domingo, 27 de octubre de 2013

Manuel Vicent y Carlos Boyero

DE AQUÍ Y DE ALLÁ

He aquí unos sustanciosos párrafos que copio de de Manuel Vicent y Carlos Boyero (El País 27 de Octubre 2013).
Del primero: “En esta crisis el Gobierno nos está aplicando la receta de los ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, la misma que se ejerce en los sótanos de las comisarías. A la angustia del rescate, al dolor de los recortes, al abismo de la pobreza, de pronto, le sigue el sonido de alegres campanas. Llega el Gobierno con un bocadillo de tortilla y se produce el vuelco psicológico, que podría darle, de nuevo, un montón de votos, porque gracias a habernos comportado como humildes ovejas, ya se ve luz verde en el fondo del matadero”.

Del segundo: “Casi prefiero la respuesta de Rajoy, de ese plagio de Groucho Marx, cuando le piden su opinión sobre la abolición de la doctrina Parot y farfulla: “Está lloviendo mucho”. Al menos, su desvergüenza provoca risa. Groucho también hubiera incorporado en su genial repertorio a Maduro al haber creado éste en Venezuela el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social. Nos queda El Roto. Su viñeta es el único editorial en el que creo, el veraz y tenebroso informativo diario sobre el estado de las cosas”.

sábado, 26 de octubre de 2013

¿ALGUIEN ECHA DE MENOS A ZAPATERO?


ZAPATERO

 ¿Quién le echa de menos? Carlos Boyero seguro que no, por lo que se deduce de su artículo publicado en El País del 26 Octubres 2013. Zapatero volvió a la escena el domingo pasado. Sus ojos de ingenuo asustadizo y su espalda de huesos aparentemente descuajaringados, siempre le dieron el aire de un muñeco de guiñol, manipulado vete tú a saber por qué hilos…
“Sospecho que nadie le echaba de menos después de su lamentable final de legislatura, después de aquella excesiva barbarie, digna de un cínico, un estúpido, o un jefe de Gobierno intolerablemente desinformado, en la que afirmó que no existía esa cosa denominada CRISIS. Esta había disfrutado de absoluta impunidad para ser creada (“tanto para ti y tanto para mí”… durante demasiados años la desvergonzada y fraternal regla común entre especuladores, banqueros y políticos). Ellos sabían quiénes eran los desgraciados que iban a pagar su salvaje coste. O sea, los de siempre.

sentí el asalto del rubor y también la mala hostia…”

viernes, 25 de octubre de 2013

Al papa le crecen los enanos


Al papa Francisco le crecen los enanos

 

Il Messaggero (22 Octubre 2013) trae la entrevista mantenida con monseñor Georg Gänswein, secretario privado del Papa Benedicto XVI y actual Prefecto de la Casa Pontificia. Declaraciones muy interesantes y clarificadoras.

De entrada, unas pinceladas sobre este personaje vaticano.

Monseñor Georg Gänswein, el secretario privado de Benedicto XVI (que ya lo fue del cardenal Ratzinger) es alto, rubio, atlético, seductor… Recuerda al arzobispo Ralph de Bricassart, de la serie televisiva “El pájaro espino”.

Don Giorgio, como familiarmente se le conoce en Roma, fue un perfecto desconocido hasta que las cámaras de televisión se fijaron en él durante la misa de la entronización de su mentor. Se recrearon en él y le dieron vida. El, bastante narcisista, se dejó querer. No obstante, ya era sobradamente conocido en Villa Tevere, bastión del Opus Dei, y en los salones de la aristocracia romana. Los que le han visto desenvolverse en esos ambientes, un tanto rancios para los tiempos que corren, cuentan y no acaban de su soltura y galantería con las princesas crepusculares, del gran desparpajo con que trata a las damas más o menos acartonadas, de su fluida conversación mundana, de sus chistes y ocurrencias que las hace reír, del modo tan distinguido con que se maneja con las copas de champagne y los canapés, etc.  Según aseguran, es un monsignore moderno, con gran estilo. Alguien (¿bien informado?) lo incluye entre los obispos con psicología de príncipes, burócratas de despacho, carreristas, politiqueros, que integran la corte papal, ¡esa lepra del papado! Nada que ver con el tipo de obispo con olor a oveja que preconiza el papa Francisco.

Ratzinger y su secretario nacieron en la católica Baviera, y eso, en cierto modo, debe de imprimir carácter. Son genéticamente católicos y biológicamente ultraconservadores. A algunos de los que hemos nacido en el Mediterráneo, el agua del bautismo no nos ha penetrado tan profundamente… Rascas y, ¡zas!, aparece el anima naturaliter pagana.

Ratzinger y Gänswein estudiaron en Friburgo y eludieron, en cuanto estuvo de su mano, las labores pastorales para las que Dios, quizá, no les había dotado. Monseñor Gänswein fue monitor de esquí en sus años de juventud y, según cuenta cierta prensa frívola, rompió unos cuantos corazones antes de ordenarse de sacerdote. Nada de extrañar. Aún hoy sus ojos azules y su metro ochenta hacen estragos; y no sólo entre las mujeres. Donatella Versace se inspiró en él para una de sus colecciones. La creadora comentó que quería hombres jóvenes de belleza angélica, elegantes, refinados, que muestren menos músculos y más espiritualidad (Habría que conocer qué entiende la Versace por espiritualidad). En el padre Georg (cuerpo atlético, cabellos rubios, boca grande y carnosa) ha encontrado ese sex symbol del siglo XXI que buscaba. Lo localizó en el Vaticano, en el entorno del pontífice, lo que le daba un plus impagable de publicidad. Modelos rubios, con trajes negros y camisas de cuello clerical y un look similar al de monseñor Gänswein, desfilaron en la pasarela de Milán. Los expertos, emocionados, se apresuraron a proclamar el nacimiento del “estilo padre Georg”.

Un buen amigo mío, conocedor de la Corte Vaticana por haber vivido en ella, dice que allí se lee más y con mayor provecho El Príncipe de Maquiavelo que el Evangelio de Jesús. No creo que, visto lo visto, esa afirmación vaya desencaminada ni escandalice a nadie. ¿Ratzinger, un papa en la sombra, como tanto se ha dicho? Hay evidentes indicios de todo lo contrario.

Benedicto XVI concibió un plan más terrenal de lo que aparece. Veamos:

1- Planificó minuciosamente su día de después: desde el tratamiento que quería recibir (Su Santidad), su vestimenta (sotana blanca), ¡hasta sus zapatos rojos! etc. Nada dejó a la improvisación. Ni esperó a que resolviera su sucesor.

2- Decidió por su cuenta quedarse en el Vaticano. ¿No había en su querida Baviera natal o en toda Alemania un monasterio apropiado donde retirarse? ¿No podía el gobierno alemán garantizar su seguridad, como se ha argumentado? Su sucesor, le gustara o no, se encontró ante hechos consumados.

3- Ratzinger el 7 de diciembre de 2012 nombró a Georg Gänswein Prefecto de la Casa Pontificia, cargo de gran responsabilidad: está a la cabeza de dicha Casa, controla la agenda del papa y supervisa todas las actividades que le conciernen. El 6 de enero de 2013 lo consagró arzobispo. ¿Por qué tantas prisas en consagrar obispo a su leal secretario y darle semejante cargo? ¿No hubiese sido más noble y lógico dejar que su sucesor cubriera a su gusto ese puesto? Con ese nombramiento, Benedicto XVI colocaba su topo en la casa del nuevo papa. Monseñor Gänswein (”le beau male”, como le aclaman sus admiradores) se convertía así en un estrecho lazo (un cualificado correveidile de ida y vuelta) entre Ratzinger y el nuevo papa. Monseñor Gänswein, desmintiendo tal cosa y quitando hierro al hecho consumado, se define a sí mismo como el hombre puente entre los dos papas. Puede que el papa Bergoglio, para desembarazarse discretamente de esa trampa, renunciase a los aposentos pontificios, donde estaría muy solo e indefenso, a merced de “camarillas”… ¿Recuerdan la camarilla polaca capitaneada por Stanisław Dziwisz que se apoderó del enfermo Juan Pablo II? El papa Bergoglio, con buen criterio, decidió quedarse en la residencia de Santa Marta, lugar mucho más aireado y seguro.

Benedicto XVI no se habría aislado y desentendido del mundanal Vaticano como se nos ha querido vender.

¿Serán estas elucubraciones puras fantasías? En estos meses hemos visto verdaderos culebrones en torno al papa Francisco que confirman que en el Vaticano la realidad supera a toda ficción.

Volvamos a Il Messaggero, a las declaraciones del Don Giorgio.

