viernes, 31 de agosto de 2012

XV ANIVERSARIO DE LA MUERTA DE LA PRINCESA DE GALES

Hoy se cumplen esos años de su muerte. Inspirándome en aquel acontecimiento  y todo lo que lo rodeó, escribí una novela, revisada en el 2003, que titulé, provisionalmente:

El milagro de la Princesa 
He aquí una breve sinopsis. Una niña ciega recobra la vista, presenciando el entierro de la princesa Diana de Gales por TV. Este supuesto milagro forma parte sustancial de la trama. La Princesa de Gales no murió en el accidente, sino su doble, cuya vida se narra en la novela. Pero ¿donde está la verdadera princesa?  Ha desaparecido. La Reina y el servicio secreto inglés que están en el secreto del hecho y prefieren mantener a toda costa la versión oficial,  tendrán que hacerse con la Princesa…  El Vaticano (que ha transformado la Iglesia en una entidad completamente mediática) trata de apropiarse de la fama de la princesa muerta y de su supuesto “milagro”. Es una historia rocambolesca, llena de intriga, que critica lo virtual en que se ha convertido el mundo y también la Iglesia.

miércoles, 29 de agosto de 2012


SINOPSIS de mi novela inédita  "EL ABOGADO DEL DIABLO"

¿El papa, los cardenales, creen en Dios o sólo en el poder terrenal de la Iglesia a la que pertenecen?

El protagonista de esta novela es un cardenal descreído que está al frente de la Causa de los Santos. A sus manos llega el proceso de beatificación Juan Pablo II, y se toma a pecho ejercer con honradez y responsabilidad su oficio de “abogado del diablo”. El Vaticano ve en su meticulosa actuación un obstáculo a sus intereses.

En sus confesiones, el cardenal nos irá descubriendo los puntos flacos y oscuros de la vida real de ese papa y sus milagros; y los amaños e intereses no santos que hay detrás de su beatificación. ¿La muerte de su íntimo colaborador, el sacerdote que él tanto estimaba, fue accidental o provocada para doblegarle? Todo esto lo cuenta con detalle de investigador policíaco a la vez que nos desvela su evolución personal hacia la pérdida total de la fe.

 

 

martes, 28 de agosto de 2012


Una carta reconfortante a proposito de mi novela "SANGRE"

 
He recibido una carta entrañable (por lo inesperada y por su espontaneidad) de un lector: don Ernesto Ángel García López, del CSIC. Con su permiso reproduzco a continuación algunos párrafos:

 No me extraña que con la "caña" que el autor da al Opus y, en alguna menor medida, a buena parte de la curia vaticana (muy merecidas ambas, en mi opinión) haya encontrado multitud de problemas para publicarla en España…

Me considero buen conocedor del Opus. No en vano estudié biología (entre 1967 y 1971) en la Universidad de Navarra, pasé tres años en el Colegio Mayor Belagua (CMB) y conozco la Clínica Universitaria. Aunque no sabía nada de la existencia de la Cuarta Planta, estoy convencido de su existencia, tal y como relata el autor. Mientras estaba en el CMB, tuve la oportunidad de conocer a Escrivá de Balaguer en carne mortal (no recuerdo si en 1968 o 1969). Después de asistir a diversas reuniones y actos, llegué a la conclusión de que sus totalmente enfervorecidos seguidores no eran cristianos sino Padrianos. Aunque ahora no recuerdo en qué página Francisco Asensi comenta algo parecido, es obvio que, con distintas denominaciones, coincidimos plenamente. 

 Por cuestiones profesionales me han interesado particularmente los aspectos científicos de la sangre "licuable" de S. Pantaleón y S. Genaro y, con mucho gusto, he podido comprobar la veracidad de las referencias bibliográficas (en particular, el trabajo de Nature) y de los investigadores mencionados en la novela. De hecho, cuando tenga un poco de tiempo libre pienso "fabricar" unos cuantos mililitros de "pseudosangre", con la fórmula detallada que se ofrece en alguna otra publicación (además de la ya mencionada de Nature) para comprobar la tixotropia por mí mismo y bromear con la familia y amigos. 

