jueves, 25 de abril de 2013


A propósito de la tan cacareada “austeridad”

 Del artículo “Breve historia de la austeridad” (El País, jueves 25 abril 2013) del siempre interesante Josep Ramoneda, copio algunos fragmentos del texto.

 La austeridad es una palabra con aura de virtud… También es una palabra asociada al sufrimiento…

Las políticas de austeridad llegan siempre después de períodos en que, desde los mismos lugares en que ahora se apela al rigor y a la virtud, se ha estado invitando al consumo sin límites…

El ciudadano cuyo dinero era objeto permanente del deseo de los bancos y del comercio, de pronto se sintió acusado de irresponsabilidad y despilfarrador, condenado a pagar por sus excesos…

En el colmo del discurso de la culpa, aparece el argumento de la herencia: nosotros hemos vivido por encima de nuestras posibilidades…

Poco a poco, la ciudadanía va recuperando la voz, a medida que las políticas de austeridad van sembrando el paisaje de injusticias fragantes…

La razón despierta y cada vez son más los que advierten que el camino conduce a ninguna parte…

Mariano Rajoy prepara el terreno para que los ciudadanos acepten un nuevo envite de recortes y sacrificios, con uno de estos ejercicios de ambigüedad calculada con los que tan a menudo los que gobiernan expresan su desdén para con los ciudadanos…

Todo ello en un país exhausto en lo económico y en lo político… y que tiene paralizada la ineludible reforma política con la coartada de que la prioridad está en la economía.

Nunca un país ha hecho grandes cambios en tiempos de bonanza. Es cuando las cosas no funcionan cuando se entiende la necesidad de modificarlas…

Es lo que la ciudadanía está empezando a exigir. Y exigirá cada vez más, ante el clima de asfixia de un país estancado, vapuleado por la austeridad.

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