* Quién conoce a Benedicto XVI sabe que él nunca interfirió y no interfiere en el gobierno de la Iglesia, no es parte de su estilo. Si él lo dice… Excusatio non petita, accusatio manifesta.

* Don Giorgio añora el tiempo pasado: Después de 28 de febrero, cuando nos fuimos del Vaticano, comenzaron los días difíciles. Nunca olvidaré cuando apagué las luces del apartamento pontificio con lágrimas en los ojos... 

* Admito haber tenido alguna dificultad, alguna experiencia desagradable con respecto a los malentendidos y la envidia, pero las olas se han calmado. 

* Afortunadamente, con el nuevo Papa se creó inmediatamente una relación humana de afecto y estima, a pesar de que Benedicto XVI y el papa Francisco son personas con diferentes estilos y personalidades. Alguien quería interpretar estas diferencias en direcciones opuestas. (¿Irían desencaminados, me pregunto?)

* Estoy tratando de entender cada vez más lo que significa la expresión "Iglesia pobre", que se ha convertido en un elemento común en el ministerio petrino del Papa Bergoglio. Pero en primer lugar, no es una expresión sociológica, sino teológica (non è una espressione sociologica bensì teologica, al centro è il Cristo povero, e da lì segue tutto). Desde el primer momento, todos los conservadores y ultraconservadores han intentado restar importancia a esa interpretación sociológica de la pobreza (¿demasiado humana para ser cristiana?). Y eso que el papa Francisco dejó bien claro que los enfermos, los marginados, los emigrantes, los desheredados de este mundo… ¿No son los pobres en sentido estricto a los que el papa llama la carne de Cristo?

* Sobre la revolución que está ocurriendo. A monseñor Gänswein hablar de revolución le parece un slogan fácil. ¡Cosa de los medios! Claro que algunos gestos y las iniciativas Papa Francesco han sorprendido y todavía sorprenden. Sin embargo, es normal que un cambio de pontificado traiga consigo cambios en diferentes niveles… Pero esto no es una revoluciónQuesta non è però una rivoluzione, è semplicemente un atto di governo e di responsabilità». Don Gorgio no quiere oír hablar de la "revolución" del papa Francisco, porque, según él, sería "engañoso".  La revolución, en todo caso, ya había comenzado con Benedicto XVI… ¡¡Vivir para ver!!
         Últimamente, Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (nombrado por el papa Ratzinger) llevó públicamente la contraria al papa Francisco respecto la posibilidad de administrar la comunión a los divorciados. El arzobispo hizo estas manifestaciones en un artículo publicado en L'Osservatore Romano. Sus declaraciones muestran la opinión tradicional del ala dura de la Curia, distinta a la que manifestó el papa, dispuesto a realizar reformas en la Iglesia.

 Cada día que pasa, al papa Francisco le crecen los enanos.


 




 

 

 

 

lunes, 21 de octubre de 2013

Que el árbol no impida ver el bosque


¿Es posible la Iglesia de los pobres?

 Mucho se ha hablado estos días de Franz-Peter Tebartz-van Elst, obispo alemán de Limburgo, que ha saltado a los medios de comunicación por su escandalosa fijación por el lujo y el despilfarro. Tebartz-van Elst es el contra-tipo de obispo que predica el papa Francisco.
¡Que el árbol no nos impida ver el bosque!
¿Cómo es posible que este obispo (mansión principesca a costa de los millones hurtados a las aportaciones de sus fieles, obsesionado por el lujo, de vida pomposa, con todas las agravantes que se quiera…) haya escandalizado a todo el mundo? Lo único que ha hecho es vivir al modo principesco que ha visto en “su” mundo. ¿Cómo viven los obispos, arzobispos y cardenales de Alemania? ¿Cómo viven los obispos, arzobispos y cardenales en España? ¿No son la mayoría de ellos obispos con psicología de príncipes, burócratas de despacho, carreristas en busca incansable de los primeros puestos, politiqueros, que se creen dueños de la voluntad de Dios? ¿Tan pronto nos hemos olvidado del cardenal Ricard María Carles? Vive en un palacete, con chófer, secretaria, personal de servicio y un Audi 6. ¡No es el director ejecutivo de una multinacional, sino el cardenal emérito de Barcelona! ¿Tan pronto nos hemos olvidado del cardenal Agustín García Gasco y sus “pías memorias”, tinglado de fundaciones cuya finalidad era disponer a su antojo de las millonarias dejas y donaciones? ¿Ya nos hemos olvidado de las inmatriculaciones? Esa fiebre codiciosa que se ha despertado en muchos obispos por apropiarse de los bienes del pueblo ¡e incluso de la mismísima Mezquita de Córdoba! “La avaricia lleva a la idolatría”, ha dicho el papa Francisco. ¿Ya nos hemos olvidado de las afiladas uñas del cardenal Rouco, amenazando con Caritas si se rebajan un ápice los privilegios de la Iglesia en España? (El Foro de Curas de Madrid pide urgentemente que el relevo de Rouco sea un obispo del que se pueda decir que es cristiano). ¿Se escandaliza alguien de la vida palaciega que viven y en la que se desenvuelven los obispos, arzobispos y cardenales de la Corte Vaticana?La Corte es la lepra del papado", ha asegurado el papa Francisco. ¿Se escandaliza alguien de Villa Tevere, la espléndida y lujosa sede generalicia del Opus Dei? Ocho palacios que forman un complejo tan inmenso que el mismo monseñor Escrivá solía hacer la siguiente observación: “Os aseguro que puedo tomar a un cardenal en la entrada principal, llevarle a buen paso a través de las instalaciones, pararnos media hora para comer en uno de los doce comedores que hay, seguir la visita, y dejarle salir por la puerta de atrás a la hora de la cena, sin tan siquiera haber visto ni la mitad de la casa”. ¿Nos escandalizamos de las lujosas residencias y del tren de vida que llevan los miembros del Opus Dei, los Legionarios de Cristo y tantos y tantos otros institutos y congregaciones que llenan los países del Primer Mundo? ¿Se escandaliza alguien de que los obispos (incluidos algunos de los países del Tercer Mundo) vivan en palacios ¡con salón del trono incluido!? “Los jefes de la Iglesia han sido a menudo narcisistas, adulados por sus cortesanos” (Bergoglio dixit). Tan acostumbrados estamos de ver los palacios y la vida regalada de estos mandatarios religiosos que no nos damos cuenta de que todos ellos son la más palmaria negación del Evangelio.
Jesús dijo: “Es más fácil que una camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos” Lucas 18,25. Mayor dificultad entraña, si cabe, que la Iglesia se convierta en la Iglesia de los pobres.
Desde los tiempos del emperador Constantino (quizá desde los mismísimos apóstoles que codiciaban y discutían por los primeros puestos), los obispos siempre han buscado el lujo, la riqueza y el poder. Habrá honrosas excepciones, no lo dudo.
Francisco de Asís (cuyo nombre y actitudes evangélicas parece dispuesto a retomar el papa Bergoglio), constató que los monjes de su tiempo habían convertido sus monasterios en verdaderos reductos de poder, donde sus abades vivían y se comportaban como príncipes de este mundo. Por eso no quiso que sus frailes tuviesen casas. Se comienza construyéndolas; poco a poco se pasa a llenarlas de cosas superfluas; luego se atiborran sus estancias de lujos y riquezas… y se acaba por considerar todo eso como justos y merecidos derechos. Al final, se ven obligados a coger las armas para defender sus privilegios, destruyendo de ese modo la paz que Cristo trajo a este mundo.
El papa Inocencio III (considerado por algunos el fundador de los Estados pontificios) vio un enemigo en Francisco de Asís y en sus ideas “revolucionarias”, un atentado contra su concepción hierática de la Iglesia. No se fió un pelo del fraile. ¿Qué era eso de no tener más regla que el Evangelio? ¡Dios sabe adónde iría a parar la Corte Papal y la Iglesia si alguien no le paraba los pies! Y se los paró en seco. Le cambió el Evangelio por una Regla, políticamente correcta… De entonce acá mucha agua ha corrido bajo los puentes, pero poco o nada ha cambiado la mentalidad de la jerarquía católica. ¿Transformó algo el Concilio de Trento? ¿Cambió algo el Vaticano II?
“Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” Mt 8,20. Esta es la respuesta a un escriba que deseaba ser su discípulo.
Probablemente Jesús no inventó ese estilo de vida sino que optó por él. Cuando Jesús descubrió la vida de aquellos “hijos del Hombre que no tenían dónde reclinar la cabeza” se hizo uno de ellos. Voluntariamente se situó en la periferia, donde se encontraban los pobres, los enfermos, los leprosos, los ciegos, los pecadores, los marginados, los desheredados de este mundo…  Quiso compartir su suerte y ofreció su vida para aliviar sus penas y sufrimientos: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré" Mt 11,28. La única forma que tenía Jesús de estar con los pobres es hacerse uno de ellos. Asumió su causa y su suerte no para predicarles la resignación sino para enseñarles a luchar por su dignidad. Seguir a Jesús, ser sus discípulos, supone ser capaces de vivir en lo esencial (sin lo superfluo), provisionalmente, sin la coraza de seguridad que da las posesiones de este mundo.
José M. Castillo ha escrito: La comisión de ocho cardenales, que ha designado el papa Francisco, trabaja intensamente estos días para ofrecer a los cristianos un proyecto de renovación de la Iglesia… Todo esto es conveniente, es importante, es sobre todo necesario. Pero, resolviendo los problemas administrativos, que se refieren a la gestión y al gobierno de la Iglesia, ¿con eso, nada más, esta Iglesia que tenemos va a responder a las cuestiones de fondo que hoy se plantean tantas personas de buena voluntad, que le buscan un sentido a sus vidas y una solución a este mundo tan desquiciado? … el problema capital, que aquí encontramos, está en que el centro de la vida de la Iglesia no es el Evangelio, sino la Religión, con sus “dogmas”, sus “leyes” y sus “ritos”… el problema no se resuelve manteniendo los “dogmas”, reforzando las “leyes”, y haciendo que los “ritos” resulten más solemnes o más fáciles... Todo esto no servirá sino para que la Religión cobre fuerza y la gente sea más “religiosa”… seremos más “religiosos” pero menos “evangélicos”. Si algo hay claro en los evangelios, es que Jesús se puso de parte de los enfermos, de los pobres y de los marginados enfrentándose a muerte con la Religión…”
Después de estas consideraciones y vistos los pasos ¿dubitativos? hacia adelante y hacia atrás, que va dando el papa Francisco [como último botón de muestra, ahí está la solemne y masiva beatificación de los Mártires Españoles del Siglo XX donde el papa salió del paso con un anodino mensaje (dicho con todo respeto), mientras que el cardenal Angelo Amato, su “enviado adlatere”, purpurado de la vieja guardia, se recreaba en una larga homilía, repleta de soflamas político-religiosas] he llegado a la conclusión de que la sombra del gatopardo se cierne sobre el vaticano.
"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi" (Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie). La paradoja expuesta por Giuseppe Tomasi di Lampedusa significa: "cambiar todo para que nada cambie".
Desde entonces, se llama "gatopardista" al político que inicia una transformación revolucionaria pero que en la práctica sólo intenta alterar superficialmente las estructuras de poder, conservando intencionadamente lo esencial de dichas estructuras.
¿Será el caso del papa Francisco? ¿Podrá imponerse a las poderosas fuerzas que le son adversas? ¿En qué quedará esa Iglesia de los pobres que él añora? Ahí están, como decía, las recientes beatificaciones de Tarragona y la del ultraconservador Juan Pablo II que se espera… Me parece que ese “discernimiento” ignaciano del que tanto se habla, no le funciona del todo. En la Iglesia puede que quepan y se puedan integrar distintas “sensibilidades”, pero no hay que confundir sensibilidades diferentes con distintas y opuestas “concepciones de Iglesia”. No se puede servir a dos señores… Jesús no trató de complacer a todos. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. No trató de congraciarse con la religión oficial. Habló claro (sí, si; no, no) y tomo una decisión y un único camino. Por eso lo crucificaron. ¿Le ha fallado al papa el “discernimiento” ignaciano? ¿Acabará la Intendencia Vaticana (de la que habla Celso Alcaína) con el papa Francisco?
 