 Para terminar, sólo felicitarles por el excelente trabajo de ambos, tanto el del autor como el del editor. Obviamente pueden usar mis comentarios a su conveniencia. Difundiré su magnífica novela entre mis conocidos.
Un cordial saludo.
Ernesto 

viernes, 24 de agosto de 2012


Lo que cuesta poner una ciudad en el mapa

La alcaldesa de Valencia, Rita Barbera, y el ex honorable Francisco Camps tuvieron la brillante y alocada idea de colocar la ciudad de Valencia en el centro del mapamundi. ¡Que todo el mundo nos conozca! No les dolió prendas: monumentos faraónicos (como los firmados por el Brunelleschi de Benimamet, etc.) o eventos internaciones (Fórmula 1 o la Visita del papa, etc). En efecto, todo el mundo habla (¿bien?) de Valencia… Hasta los astronautas la ven desde el espacio, de tanta contaminación lumínica. Esta feria de las vanidades ha costó a los valencianos millones de euros, que se fueron por los sumideros del despilfarro y la corrupción.

En cambio, mira por donde, Borja (la ciudad zaragozana de 5000 habitantes) ha saltado a los medios de comunicación internacionales sin que a su ayuntamiento le haya costado un euro. Ha sido suficiente con que Cecilia Giménez se haya puesto a restaurar, con más tesón que Leonardo da Vici, el “Ecce Homo” de su pueblo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Quinto Horacio Flaco (siglo I a.c.)
Fue un poeta reflexivo. Los principales temas que trata en su poesía son el elogio de una vida retirada («beatus ille») y la invitación de gozar de la vida («carpe diem»). Pues bien, lo saco a colación porque tiene una frase, que ni pintada para lo que  sigue. Dice así:
 Quamquam ridentem dicere verum, quid vetat?
(¿Qué impide decir las verdades, riendo?)

Así, pues, en estos tiempos de crisis (en concreto durante este verano de bochorno, en todos los sentidos de la palabra) no dejéis de leer en El País

*LAS RELACIONES IMPOSIBLES de Juan José millás.
 Este viernes 17 de agosto: BENEDICTO XVI-TARSICIO BERTONE:UNA SITUACION INFERNAL

*LEANDRO, EL FANTASMA DE LA  MONCLOA de José María Izquierdo
Este viernes, VERY WEL, BARACK, VERY WELL

Interpretando a Horacio, ¿qué nos impide enterarnos de las verdades y reirnos al mismo tiempo?

martes, 14 de agosto de 2012


El malo de la película vaticana: ¡Paoleto, el mayordomo del papa!

 EL VATICANO, HEREJÍA DEL CRISTIANISMO
Juan José Tamayo
(Extractos del artículo publicado en “el periodico de Cataluña”, 14 de agosto de 2012)


Yo creo que la Iglesia constituye el primer fracaso de Jesús el Galileo, que puso en marcha un movimiento igualitario de hombres y mujeres, nacido en la “Galilea de los gentiles”, contrahegemónico, ubicado en los márgenes de la sociedad y de la religión judía, que anunció el reino de Dios como alternativa al poder político-imperial y a la religión tradicional…

Luego surgió la Iglesia como organización jerárquico-patriarcal, aliada con el poder y ella misma detentadora de todo el poder, el espiritual y el temporal. Para ello tuvo que incumplir la orden del Maestro…

La Iglesia se organizó al modo imperial y, con el paso del tiempo se convirtió en Estado bajo la autoridad del Papa, persona con más poder que los faraones egipcios, los emperadores romanos, los califas otomanos y los reyes católicos; pero que osa llamarse “siervo de los siervos de Dios”. Si la Iglesia no es de institución divina, menos aún lo es el Vaticano. Este no es el centro de la Cristiandad, ni Roma, la ciudad santa y eterna, sino, un lugar de intrigas, maquinaciones, traiciones, luchas por poder, negocios turbios.

