendo su tajada… Era lo que nos faltaba para alegrarnos la vida, un Savonarola de tercera, sobrevolando la crisis con alas de cuervo. Por lo visto no basta con la lacra social del paro, con la tragedia de los desahucios, con la pobreza que llama a la puerta de la clase media. Los obispos persisten en introducir el tormento de la moral en la conciencia de los católicos españoles con su exigencia fanática frente a la homosexualidad y el aborto… cuando ya no significan ningún problema para la mayoría de los ciudadanos”.

 Como contrapunto al discurso del cardenal, hay que leer también la Encuesta de Metroscopia  sobre “Papa Francisco y cambios en la Iglesia” (El País, domingo, 21 abril 2013) y el análisis que hace José Juan Toharia sobre datos muy reveladores de un tiempo radicalmente nuevo

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