viernes, 18 de octubre de 2013

MENTIRA, LA DROGA DEL PP


REIR POR NO LLORAR

 Juan José Millás siempre sorprende por su ingenio mordaz. Hay que leer el artículo El mono que aprieta” que publica El País (18 Octubre 2013). Sólo unas frases.

 "Rajoy miente, Montoro miente, Guindos miente, Sáenz de Santamaría miente…
La relación del PP con la mentira es la del toxicómano con la droga. Vive para ella, alrededor de ella, solo piensa en la dosis próxima… Cuando Rajoy dice en Japón que que Fukushima no supone riesgo reactivo… lleva, entre viajes y cambios horarios, más de 48 horas sin mentir. A ver qué drogadicto aguanta eso. Los ministros y los responsables del partido se pasan las mentiras unos a otros como el que pasa una papelina por debajo de la mesa… Hay subsecretarios y directores generales que al no tener la oportunidad de mentir ante las cámaras… se retiran al cuarto de baño y se dicen las mentiras a sí mismos, frente al espejo, como el que desaparece un rato para meterse unas rayas.

lunes, 14 de octubre de 2013

A propósito de las beatificaciones


LA SOMBRA DEL GATOPARDO

¿SE CIERNE SOBRE EL VATICANO?

 Después de escuchar el anodino mensaje (dicho con todo respeto) del papa Francisco y larga homilía, repleta de soflamas político-religiosas del cardenal Angelo Amato, purpurado de la vieja guardia, con motivo de la solemne y masiva beatificación de los Mártires Españoles del Siglo XX, y de leer los comentarios que sobre dicho acontecimiento han escrito José Mª Castillo, José Manuel Vidal, Antonio Duato, Celso Alcaina (interesante y clarificador artículo sobre la Intendencia en el Vaticano) y tantas otras personas que merecen toda mi confianza, he llegado a la conclusión de que la sombra del gatopardo se cierne sobre el vaticano.

"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi" (Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie). La paradoja expuesta por Giuseppe Tomasi di Lampedusa significa: "cambiar todo para que nada cambie".

Desde entonces, se llama "gatopardista" al político que inicia una transformación revolucionaria pero que en la práctica sólo intenta alterar superficialmente las estructuras de poder, conservando intencionadamente lo esencial de dichas estructuras.

¿Será el caso del papa Francisco? Ahí están las recientes beatificaciones de Tarragona y la del ultraconservador Juan Pablo II que se espera… Me parece que ese “discernimiento” ignaciano del que tanto habla, no le ha funcionado en lo que respecta a las canonizaciones. En la Iglesia puede que quepan distintas “sensibilidades”, pero no hay que confundir con distintas y opuestas “concepciones de Iglesia”. No se puede contentar a todos. Jesús no trató de complacer a todos. No trató de congraciarse con la religión oficial. Habló claro (sí, si; no, no) y tomo un único camino. Por eso lo crucificaron. ¡ Ay Dios mío! ¿Le ha fallado al papa el “discernimiento” ignaciano? ¿Acabará la Intendencia Vaticana (de la que habla Celso Alcaína) con el papa Francisco?

 

domingo, 13 de octubre de 2013

Hans Küng y el Gran Inquisidor


EL ENFERMO HANS KÜNG Y EL GRAN INQUISIDOR

Hans Küng, el gran teólogo católico, tiene 85 años y sufre una enfermedad de Parkinson degenerativa muy avanzada. Ante el temor fundado de que la enfermedad destruya en él lo que considera una vida digna y humana, ha confesado: “No estoy cansado de la vida sino harto de vivir”. Ha proclamado el derecho del hombre a morir dignamente de muerte asistida. Ha reabierto el debatido tema de la eutanasia.

Pero no es la eutanasia el motivo de mi breve reflexión, sino las declaraciones que, sobre el caso Hans Küng, ha vertido, G. Müller, Prefecto de la Doctrina de la Fe (antiguo Tribunal de la Inquisición / Santo Oficio). Lejos de meterse en la piel del otro, de tratar de entenderlo, de compadecerse, de atenderlo, acompañándolo en su dolor y trance supremo, ha reaccionado con la inhumanidad a la que nos tiene acostumbrados esa funesta institución. Lo ha juzgado de acuerdo con la normativa vigente del viejo Santo Oficio, recordando al teólogo suizo que Dios es el único dueño de nuestra vida, y que por tanto la eutanasia no es ética ni legal.

Veo una contradicción entre la actitud de este Inquisidor y la postura evangélica que el papa Francisco ha proclamado públicamente: ¿Quién soy yo para juzgar a nadie? Sus palabras han causado asombro, por lo insólitas y osadas. Sin embargo, esa doctrina responde a las enseñanzas de Jesús: “No juzguéis para que no seáis juzgados” (Mt.7,1). Amigo, ¿quién me ha hecho juez entre vosotros?” (Lc 12, 13-14).

 Me pregunto ¿cuál de las dos es la voz de Roma?

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Religión? ¡No. Gracias!