El papa no está libre de las intrigas, es parte de las mismas y, en ocasiones, su principal responsable. Es el caso de Benedicto XVI, que lleva treinta años en el centro de la intriga, primero como presidente de la todopoderosa poderosa Congregación para la Doctrina de la Fe, que condenó a teólogos y teólogas acusados de heterodoxos y sustituyó a obispos del concilio Vaticano II por obispos neoconervadores. Luego, en el Cónclave, donde movió todos los hilos para conseguir su elección papal con el apoyo de la mayoría de los cardenales que habían sido nombrados durante su mandato como Inquisidor de la Fe…

Ayer conocimos la noticia del procesamiento del mayordomo del Papa Paolo Gabriele y del empleado de la Secretaría del Vaticano Claudio Sciarpelleti, acusados de robo y difusión de documentos secretos de la Santa Sede, según la sentencia del juez instructor del Tribunal del Estado Vaticano contra el mayordomo del papa Gabriele acusado de “robo con agravante”.

Yo creo que en la trama está implicada buena parte de Curia, incluido el Papa. Todos deberían ser investigados. Y, tras la investigación, proceder a la supresión del Vaticano como Estado, que es la gran herejía del cristianismo…

Por ahí debe comenzar la Reforma de la Iglesia, como acaba de proponer Pére Casaldáliga, obispo catalán emérito de la Prelatura brasileña de Sâo Felix do Araguaia.

domingo, 12 de agosto de 2012


Un Cura argentino, Jorge Luis Hidalgo, felicita a Videla por su cumpleaños

"No fueron 30 mil ni fueron inocentes. Feliz cumpleaños General. Un soldado nunca pide perdón por haber salvado a su patria de la dictadura comunista", fue el mensaje completo que Jorge Hidalgo, de 32 años y párroco de la ciudad de Santa Rosa, en la provincia de La Pampa, dejó en una página de Facebook llamada "Jorge Rafael Videla Forever", que reivindica el accionar del terrorismo de Estado que ejerció la última dictadura militar argentina.

Vivir para ver. ¿La Iglesia argentina todavía añora “los viejos tiempos”? ¿Se trata de un cura solo o este cura es un botón de muestra? ¡Ay, que la Iglesia, en todas partes, se escora hacia la derecha más radical!


                                                          ******************

FRASES “FUERA DE CONTEXTO”
ANTONIO GALA
* Y luego está el pobre Rajoy, que a mí siempre medió risa, pero ahora me da pena porque no sabe qué hacer. La verdad es que estamos gobernados por una pandilla de gilipollas.
* La Iglesia Católica, que es una hija de la gran puta, eso está clarísimo.
(Conversaciones bárbaras. Borja Hermoso. El País, 12 Agosto 2012)

¿Será "demagogia" llamar las cosas por su nombre?

 

viernes, 10 de agosto de 2012

A PROPOSITO DE MARINALEDA

 

Derechos convertidos en delitos y viceversa

Ni asalto ni delito, sino derecho resarcido

Los poderes públicos han ignorado derechos básicos de los ciudadanos

Financieros, banqueros, diputados, jueces, políticos y otros gestores del Bien Público han robado del erario público

He aquí fragmentos del artículo del teólogo Benjamín Forcano

No me extraña que, entre ciertas clases, haya cundido la alarma. Ya los ministros del Interior y de Justicia se han encargado de recalcar que con el asalto ocurrido en los comercios de Arcos de la Frontera y Ecija, "vamos a tener tolerancia cero".
A otros, la alarma nos llega de otra parte y nos asusta porque, según estamos viendo, financieros, banqueros, diputados, jueces, políticos y otros gestores del Bien Público han robado del erario público, no cantidades precisamente nimias, asignándose sueldos, indemnizaciones, privilegios que les permiten un nivel de vida escandaloso y, sin embargo, no ha surgido poder público alguno que los declarase en "situación de tolerancia cero".
Quiero decir que en nuestra sociedad hay derechos que se convierten en delitos y delitos que se convierten en derechos
La conclusión es que cuando en nuestra España, - Arcos de la Frontera y Ecija-, ocurren (7 de agosto) cosas como las del asalto a comercios para poder dar de comer a familias que lo necesitan, la alarma se dispara ciertamente pero en otra dirección: hacia el Estado, hacia la clase gobernante y política y, en general, hacia los poderes públicos que han ignorado derechos básicos de los ciudadanos y han promovido los intereses y despilfarro de las clases y sectores pudientes, invirtiendo el orden jurídico de nuestra Constitución.
¿Cuándo comienzan a expropiar a los que, injustamente y contra la Constitución, han promovido el menosprecio y olvido de derechos básicos de los ciudadanos y han estimulado el egoísmo y la opulencia de tantos sujetos transgresores de la justicia y de esos derechos de los ciudadanos?