LA RENOVACIÓN QUE NECESITAMOS

 Extractos del artículo de José M. Castillo

 La comisión de ocho cardenales, que ha designado el papa Francisco, trabaja intensamente estos días para ofrecer a los cristianos un proyecto de renovación de la Iglesia. No sabemos lo que, en concreto, están preparando y, por tanto, lo que nos van a ofrecer…

Por supuesto, todo esto es conveniente, es importante, es sobre todo necesario. Pero, resolviendo los problemas administrativos, que se refieren a la gestión y al gobierno de la Iglesia, ¿con eso, nada más, esta Iglesia que tenemos va a responder a las cuestiones de fondo que hoy se plantean tantas personas de buena voluntad, que le buscan un sentido a sus vidas y una solución a este mundo tan desquiciado?

… el problema capital, que aquí encontramos, está en que el centro de la vida de la Iglesia no es el Evangelio, sino la Religión, con sus “dogmas”, sus “leyes” y sus “ritos”. Esto supuesto, el problema no se resuelve manteniendo los “dogmas”, reforzando las “leyes”, y haciendo que los “ritos” resulten más solemnes o más fáciles... Todo esto no servirá sino para que la Religión cobre fuerza y la gente sea más “religiosa”… seremos más “religiosos” pero menos “evangélicos”.

 Si algo hay claro en los evangelios, es que Jesús se puso de parte de los enfermos, de los pobres y de los marginados enfrentándose a muerte con la Religión… En la Iglesia tenemos miedo a afrontar esta toma de postura que asumió Jesús… Tenemos miedo a quedarnos sin religión… Tenemos miedo, sobre todo, a tomar en serio las palabras tremendas que, un día, Dietrich Bonhoeffer escribió desde la cárcel del Tegel, poco antes de ser asesinado por los nazis: “Dios nos hace saber que hemos de vivir como hombres que logran vivir sin Dios. ¡El Dios que está con nosotros es el Dios que nos abandona (Mc 15, 34)! Dios, clavado en la cruz, permite que lo echen del mundo. Dios es impotente y débil en el mundo, y precisamente sólo así está Dios con nosotros y nos ayuda… Cristo no nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y por sus sufrimientos”.  

Lo que nos da miedo es quedarnos… sin dogmas, ni leyes, ni ritos a que agarrarnos, sino únicamente con nuestra identificación con el inmenso sufrimiento de los demás, el inmenso sufrimiento de este mundo en el que tanto se sufre.   

 

jueves, 10 de octubre de 2013

"Le Monde" habla del papa


El papa Francisco visto por “Le Monde”


Del artículo firmado por Sylvie Kauffmann, directora editorial de Le Monde,
extraemos algunas frases:

* Un nuevo animal político se está imponiendo en la escena mediática mundial.

* Visibilidad óptima, sonrisa cálida, verbo hábil, mensaje impactante, el papa Francisco ha conquistado, en el lapso de seis meses, un auditorio que supera ampliamente el de sus fieles.

* A los 77 años, tiene incuestionablemente eso que los profesionales norteamericanos de las relaciones públicas llaman el star power.

* Habla mucho y libremente. Besa, acaricia, bromea, escribe cartas, llama por teléfono, tuitea; y lo más importante: sorprende.

* ¿Qué hará el papa Francisco con su star power? ¿Podrá reformar la Iglesia en profundidad? ¿Será el papa del renacimiento de la comunidad católica?

* Sus gestos de austeridad y sencillez indudablemente tuvieron efecto. También los conceptos que sumó a su mensaje: pobreza, misericordia, discernimiento.

*Tratándose de la Iglesia Católica, estos símbolos no son por sí mismos garantías de cambio.

* Kauffmann, compara al papa Francisco con Mikhail Gorbachov, quien también fue puesto por sus pares al frente de un Imperio en crisis y también sorprendió con gestos inesperados, una audacia nueva en la expresión y el estilo, y promesas de reformas que suscitaron esperanzas muy locas fuera de su país.

* Kauffmann apela a otra comparación: con Xi Jinping, el nuevo presidente de China. La editorialista cita a George Yeo (católico de Singapur, nombrado recientemente por el papa como miembro de la comisión que se ocupará de las cuestiones financieras de la Santa Sede). George Yeo, experto en China, dijo que el papa Francisco y Xi Jinping tienen a su cargo un quinto de la humanidad. China y la Iglesia son ancianas y administradas por mandarines. Ambas aspiran al liderazgo moral. Yeo también dice que tanto la Santa Sede como China están muy atadas al centralismo democrático, consistente en escuchar todas las opiniones de la base pero tomar la decisión arriba.

* El diario concluye: No le deseamos al Papa la suerte de Mikhail Gorbachov (que renunció). Esperamos con impaciencia un encuentro cumbre de Francisco y Xi.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Almudena Grandes versus Jueza Alaya

Jueza Alaya 10 – Almudena Grandes 0

 Mercedes Alaya, jueza que investiga la trama de los ERES, ha sido objeto de críticas y comentarios injustos por parte de políticos socialistas de la Junta de Andalucía e incluso del poder judicial para desacreditarla. El viernes (4 de octubre 2013), la jueza ha vuelto a ser objeto de un ataque con menciones a su físico por parte de la escritora Almudena Grandes, autoproclamada feminista, que escribe para la Cadena Ser. "Cada semana Almudena Grandes nos ayuda a pensar", subtitula sin pudor la emisora.
 He aquí la columna de referencia:
“Era la mujer perfecta. Por su tenacidad, por su resistencia, por su peluquería, por su maquillaje, por su habilidad para combinar prendas y complementos al entrar en su juzgado como si avanzara por una alfombra roja. Abanderada de una feminidad empachosa, su estética empezó a inquietarme mucho antes que su ética. Una madre de familia, con un empleo exigente, cuyo rostro jamás revela el menor signo de cansancio físico a las ocho de la mañana, o no es humana, o no es de fiar.
Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
Les prometo que no voy a hablar de los jueces todas las semanas, pero comprenderán que hoy me pregunte, ¿y ahora, qué? La trayectoria previa de Alaya y este nuevo escándalo consolidan la impresión de un estado donde el poder judicial parece directamente sometido a los dictados del gobierno. ¿Se puede llamar a eso democracia? El viernes pasado me acordé de Cicerón. Hoy, recuerdo a Montesquieu. ¿Y el próximo? Al menos, la verdad sobre Alaya reconfortará a las mujeres imperfectas de España, todas esas madres con ojeras que salen de casa sin haber tenido tiempo para peinarse, y se pintan de mala manera en la parada del autobús".
 He aquí, algunos comentarios que he podido leer:
* Nunca hubiera imaginado de una mujer tan feminista como Almudena Grandes un ataque tan propio del más retrógrado machismo cavernícola.
* Los prejuicios hacia el aspecto exterior de la juez vertidos por la autora de esta columna resultan vergonzosamente patéticos y trasnochados.
* Almudena Grandes manifiesta su complejo de inferioridad y su rabia falsamente contenida contra Alaya. Esto no sólo la deja en ridículo sino que engrandece las virtudes de la juez. El ataque ha sido todo un bumerán para la escritora que se ha retratado a sí misma.
 Y ahora mi glosa:
Almudena Grandes termina su artículo, acordándose de Cicerón. Yo me he acordado de Horacio, de aquella frase suya que dice: “Aliquando bonus dormitat Homerus” que podemos traducir: De vez en cuando incluso el gran Homero se despista, comete errores. Quiero pensar que ese ha sido el caso de la famosa escritora.

martes, 8 de octubre de 2013

A VUELTAS CON LA "CRUZADA"


¿LA CANONIZACION DE UNA CRUZADA?

El 13 de octubre de 2013 tendrá lugar en Tarragona la ceremonia de beatificación de mártires del s. XX a España.

Los mártires merecen toda nuestra consideración y respeto. No puedo decir lo mismo de los organizadores del magno evento y la finalidad que se proponen. Aquellos sacerdotes, religiosos y seglares murieron por su fe. No cabe la menor duda. “¿Por qué tenemos que huir y escondernos, si no hemos hecho mal a nadie?”, se preguntaron. Esa pregunta, precisamente, es la que Rouco, con la Conferencia Episcopal bajo sus órdenes, no ha explicado ni dado cumplida respuesta.

¿Por qué tanto odio contra los curas y la religión?

He aquí una de las explicaciones simplistas que se ha dado: “Tanto odio se debió a la ignorancia y poca educación de esa gente. Si a eso se une su falta de conformidad con la voluntad de Dios… Sin la Ley de Dios y los buenos principios de la religión, frenos que reprimen los malos instintos, no es de extrañar que aflorase el resentimiento y la envidia. El odio acabó arrasándolo todo: vidas y bienes”.

El papa Wojtyla llegó a la conclusión de que la Iglesia debía pedir perdón sin exigir nada a cambio. Sus viajes, demasiado teatrales, también estuvieron acompañados de los mea culpa que entonó públicamente. Recuerdo sus palabras en Moravia, en mayo de 1995: Hoy el papa de la Iglesia de Roma, en nombre de todos los católicos, pide perdón por los males que hemos causado a los no católicos. Y este mea culpa, en términos más o menos parecidos, lo repitió un centenar de veces. Esta actitud de Wojtyla ni fue sugerida por su Curia ni secundada. Por el contrario, hubo cardenales que la criticaron duramente, inquietos y desorientados ante la perspectiva de que la Historia de la Iglesia fuese interpretada como una serie ininterrumpida de culpas y pecados.

Hasta ese momento, ni un solo episcopado había hecho una relectura crítica de la historia de la Iglesia en su país, ni se había atrevido a hacer declaraciones equivalentes. Al día de hoy, el episcopado español, con Rouco a la cabeza, ni siquiera se lo plantea, sigue mirando hacia otra parte.

En la Jornada Jubilar del Perdón que tuvo lugar en la plaza de san Pedro el año 2000, Juan Pablo II, en nombre de toda la Iglesia, imploró la misericordia de Dios por las omisiones y los pecados con los que los católicos se habían manchado las manos.

 El episcopado español actuó de manera ejemplar durante aquella santa cruzada. Erre que erre, se empeña en defenderlo el episcopado español de ahora. Hizo todo lo que estuvo de su mano para evitar el desastre que al final sucedió. Su actitud fue la correcta. No hay más que leer las cartas pastorales de aquellos años, y sobre todo la colectiva de 1937.

No quiero entrar en disquisiciones sobre la cruzada, como el cardenal Gomá calificó la sublevación de Franco y la guerra civil subsiguiente. Cuando cada cual ya tiene tomada su posición, las discusiones sólo sirven para enervar los ánimos. Apoyándome, sin embargo, en la campaña del perdón de Juan Pablo II, quiero hacer una breve reflexión sobre el caso particular de España.

Si estudiásemos, al pie de la letra, la famosa carta colectiva de los obispos españoles, sin tener en cuenta otras fuentes y otros hechos, llegaríamos a la errónea conclusión de que nuestros obispos nunca habían roto un plato. Yo propondría, ahora mismo, incoar el proceso de canonización de todos aquellos venerables obispos. Según ellos, la Iglesia no tuvo nada que ver con el odio y la ferocidad que se desató contra ella. No obstante, tengo para mí, que aquella Iglesia no fue tan inocente como se la retrata. Si la Iglesia jerárquica hubiese predicado y vivido el Evangelio, si hubiese hecho su opción preferencial por los pobres, ¿los desheredados, los marginados, se hubiesen revuelto contra ella? Los obispos españoles no hicieron esa opción sino la contraria. Lamentablemente; equivocada todas luces. Se aliaron, sin escrúpulos, con los ricos y los poderosos de este mundo; como después hemos visto que han hecho los obispos de otras partes (con honrosas excepciones): en Chile y en Argentina, por ejemplo.

Si los obispos hubiesen aplicado la teología de la liberación (que antes de que los teólogos diesen con ella, bien clara y manifiesta aparece en el mensaje de Jesús)… Si se hubiesen puesto de parte de los pobres, otros hubiesen sido los verdugos de esos sacerdotes mártires (Me viene a la memoria el caso del arzobispo Oscar Romero). La Iglesia española, desde siglos atrás, siempre estuvo de parte de los ricos y de los poderosos.

Con ocasión de la magna beatificación de mártires que tendrá lugar en Tarragona, habrá que recordar lo derechona que siempre ha sido la Iglesia. Pío VI se opuso a la “Declaración de los derechos del hombre” por considerarlos un ataque a la religión. Aquella postura papal, que hoy sería insostenible, se mantuvo durante el siglo XIX y fue la doctrina oficial que aplicaron todos los episcopados, incluido el español. Las clases altas y adineradas de la sociedad (desde siempre unidas a la Iglesia), tampoco aceptaron la Declaración de los derechos del hombre. León XIII, en su encíclica Quod Apostolici, se lamentaba de que los socialistas afirmasen que todos los hombres son por naturaleza iguales. ¡Qué monstruosidad, todos los hombres son iguales! Pío X, asustado, enseñaba en su encíclica Vehementer que el derecho y la autoridad residen en solo la jerarquía. ¡No en el pueblo sino en la jerarquía!  En cuanto a la multitud (¿masa?, ¿populacho?), ese santo pontífice enseñaba que no tenía otro derecho que dejarse conducir y seguir dócilmente a sus pastores. ¡El pueblo sin derecho a opinar y decidir; rebajado a la condición de rebaño! Estas doctrinas pontificias, y otras peores, alimentaron a obispos y clérigos hasta el final de la segunda guerra mundial. ¿Es de extrañar que en ese contexto histórico, en semejante ambiente, apareciese gente desarrapada, impíos e iconoclastas, que cuestionase esas reglas sagradas que les perjudicaban, y las hiciesen saltar por los aires? ¿Cómo iban a admitir que la pobreza y la miseria había que soportarlas con resignación porque esa era la voluntad de Dios? ¿Cómo iban a aceptar que las desigualdades e injusticias formasen parte del orden natural de las cosas? No nos extrañemos, pues, que la Iglesia que sembró aquellos vientos recogiese esas tempestades. Así lo advertía ya la Sagrada Escritura: el sembrador de vientos recogerá torbellinos para su ruina.

El odio y la barbarie de esas masas lo sembraron los obispos con su adoctrinamiento asfixiante y su comportamiento antievangélico. ¿No se ha preguntado, alguna vez, el cardenal Rouco o su fiel escudero, monseñor Martínez Camino, el tinte político y reaccionario que podía tener aquel ¡Viva Cristo Rey! que gritaban los mártires ante el pelotón que los ejecutaba? ¿Insinúo que los obispos fueron los verdaderos verdugos de esos mártires? Verdugos suena demasiado fuerte, pero algo de culpa sí que tuvieron.

Reconozcan los obispos de hoy (siguiendo el ejemplo del papa Juan Pablo II) la culpa, error, desidia, o como se quiera llamar, que tuvieron los obispos de ayer. La sangre de esos mártires que tan fastuosamente se van a beatificar también les salpica a ellos. Echo de menos que los obispos españoles no hayan aprovechado este magno acontecimiento para entonar públicamente su mea culpa, siguiendo el ejemplo de Juan Pablo II. Sólo en ese contexto, la beatificación de estos mártires cobraría algún sentido y sería provechosa para todos. Sin embargo, han utilizado a los mártires para sus intereses políticos, para reforzar su poder y apuntalar una Iglesia que se tambalea.

domingo, 6 de octubre de 2013

A vueltas con Tàpies


Con permiso de Manuel Vicent

Como cada domingo leo con atención y deleite la columna que Manuel Vicent escribe en El País. Qué bien escribe, qué estilo tan fresco y vibrante; qué reflexiones tan llenas de sentido común… Hoy (6/10/2013), sin embargo, no entro en el fondo de “Rebeldía”, que dejo a la consideración de los lectores, y me centro en el siguiente párrafo:

“… no es el artista quien crea el arte; el verdadero creador es quien lo contempla. A partir de aquí ya vale todo. En cualquier basurero se hallan las mismas luces exquisitas que despide un cuadro de Matisse; el hierro de un garrote vil iluminado con luz cenital en el podido de una galería puede pasar por una escultura de Chillida o de Julio González; una pared sucia es un Tàpies si uno decide que así sea…”

                   Pues bien, sin intención de molestar al maestro Vicent y esperando que perdone mi atrevimiento, voy a cambiar los términos de su último ejemplo:
Un Tàpies puede pasar por una pared sucia, si uno decide que así sea.

 “Crearse un mundo a la medida con una mirada nueva puede aplicarse a todos los órdenes de la vida.”

 

sábado, 5 de octubre de 2013

A propósito de Tapies


TÀPIES Y EL PAPANATISMO

 

La Real Academia Española de la lengua define el papanatismo como actitud que consiste en admirar algo o a alguien de manera excesiva, simple y poco crítica. En ese sentido lo tomamos aquí. El País de ayer (4/10/2013) publica un artículo de Tereixa Constenla a propósito de que el Guggenheim Bilbao acoge una gran muestra de ese artista. Siempre me ha parecido que sobre Tàpies (y no sólo) hay mucho papanatismo. Según algunos críticos que permanecen en el anonimato para evitar represiones: “Tàpies lo que verdaderamente amaba era el dinero, si hubiera amado el arte hubiera sido algo más exigente con la calidad de sus obras, que además de pueriles son reiterativas hasta la saciedad, un producto del marketing. Que cada cual opine como quiera. Esto me ha traído a la memoria un capítulo de mi novela “Aurelia Sonsoles, una alcaldesa redonda” que hace referencia a Tàpies. Lo extracto a continuación como recreo, pasatiempo y solaz de mis lectores.