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Mientras tanto, el cardenal Rouco y la Conferencia Episcopal Española calla. Son perros domesticados que, viendo como se atropellan los derechos humanos más elementales, enmudecen y miran hacia otra parte. Contra Zapatero, el laicismo, y la dictadura el relativismo (que solo Benedicto XVI sabrá de qué se trata) se sentían más en su ambiente.
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José María Aznar, José Ignacio Wert e Ignacio Asterloa.

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José Ignacio Wert.


jueves, 9 de agosto de 2012

A propósito de Marinaleda

CARTA DEL TEOLOGO GONZALEZ FAUS
AL MINISTRO DEL OPUS DEI, FERNANDEZ DIAZ



Mi querido señor ministro:
 Acabo de oír por radio sus declaraciones a propósito de los sucesos en el supermercado de Écija. Reconoce Ud. que hay mucha gente que lo está pasando mal, pero arguye con el clásico axioma moral: el fin no justifica los medios.
Como el ideario de su partido apela a “los principios del humanismo cristiano”, me permito recordarle que según esos principios no hubo en aquella acción ningún uso de medios moralmente ilegítimos (en su legalidad no entro ahora).
Los principios del humanismo cristiano proclaman que “en casos de extrema necesidad todas las cosas son comunes” (in extrema necessitate omnia sunt communia). Porque “la distribución y apropiación de las cosas que procede del derecho humano no puede impedir que estas cosas remedien las necesidades de los hombres. Por eso todo lo que uno tiene de más lo debe a los pobres para su sustento. Y si la necesidad de alguien es tan grave y tan urgente que hay que remediarla con lo primero que se tenga a mano…, entonces cualquiera puede remediar su necesidad con los bienes de los demás, tanto si los quita de modo público como secreto; y esta acción no reviste carácter de robo ni de hurto”.
Estas palabras no son del alcalde de Marinaleda ni del innombrable Carlos Marx. Son de Santo Tomás de Aquino, uno de los pilares de ese humanismo cristiano al que Uds. dicen seguir. Y puede verlas en la Summa Theologica (2ª 2ªe, cuestión 76).
A ellas añadirá el cardenal Cayetano, gran comentador de Tomás, que un juez puede distribuir entre los necesitados el dinero sobrante de los ricos. Me pregunto, pues, si no están Uds. en el atolladero de aplicar la ley contra unos principios que dicen regular el ideario de su partido, quedando como embusteros ante la ciudadanía.
Entiendo además que si Ud. esgrime ese principio de que el fin no justifica los medios, se volverá inmediatamente contra toda la política de este gobierno: para un fin de suyo legítimo y necesario como es rebajar nuestra deuda, ha recurrido el gobierno a medios inmorales (temo que quizás también anticonstitucionales) como son privar a mucha gente de derechos constitucionales, de los ingresos mínimos indispensables, abocarlos al hambre, a la desesperación, a la falta de asistencia médica indispensable, a tener que recurrir a unas Caritas ya desbordadas y a quedarse sin vivienda después de un enorme esfuerzo y encima con una deuda impagable para la que ni siquiera vale el principio lógico de la dación por pago.
La mayoría de los medios que han aplicado Uds. para saldar la deuda española son inmorales y no se justifican por ese fin tan legítimo.
Hace poco habló el presidente del Gobierno de posibles nuevos recortes en esa misma dirección, para reunir 65.000 millones de euros imprescindibles. Su gobierno debe saber que, en España, hay 16 personas que poseen ellas solitas unas fortunas cercanas a los 60.000 millones. Sólo 16 personas entre más de cuarenta millones de españoles. No creo pues que, a la luz del humanismo cristiano, pueda caber duda de cuáles hubieran sido los medios legítimos.
Porque, por otro lado, se repite ahora que todo el dinero que nos va a prestar draconianamente la UE es “para tapar los agujeros de los Bancos”. Ya habíamos oído mil veces que el problema de nuestra deuda era sobre todo de carácter privado y no público; y ahora lo vemos confirmado al saber dónde van a ir esos primeros 30.000 millones que esperamos recibir el mes que viene. Los Bancos y sus agujeros han sido efectivamente los primeros causantes de nuestro desastre actual (sin negar ahora otros factores exteriores a España).
Y lo fueron porque, para un fin de legitimidad muy discutible (como era el enriquecerse más y más) pusieron en juego medios absolutamente ilegítimos, otorgando préstamos que sabían que no podían ser devueltos pero de los que esperaban resarcirse con expropiaciones forzosas mucho más pingües de lo que se expropió en el supermercado de Écija.
¿Sabe Ud. cuántas viviendas inútiles son hoy propiedad de los Bancos? Un ministro del interior debe conocer ese detalle. Como sabrá también que a bastantes gentes ancianas y no muy letradas que tenían en Bankia unos ahorros de seis mil o diez mil euros que constituían toda su fortuna, se las engañó haciéndoles firmar un papel que “iba a ser su solución”, y se les convirtieron los depósitos en acciones, robusteciendo al Banco y debilitándolas a ellas al impedirles disponer de su dinero ahora que lo necesitan.
Si Ud. está decidido a no permitir que para fines en sí legítimos se usen medios ilegítimos, no dudo de que, antes que al alcalde de Marinaleda y su grupo, llevará Ud. a los tribunales a una serie de banqueros de cuyo nombre prefiero no acordarme para esperar a que los investigue la justicia.
O mejor: déjeme decirle que dudo mucho de que Ud. se atreva a hacer eso que sería tan justo: porque son esos Bancos quienes financian buena parte de sus campañas electorales que, tal como están, son otro medio ilegítimo que no queda justificado por el fin de ganar unas elecciones. Y, por supuesto, esto último no vale sólo para su partido sino también para otros del Estado.
Puedo equivocarme como todo ser humano. Pero siempre he tenido la impresión de que, en su partido, suelen argumentar apelando a grandes principios universales indiscutibles, pero que no se aplican al caso concreto que se discute. Y que además suelen exigir a los demás lo que no se exigen a Uds. mismos. Debo confesar que las declaraciones suyas que acabo de oír por radio, me confirman una vez más en esa impresión.
Gracias por haberme leído. Quedo de Ud. atentísimo
José Ignacio González Faus