 

LA NUVEL VAGUE DEL EXTREÑIMIENTO

- Cuando llegue ese día -había dicho la alcaldesa a sus concejales- hay que estar a la altura de las circunstancias. Sin embargo, me inquieta que nuestros conciudadanos y conciudadanas hayan perdido su amor por el arte. ¡Habrá que hacer algo, Benedicta!

Doña Benedicta-Tu-Eres organizó a los pocos días una magna exposición de arte postmoderno. Antes de abrirla al públio, dio una conferencia con proyección de diapositivas en pantalla gigante y sonido dodecaédrico al claustro de profesores,

- Las obras de arte aquí expuestas  -les dijo entre otras muchas cosas- son la negación de la univocidad clásica, a la vez que fiel reflejo de la sinonimización de la otredad. Para ello, los artistas han empleado una semiótica que aísla la representación visual mítica de lo que sería una simple y vulgar visualización magnética del “autre art”. Vous comprenez?  -se le escapó. Por el silencio que reinaba en la sala, doña Benedicta-Tu-Eres dedujo que la audiencia estaba entregada- La importancia trascendente del automatismo psíquico y el mondus faciendi sígnico-cultural se plasman en técnicas matéricas cuya especificidad epigonal, riqueza cromática, textura telúrica y elegancia compositiva, superan los recursos descriptivos casi a nivel estratográficos, de toda la pintura anterior, desde Rafaello hasta nuestros días…  -hizo una pausa- Federico, pasa a la otra dispositiva que se verá mejor.

Clic-cla, pasó a la otra diapositiva.

- Ésa no, que está al revés.

Clic-clac, la puso panza arriba.

- ¿Tú qué ves? Yo diría que es un orinal colmado de mierda que chorrea por todas partes.

- ¡No seas bestia! Está claro que no has entendido nada.

Prosiguió doña Benedicta con su lección magistral, paseándose arriba y abajo por la tarima. Cada vez que cortaba con su cuerpo el haz del proyector, en su cara aparecía empotrado el orinal del cuadro.

- Te das cuenta, pura mierda hiperrealista.

- Los autores aquí representados, con su temática varia y dispárica técnica  -siguió, entusiasmada, la directora-, coinciden en los mismos registros de refrescante factura, formas y colores orgánico-esquematizantes y una carga simbiótica de honestidad metasomática, de la que, por desgracia, prescindieron los pintores del Quinquecento italiano…

Los docentes jóvenes y los más viejos   se miraron perplejos, sin atreverse a carraspear.

- Es verdad  -unos cabeceaban como cabestros, dándoselas de entendidos.

- Non capisco niente  -dijo, levantando un poco la voz, el profesor de italiano.

- Merde!  -exclamó, filosófico, el profesor de Matemáticas.

Los más, acunados por el sonsonete de la Benedicta y la penumbra de la sala, dormían plácidamente.

A la salida de la conferencia, un diletante con ínfulas, expresaba su opinión:

- A decir verdad, yo me he perdido un poco en lo de la sinonimización de la otredad, pero, por lo demás, muy bien. La conferencia ha sido maravillosa.

- Paparruchadas, eso es lo que ha dicho esta señora  -declaró sin ambages el profesor de Lengua.

Entraron a la sala de la exposición. Doña Benedicta-Tu-Eres les iba haciendo puntuales observaciones sobre la marcha:

- Fíjense en la sutileza de ese trazo telúrico. Con qué rotundidad Pere Pons afirma sus convicciones eco-políticas… Se diría que le salen de lo más hondo del alma.

Todos se afanaban por meter las narices en el cuadro.

- Vean esa masa amazacotadamente cromática. ¿No sienten la angustia psicótica de la libertad humana?

¡Ooooh! exclamaban algunos. Otros, menos afortunados, confesaban no ver absolutamente nada y, con encomiable humildad, pedían a la Virgen de Fátima que les abriese los ojos.

- No es cuestión de abrir los ojos  -intervino doña Benedicta al ver que algunos se ponían colirios para dilatar sus pupilas-; por el contrario hay que cerrarlos casi del todo y mirar a través de esa rendija. Así, así, como los chinitos…  -hecha esta aclaración, siguió-: Miren la verticalidad truncada de ese marrón y cómo los rojos, ocres y grises desafían el equilibrio de la atmósfera esperpéntica del cuadro. Pocos como Sanderson han alcanzado la cima más pura y dionisíaca de la abstracción. Quizá nuestro ínclito Tàpies con sus trazos rotundos y cristológicos.

- Pues yo sólo veo un trozo de saco y unos periódicos viejos y arrugados; por cierto, periódicos del año del catapún.

- Calla, Méndez, que tú eres un pueblerino  -le disculpó un colega.

Dona Benedicta se sintió profundamente dolida y humillada por aquel comentario. Parpadeó con sus pestañas cargadas de rimel y con su mirada atigrada fulminó al pobre maestro de pueblo.

- No se hizo la miel para la boca del asno  -oyeron algunos que dijo; a otros les pareció escuchar-: No se echan las margaritas a los cerdos.

Bien fuese asno o cerdo el insulto que entre dientes dirigió al docente rural, lo cierto es que doña Benedicta cerró su boca, y tanto apretó sus labios siliconados que formaron una especie de chorizo rojo; puro chorizo ibérico. A partir de ese momento ya no dijo ni mu. Al despedirse, la conservadora del museo les recomendó que volviesen con sus alumnos.

Los maestros, deprimidos, decidieron reciclarse y ponerse al día; se suscribieron a una revista de arte que se vendía en los kioscos por fascículos; y cada jueves, en vez de las prácticas de sexología, proyectaban a sus alumnos vídeos de arte porstmoderno. Aurelia, la alcaldesa, en su línea de promover la cultura, creó el Día de las Bellas Artes. Cada año se celebraría con actos festivos a los que asistiría personalmente para darle mayor lustre y relieve. Aquel año, cuando llegó el Día de las Bellas Artes, la alcaldesa con toda la corporación municipal se dirigió al gran museo de la ciudad. A sus puertas la esperaban Benedicta-Tu-Eres y una multitud de escolares con sus padres y profesores. Bajó Aurelia de su flamante bicicleta con gran regocijo de su sillín e inmediatamente fue a saludar a la directora del museo.

- Muá, muá  -dio dos sonoros besos al aire, procurando no estropear el maquillaje de su amiga-. Chica, ¿quién te ha preparado la mascarilla de rejuvenecimiento que llevas puesta?

- Si me guardas el secreto, te lo digo.

- Soy una tumba.

- Giorgio Mariconelli, el que hace los vaciados a los prohombres que finan.

Mientras intercambiaban estos saludos de bienvenida, la banda musical interpretó un himno compuesto ex profeso para la ocasión a base de ruidos, golpes, chirridos, pitidos y desafinamientos. La gente veía la pasión con que los músicos se aplicaban a aquella extraña partitura, pero no entendían nada. Al finalizar, no sabían si aplaudir o echar a correr. Optaron por correr a palos al director y su banda. Aurelia, para calmar los ánimos y evitar una carnicería, se subió al monumento “A la libre expresión” (una escalera desvencijada apuntalada con viguetas de cemento) y gritó desde lo más alto:

- Conciudadanos, calma y serenidad  -su voz le salió zarrapastrosa y las erres tremendamente guturales, como si la lengua la tuviese sucia,-. Don Guperto Cascales ha interpretado el himno a las Bellas Artes, que él mismo ha compuesto. ¡Tremendamente original! No creáis que no tiene mérito desafinar y armonizar a la vez todos los instrumentos. Seis meses se han pasado ensayando todas las tardes. Lo que ocurre es que nuestros oídos no están habituados a esta música postmoderna, y muchos (lo digo sin ánimo de faltar) quizá tienen tapones de cera en sus orejas -hizo una breve pausa-. Para evitar futuros sobresaltos, crearemos también el Día del Buen Oído; así, poco a poco, lo iréis afinando.

Los concejales, que durante 180 días habían sufrido los terroríficos ensayos, acudieron a la exposición con tapones de oídos puestos, por eso fueron los únicos que aplaudieron la interpretación. Ya todos más calmados, Aurelia se dispuso a cortar la cinta inaugural que, para evitar disputas, la había encargado de 25 metros, de ese modo, ningún concejal se quedó sin el recuerdo. Cortada la cinta, doña Benedicta y doña Aurelia, cogidas de la mano, entraron en el museo. Las dos llevaban pamelas desproporcionadas, de tal modo que continuamente chocaban e impedían ver los cuadros a los que venían detrás.

- Fíjate, Aurelia  -la tuteó familiarmente la directora- en ese vigoro trazo.

- Parece hecho con brocha gorda.

- Efectivamente. Es lo que se conoce como la técnica del pincel agresivo. Los autores postmodernos la utilizan mucho como revulsivo al pincel rafaelesco, demasiado convencional y sensiblero.

- Visto un cuadro, vistos todos  -comentó por lo bajini un concejal que se escaqueó a la cafetería.

Aún no habían pasado a la segunda sala, cuando llegó fuera de sí Pascual Daoiz, vigilante del museo.

- ¿Qué pasa Pascualón?  -le preguntó doña Benedicta, torciendo el cuello porque su pamela le impedía verlo.

- Unos niños han descompuesto el Armario  de Tàpies.

 En ese mueble se acumulaban en desorden calcetines, pantalones, chaquetas, pañuelos y camisas, tan reales que despedían un olor pestilente.

- ¿Quéeee? ¡Mein Gott, esa obra no la cubre el seguro!

Las dos pamelas, cimbreantes, corrieron al lugar de los hechos. Unos escolares, al ver el armario desventrado y la ropa sucia por los suelos, la habían recogido y metido en el armario.

- Qué Katastrophe, mein Gott!  -exclamó en alemán por estar muy bien visto en el círculo en que ella se desenvolvía; y se desmayó.

- Así quedaba la sala más aseada -razonaron con sentido común los niños, sorprendidos por el revuelo.

Le dieron sales a la Benedicta, le enderezaron la pamela y la ayudaron a ponerse otra vez sobre los tacones de aguja.

- ¿Pero qué pasa?  -le preguntó Aurelia, que tampoco alcanzaba a comprender.

- Imagínate  -le dijo mientras discretamente se recomponía el pelo y la mascarilla, ayudada de un espejito-. El autor de la obra Armario con ropa raída de presos políticos murió hace dos años. ¿Quién puede ahora recomponer el original? ¿Quién puede desparramar por el suelo las camisas y los calzoncillos con la creatividad que él lo hizo? Estos niños son unos Bilderstürmer,

- Bilder ¿qué?

- Unos iconoclastas, han destrozado una de las mejores obras de arte de este siglo.

- No te lo tomes tan a pecho, Benedicta-Tu-Eres. Los niños lo han hecho con la mejor intención. Además, había algunos calzoncillos que pedían a gritos una lavadora.

-Precisamente en esos calzoncillos sucios, cagaléricos, residía la máxima originalidad de la composición.

- De todos modos  -trató Aurelia de tranquilizarla-, si abres de nuevo el armario y echas otra vez por el suelo la ropa sucia, la gente no se va a enterar si el cuadro original era así o asá. La gente no hila tan fino.

- Aurelia, es cuestión de sensibilidad… De todos modos, lo vamos a intentar.

Doña Benedicta-Tu-Eres dirigió la reconstrucción del cuadro. Con gran esmero, y guiándose por la fotografía que aparecía en el catálogo, desparramaron por el suelo las camisas, camisetas y los calzoncillos cagaléricos.

- Ves qué compuesto ha quedado todo.

Aurelia se recolocó su cimbreante palmera y prosiguieron el recorrido, pasando a la siguiente sala.

- ¿Y eso?  -señaló, enfadada, la alcaldesa- ¿No han tenido tiempo de guardar esas cajas de embalaje en el almacén?

- ¡Aurelia!  -exclamó, escandaliza doña Benedicta- Es la escultura del famoso Navarrete el ciego.

- ¿Y qué representa?

- ¡Nada!

- ¿Nada de nada?

- Bueno, algunos expertos ven en ese montón de cajas vacías, La España invertebrada de la que hablaron Ortega y Gasset. Si te fijas, aquella pequeña con la abolladura es Gibraltar; aquella otra, Cataluña, esta de acá, un poco espachurrada, Castilla La Mancha…

- ¡Quién lo diría! ¿Y ese cuadro?  -señaló la alcaldesa una tela de colores tétricos, tachada con una gran cruz roja, que colgaba sola y solemne de una pared- ¿Qué ha pasado? ¿Algún sabotaje? ¿La ha embadurnado algún gamberro?

- ¡¡Es La gran Europa de Antoni Tàpies!! Nos la ha prestado el Georges Pompidou.

Aún con la exclamación, rezumándole en la boca, llegó corriendo, con la lengua fuera y babeante, otro vigilante del museo.

- ¡Señora Jiménez de La Marjal, se ha electrocutado un niño!

- Qué Katastrophe, mein Gott  -se echó las manos a la pamela- Eso ha sido La Sierpe Sideral  -y se fue corriendo hacia allá, seguida de Aurelia.

La Sierpe Sideral era una escultura eléctrica compuesta por elementos fluorescentes de distintos colores en forma de zig-zag. Su autor, el famosísimo Sir Shit Asshole, había pasado ocho días con sus correspondientes noches disponiendo en el pavimento uno a uno los ciento cincuenta tubos de que se componía. Cuando doña Aurelia doña Benedicta llegaron, aún chisporroteaba por varios puntos la instalación.

-  Ooooh la unfortunate Sidereal Snake  -exclamó doña Benedicta, agarrándose fuertemente del brazo de Aurelia para no caer al suelo con otro de sus desvanecimientos.

- Señora Jiménez de La Marjal  -le dijo el electricista del museo- ya le advertí yo a sir Asshole que los tubos por el suelo eran un peligro. Le propuse colgarlos por las paredes, como debe ser, incluso del techo, pero sir Asshole erre que erre. Es un cabezota.

Benedicta-Tu-Eres, sin tener en cuenta que en un rincón berreaba, medio electrocutado, el escolar, se lamentaba desconsoladamente.

- Aurelia, no tengo la menor duda de que hay una conspiración contra mí.

- ¿Conspiración?

- Si, ma cherí; una black hand. Me han estropeado de forma irrecuperable el Armario de Tàpies y ahora la Sierpe Sideral.

El electricista, por su cuenta y para evitar mayores males, desenchufó los cables; y doña Benedicta no tuvo más remedio que cerrar temporalmente las salas.

- Esperaremos a que sir Shit Asshole regrese de Viena y pueda recomponer La Sierpe Sideral.

Los comentarios de los visitantes hirieron los oídos de doña Benedicta, sobre todo porque procedían de menores sin malicia.

- Mira  -decía una jovencita a su compañera, señalando un precioso marco vacío-, aquí se han olvidado de colocar cuadro.

- No, mujer. Aquí dice: Visión infinitesimal del Abismo. 1ª Aproximación.

Poco a poco se rompió el silencio reverencial del inicio. Ya nadie se privaba de exponer en alta voz sus opiniones y comentarios burlescos.

- Venid y veréis  -llegaba de otra sala un escolar en busca de sus compañeros-. He encontrado un cuadro con arroz con pollo. Debe ser una paella disecada.

- No seas animal  -le corrigieron cuando se plantaron delante de la obra de arte- ¿No sabes leer? Aquí dice Puesta de Sol en Estambul.

- Decid lo que queráis, pero esos son granos de arroz, y eso bajocas verdes; incluso hay judiones… Si queréis se lo preguntamos a doña Benedicta-Tu-Eres.

- ¡Arrea, aquí hay un rollo de papel higiénico, colgando de la pared. Yo diría que más de uno lo ha usado por los pedazos que se ven en ese rincón.

- Esta exposición es una buena mierda; por eso han puesto un rollo de papel higiénico para que la gente se limpie después de verla.

Unos más, otros menos, todos tomaron a chirigota aquellas pinturas y esculturas. Aurelia, que tanta esperanza había puesto en su Día de las Bellas Artes, se sintió frustrada y le flaquearon las piernas. Se sentó en una silla que encontrón en un rincón.

- Querida Aurelia, te estás sentando en una escultura de Lorenzini  -la recriminó su amiga, doña Benedicta.

- Porque tú lo dices; pero como ésta tengo yo media docena en mi casa.

La alcaldesa se levantó a duras penas, con la pamela completamente desestabilizada, que le daba un aire de picador de toros.

- ¿Quedan aún más salas?  -dio un bufido de vaca aburrida.

- Ven, te reservo una sorpresa  -tiro del brazo y tras Aurelia se fue también la silla de Lorenzini.

La llevó a una sala cuadrangular en cuyo centro había una descomunal aceitera de hierro herrumbroso que echaba un chorrito de agua.

- ¿Y esto?  -preguntó Aurelia, perdida toda curiosidad.