           
¡Más claro, agua! Mientras tanto, la Conferencia Episcopal Española, muda. Quien calla, debiendo hablar, consiente; y se hace responsable de tanta iniquidad.
Los subrayados rojos (rojos de indignación) son míos.

martes, 7 de agosto de 2012


El Cardenal Cañizares sobre la reforma del aborto de Gallardón: "¡Qué menos!"


Sobre el matrimonio gay: "No es matrimonio, es otra cosa, es una unión, pero no es un matrimonio”. "La Iglesia no son ‘noes', sino ‘síes' al hombre, a la vida, a la familia, al matrimonio y a la sexualidad"

Religion Digital, 06 de agosto de 2012
El cardenal Antonio Cañizares cree que la propuesta del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sobre la reforma de la ley del aborto para excluir como causa la malformación del feto es "muy razonable" y piensa que es lo mínimo que se debe hacer."Qué menos", ha recalcado en respuesta a preguntas de los periodistas tras pronunciar una conferencia dentro de uno de los cursos de verano de la Universidad Católica de Valencia, en Santander.

De todas maneras, el cardenal ha señalado que el aborto debe "desaparecer" de la mentalidad de todos, lo mismo que en la actualidad a "nadie se le ocurre decir que tiene que volver la esclavitud".

"Nos avergonzaremos del aborto dentro de muy poco tiempo. Hay que cambiar la mentalidad y también hay que cambiar la legislación para cambiar la mentalidad", ha subrayado.

Cañizares ha abogado por fomentar una cultura a favor de la vida y ha opinado que la propuesta de reforma de la ley del aborto "genera" esa cultura. Según dice, el hecho de que los fetos con malformaciones "no sean eliminados" demuestra que "el hombre cuenta".

A su juicio, la eliminación de una vida humana no puede depender del tiempo que tiene. "¿Mataríamos a un niño de 8 años con malformaciones? ¿O a un adulto de 30?", se ha preguntado.

Por otro lado, preguntado por la posibilidad de que de la Conferencia Episcopal presione al actual Gobierno para suprimir los matrimonios homosexuales, Cañizares ha resaltado que la Iglesia "nunca ha utilizado el método de presionar a nadie"

En cualquier caso, ha añadido que "la verdad del matrimonio es la unión del hombre y la mujer indisoluble y abierta a la vida", y cree que se debe ir hacia esa concepción. "Lo otro no es matrimonio, es otra cosa, es una unión, pero no es un matrimonio", ha apostillado.

Desde su punto de vista, el aborto y la crisis de la familia demuestran que no cuenta la persona y eso mismo es lo que subyace, en su opinión, en la crisis económica: que no se tiene en cuenta al ser humano y el bien común.

Por eso, en su intervención, ha incidido en la necesidad de "reavivar las raíces cristianas de España", porque en ellas "está el futuro". Además, ha apostado por combatir la secularización actual y por evangelizar de nuevo a la sociedad, aunque, ha matizado, no está abogando con ello por una "confusión" entre Iglesia y Estado.

También ha llamado a los laicos a ser corresponsables de esa nueva evangelización y a que apliquen su fe en todas las facetas de su vida, sin relegarla a lo privado, y llevándola a la vida social y pública: al trabajo, a la política, a los medios de comunicación o a la cultura, entre otros ámbitos.

Evangelio aguado
Igualmente, el purpurado ha apuntado que en la nueva evangelización, hay que huir de un "Evangelio aguado". "¡Cómo no va a tener aristas un crucificado, alguien que dice bienaventurados los pobres, quien dice déjalo todo y sígueme...!", ha exclamado el Cardenal, que ha asegurado que la nueva evangelización "depende de los fieles cristianos laicos", a los que ha exhortado a participar de un "apostolado individual, asociado y público".

Más adelante, no ha dudado en señalar la "necesidad de la presencia de los católicos en la vida pública" y ha advertido que "muchos cristianos no quieren engrosar la ‘cofradía de los ausentes'", como ha ironizado para reclamar la presencia de los cristianos en el ámbito político, social, científico, económico o cultural, entre muchos otros.

Especialmente, ha hecho hincapié en el mundo de la cultura, porque "desde hace años el mundo se juega en la cultura, más que en la economía", ha puntualizado. El Cardenal ha aducido que en un mundo en el que "Dios no cuenta, la verdad no cuenta, la Naturaleza no cuenta, un mundo marcado por el relativismo". Al respecto, ha animado a hacerse presentes en este ámbito.

"LA IGLESIA NO SON NOES, SINO SÍES"
Ha concluido el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos insistiendo en que "la Iglesia no son ‘noes', sino ‘síes' al hombre, a la vida, a la familia, al matrimonio y a la sexualidad". Precisamente, "todo lo contrario a cómo se la presenta" en determinados ámbitos. "Jesucristo es el gran sí de Dios a la humanidad, al que debemos presentar", ha concluido el Cardenal Cañizares, antes de formular una "reiniciación de la formación de los cristianos".

El curso sobre pensamiento cristiano ha dado comienzo con una conferencia a cargo de Rafael Ripoll, Secretario Autonómico de Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, que ha pronunciado la conferencia ‘Qué pide un político del siglo XXI a la Iglesia Católica'.

En su intervención, Ripoll ha manifestado que "los tiempos están dando la respuesta: la Iglesia está más que nunca cerca de la sociedad y es evidente que el núcleo familiar y la acción solidaria de la propia Iglesia están suponiendo un resorte importantísimo para cientos y miles de españoles a la hora de hacer frente a esta situación de crisis socioeconómica".

En este mismo sentido, no ha querido olvidar que "antes y después de la crisis va a haber siempre la necesidad de ayudar al más desfavorecido, al discapacitado, al empobrecido, en definitiva siempre hay esa necesidad de prestar ese auxilio y si hay una primera necesidad de las administraciones públicas es estar al lado de estas personas".