- ¿No lo adivinas?  -sonrió Benedicta, satisfecha- ¿De veras no sabes lo que es? ¿No te lo imaginas? Ta-chín-ta-chín  -dijo Benedicta y tiró de la cortinilla que ocultaba una placa. Leyó solemnemente la inscripción- “A la alcaldesa doña Aurelia Sonsoles”.

- ¿Ésa soy yo?  -sacó Aurelia su voz cavernosa y se le desplomó la pamela.

La directora del museo, que no esperaba esa reacción de su amiga, trató de explicarle el gran valor artístico de la obra.

- Bueno, verás. El escultor Bernardino Cifuentes, del que todo el mundo habla… Yo le facilité un sinfín de fotografías tuyas y algunas de tus biografías que se han publicado… Y fruto de todo ese estudio es este estupendo retrato tuyo.

- ¿Me estás diciendo que esa aceitera panzuda soy yo?  -preguntó Aurelia a punto de explotar.

- No exactamente  -la calmó doña Benedicta-Tu-Eres- Esa aceitera, como tú la llamas, es la estereotipación asigmática de tu magma personal. Ahí se pueden ver, comprimidos, los valores cívicos y espirituales que concurren en ti.

- ¿Y ese chorrito?

- ¡Ah, ese chorrito! Es el ramalazo folclórico-católico que exhala tu persona; ¿o es que ya has olvidado que fuiste investida canóniga bernarda?

- Bueno, si es así…

Aurelia, con tantas sorpresas para un solo acto, pensó dar por concluida su visita.

- Estoy desolada, Aurelia  -lloriqueó la directora del museo-. Este pueblo nuestro es talmente inculto y cerril… En el año de la cultura, nuestra ciudad hará el ridículo más espantoso.

- Sosiégate, mujer; ya se me ocurrirá algo.

Tan pronto como se fue doña Benedicta, Aurelia cogió su móvil y, después de hurgar entre los pelos de su rubicunda cabellera amazacotada de laca, logró aplicárselo a la oreja.

- Aló?, profesor Semper  -se esforzó en modular su voz de la forma más femenina posible.

- Oui, mademoiselle  -pensó el otro que le llamaba una modelo que había conocido en una pasarela de París.

- Soy la alcaldesa  -se identificó, tomando su tono y timbre normal.

- A sus pies, doña Aurelia  -dijo, desilusionado.

La alcaldesa le adelantó en pocas palabras lo ocurrido en el museo y sus temores. A los pocos minutos, lo tenía sentado en su despacho.

- Según la teoría del profesor Misinsky…  -se puso a teorizar el tal Semper, moviendo a izquierda y derecha su bella colita de caballo, trenzada con los pelos de su cogote.

- Estése quieto, profesor, que me marea con tanto bamboleo.

El catedrático con una mano se cogió el mechón cogotil y con la otra se puso a escarbarlo cuidadosamente como si estuviese buscando liendres. Siguió con su exposición:

- El acto de defecar, mi querida señora  -siguió exponiendo su teoría sobre el arte-, no es tan solo una necesidad fisiológica, Es un impulso íntimamente relacionado con la psijé. Cuando se defeca, subconscientemente, uno se rebela contra toda autoridad civil y religiosa, rompe con los lazos parentales…

- ¿Y qué pasa, mi querido profesor, si uno va estreñido?

- Observación inteligente  -le dijo, y se dispuso a contestarla-. El estreñimiento, en contra de la apreciación vulgar, no reside en el ocularis anus, sino en el lóbulo cerebral izquierdo. Ahí se producen las células estringes que son las que lo provocan. En definitiva, es la dependencia edípica la que impide la normal evacuación  -al advertir que los párpados de Aurelia se iban cerrando cual nacarada persiana, abrevió-: A lo que íbamos. Defecar es un acto relajante, liberador y eminentemente creativo. El retrete, señora, ha sido el lugar donde filósofos y sabios se han recluido para elaborar sus teorías. Allí los pintores, como Rafael o Miguel Ángel, concibieron sus obras maestras.

- ¿También el tal Tàpies? -le interrumpió.

- ¿Dónde cree que escriben sus encíclicas los papas? Hasta los santos y los místicos recibieron sus revelaciones sentados en sus excusados… ¡Qué sería del mundo sin retretes!

- Dígame, profesor, también hay algún tipo de supositorio…

- Andamos en ello  -contestó, dando un coletazo afirmativo y siguió con su tema-. Si reorientamos el tiempo que los chicos pasan en los excusados, podríamos obtener resultados espectaculares.

Siguiendo las sabias indicaciones del profesor Semper, se repartieron por todos los colegios lotes de un papel higiénico especial. Cada rollo llevaba impreso, como fotogramas de una película, todos los cuadros del museo que habían sufrido rechazo.

- Los chicos  -le explicó el profesor a la alcaldesa-, en vez de pintar grafitis por las paredes mientras evacuan, repasarán una y otra vez el papel que tienen en sus manos. Sin darse cuenta se familiarizarán con el arte postmoderno.

Para lograr una mayor eficacia se nombraron profesores cuya misión consistía en pasearse por la zona de servicios y animar a los estreñidos. Todos los conocían por el mote de “aleop”, grito que iban repitiendo cada treinta y tres segundos. Desde que se introdujo el “papel higiénico ilustrado”, era frecuente escuchar conversaciones como éstas:

- Hoy me ha tocado un Asshole.

- Yo me he limpiado el culo con un Tàpies,

- Oye, Rogelio, tú, ¿con qué te lo has limpiado?

- ¡Qué suerte la mía! Hoy me ha tocado un Piiii-jo.

- ¿Cómo?

- Un Piiii-jo-láááááán. Andrés Pijolán.

- ¡Qué suerte!

- ¡Qué descanso!

Al cabo de tres meses de estas pruebas se pasó a la segunda fase. A los chicos que iban a mayores se les entregaba un bloc de dibujo y una caja de lápices de colores. Mientras estaban aposentados, esperando pacientemente que se produjese el deseado descendimiento, debían dedicarse a pintar, aprovechando momento de tanta concentración y potente creatividad. Con el fin de que permaneciesen en ese nirvana el mayor tiempo posible, el profesor Semper mandó modificar los menús del comedor. Las dietas debían incluir manzanas, granadas, membrillos y toda clase de frutas astringentes. Pronto se comprobó la bondad del método (la media de estancia pasó de 15 a 30 minutos) y la calidad de las pinturas.

Con las hojas emborronadas por los muchachos, doña Benedicta montó una exposición. Las pinturas producidas por los colegiales se colocaron junto a cuadros de pintores famosos, siguiendo criterios de similitud. El resultado fue extraordinario. Nadie lo hubiese podido imaginar. Por primera vez en la historia del museo local se formaron colas kilométricas. Los padres y las madres y las abuelas iban de acá para allá mostrando los cuadros de sus familiares.

- Ven y verás el cuadro que ha pintado mi hijo  -cogiéndole del brazo lo arrastraba hasta la pared donde estaba colgado y lo señalaba con orgullo.

- Pinta como Antonio Tapies.

- Qué dices; es talmente un Federico Gurrumino.

Predominaban las pinturas a la cera, pero también había otras cuyos osados materiales nadie quiso averiguar. Tampoco era difícil deducir, habida cuenta de que tres conservadores se paseaban por las salas con un ambientador en la mano. Flissss, flissss.

 En el catálogo que se editó, doña Benedicta-Tu-Eres tuvo la gran idea de emplear por vez primera la expresión la constipation vague que pronto eclipsó a las anteriores nouveles vagues. Estos peintres débutantes también tuvieron, como era de esperar, sus detractores que los englobaron en un despectivo mouvement merde o mouvement cacá. Dimes y diretes aparte, todos los críticos coincidían que los pintores constipés superaban en cinismo y provocación a los pintores dadaistas.

- Al fin he logrado despertar entre mis conciudadanos el amor al arte  -dijo doña Aurelia en el discurso de clausura-. Satisfecha y tranquila puedo afrontar el reto que supone la nominación de nuestra ciudad como capital europea de bienes culturales inmateriales.

Doña Benedicta-Tu-Eres preparó otra conferencia titulada Influencia del estreñimiento en el arte contemporáneo. ¿Cambian los gustos y los pigmentos? A partir de las teorías del profesor Misinsky, se había producido la que sería conocida como la tercera revolución de las bellas artes. Sin embargo, ciertos expertos vieron la inconsistencia de aquella grande bulle de merde y temieron que algún día explotase y acabara ensuciando a tout le monde. La alcaldesa, asesorada por el doctor Semper y por la directora del museo municipal, obvió las críticas, seducida por el éxito del fenómeno del estreñimiento. Instituyó para su ciudad el Día del General Estreñimiento, que se celebraría cada 13 de septiembre, a la espera de que la ONU, a su vez, la hiciese extensiva a toda la humanidad.