Asimismo, "la Iglesia es un elemento fundamental por su experiencia, por su humanismo, y porque independientemente de las crisis siempre: antes, ahora y después ha estado ahí", ha añadido. (RD/Efe/Avan)

La Nueva Evangelización de la que hablan Rouco, Cañizares o el mismísimo Benedicto XVI no tiene nada que ver con el Evangelio de Jesús. Cualquier parecido con la realidad es puro engaño. Esa “nueva evangelización” (tan cacareada de un tiempo a esta parte) es un intento de volver a los viejos, ¡y añorados tiempos!, de la Cristiandad medieval, cuando la Iglesia, apropiándose, ¡por designación divina!, de todo el poder espiritual y terrenal, se dedicaba a organizar este mundo. ¡Ay, que la ambición de poder de la Iglesia Católica (y de las otras iglesias cristianas) no conoce límites! Aunque Jesús dijo bien claro y alto que su Reino no era de este mundo, los gerifaltes “cristianos” desconfiaron del mensaje de este ingenuo judío. Desde Constantino a esta parte (si no, desde el mismo momento de la muerte de Jesús), comenzaron a construir un Reino en este mundo. Léase la inefable definición dogmática de Bonifacio VIII sobre las dos espadas. Esa ansia de poder que rezuma aquella bula papal está tan viva y vigente hoy como cuando se escribió en el siglo XIII. ¿Quién ha aguado el Evangelio, señor Cañizares? Si hay que huir de un Evangelio aguado, ese es precisamente el que ustedes pregonan.


lunes, 6 de agosto de 2012

AURELIA SONSOLES, UNA ALCALDESA REDONDA

Capítulo 7.- EN BUSCA DE LA ISLA IGNOTA

 A raíz del éxito de los mingitorios culturales, Aurelia solicitó para su ciudad la nominación de capital cultural de Europa. A pesar de que ciudades tan prestigiosas como Londres, Roma o París habían presentado sus candidaturas, el título recayó en su ciudad. Desde ese momento, celebrado con gran júbilo y una mascletá de 150 kilos de pólvora, el magín de la ya famosa Sonsoles bullía como una olla a punto de estallar de tantos proyectos.
- Aurelia, pipas; Aurelia, pipas  -incordiaba el loro a las cinco en punto, como hacía todas las tardes.
- Ni que fueses un lord  -le respondió sin levantar la vista de sus papeles-. Y no me distraigas, Fermín, que ando surcando mares.
El loro, que entendía de cartas de navegación tanto como su ama, saltó del palo y, como represalia, soltó una cagada sobre el mapa que estaba consultando.
- Toma, Colón  -le dijo el loro en su mal castellano.
Aurelia de un manotazo cogió al loro y un paquete de pipas y los metió en la jaula. Volvió a su mesa y siguió estudiando afanosamente mapas y pergaminos de la biblioteca municipal.
- ¡Válgame, Dios! ¿Qué ven mis ojos? ¡Una isla ignota!  -exclamó Aurelia, dejó la lupa sobre la mesa y se puso a llorar de alegría- Hay que preparar una expedición naval.
En el añil, con que en aquel pergamino rugoso se representaba el tenebroso mar, aparecía una mancha pardusca ribeteada de verde. Fermín, testigo de excepción de semejante descubrimiento, lo celebró eructando tres veces, sin mayores muestras de alborozo. Ya serenada, Aurelia sacó su secador del bolso Vuitton y se recompuso los pelos una y mil veces.
- Oler a chamusquina, no ser pedo de Fermín  -dijo el animalillo desde su palo, sin dejar de pelar pipas.
Tan ida estaba la alcaldesa que no advirtió que se le prendía la lacada cabellera. Aquella noche Aurelia tuvo un sueño agitado y lleno de sobresaltos. Se movía de acá para allá, tiraba de la sábana, pataleaba, gesticulaba, hablaba en voz alta.
- ¡Virad a babor! ¡Desplegad la mesana!
Su marido con tantas voces y movimientos se despertó y le arreó un codazo con rabia. Cambió ella de de posición. Cuando el otro, cansado de contar corderitos, retomaba el sueño, despertó de un fuerte dolor en sus partes.
- ¡Asegurad el grátil al palo!  -vociferaba Aurelia, panza arriba, con una mano en la boca para dirigir la voz y la otra…
Aquel lenguaje náutico tan desacostumbrado en su mujer, lo descolocó.
- ¡Mantén derecho el mástil, imbécil!  -ordenó autoritaria y, dando acalorados resoplidos, maniobró entre las sábanas.
Bernardino Hueso, que así se llamaba su amante esposo, ya despierto del todo, decidió, entre indeciso y asustado, seguir aquella peligrosa maniobra. Permaneció en vilo y bien abiertos los ojos, aunque la habitación estaba completamente a oscuras.
- ¡Que nos vamos a pique!
Contuvo la respiración y quedó a la expectativa.
- ¡Timonel, dos grados a estribor! Mantenlo así.
El señor Bernardino Hueso, después de pensarlo bien, creyó que lo mejor sería seguirle la corriente en aquella apasionante aventura.
- ¿Quién es el que comanda el timón?  -preguntó Aurelia, seguramente porque no le convencía cómo lo estaba gobernando.
- Soy yo, mi capitana  -le susurró Bernardino, entrando en el juego.
Como aquella voz no formaba parte de las que integraban el sueño, Aurelia quedó desorientada y sin respiro por un momento.
- ¡Mentecato, que vamos a la deriva!
Durante la media hora siguiente reinó la calma. Luego Aurelia se removió otra vez entre las sábanas, muy inquieta.
- ¡Nos abordan por la popa!  -gritó desesperada y Bernardino se echó atrás.
- ¡Por Dios y Santa María!  -imprecó, levantó el brazo y señaló un posible barco pirata- ¡Que suenen los atambores  -vociferó con furia, acompañando con gestos sus palabras.
En el fragor de la imaginaria batalla, Aurelia descargó sobre su marido tal tunda de golpes que éste tuvo que despertarla, golpeándola a su vez.
- Qué pesadilla, Virgen Santa!  -dijo, se bebió un vaso de agua y luego, volviéndose a Bernardino, le recriminó- Y tú, ronca que ronca.
Decidida a llevar a cabo su sueño de descubrir alguna isla ignota, Aurelia se inscribió en un cursillo acelerado de formación profesional, de los que la Cofradía de Pescadores organizaba para los parados. En quince días, dada su aplicación, obtuvo el diploma de capitana de barco; título que colgó, muy ufana, en su despacho oval.
- ¿Qué tal estoy, Fermín?  -se acercó a la jaula, fingiendo la voz.
Aurelia se había embutido unos pantalones blanquísimos cuyo trasero llevaba impreso el mapamundi. Sobre su cabeza, la gorra de capitana de navío y, para darse más empaque, llevaba puestas unas gafas de sol Rayban, de ésas que usan los pilotos de avión aunque naveguen en plena noche sin luna.
- ¿Qué maricona es ésa?  -dijo el loro, echándose para atrás, asustado.
- Soy yo, Fermín. ¿No me reconoces?
El loro se acercó un poco más, abrió desorbitadamente sus ojos y se le representó que tenía delante un misterioso meteorito, de aquellos que, en su niñez, le había hablado su madre.
- ¡Estoy perdido! ¡Estoy perdido!  -gritó desesperado y se metió cabeza y pico debajo del ala.
Días después de este incidente, la alcaldesa publicó un bando, invitando a los ciudadanos a enrolarse en su expedición. Pocos fueron los que se alistaron pero no se desanimó.
Los astilleros de la ciudad echaron el cierre tiempo atrás a causa de la reconversión industrial y todos sus obreros estaban en paro. “¿Qué mejor que estos hombres para mi expedición?”. Sin acompañamiento de municipal alguno, montó en su bicicleta y allá se fue. Los encontró a todos mano sobre mano o leyendo la prensa deportiva a la sombra de unos frondosos castaños. Se subió a uno de ellos para que la pudiesen ver.
- Marineros de dique seco  -les arengó, vestida de capitana de navío-, lamentablemente, en los anales de la Historia, nuestra ciudad no cuenta con descubrimiento alguno; ni siquiera ha soñado en invadir el Peñón, metiéndonos en camisa de once varas. Creo que lo mejor será surcar el Mediterráneo, que es nuestro mar, y tomar pacífica posesión de la Isla Ignota.
- ¿Qué dice ese higo chumbo de ahí arriba?
- Calla, que la alcaldesa nos está ofreciendo trabajo.
- Esa tía está pirada.
- Poco perdemos si probamos fortuna.
La Concejalía de Deportes, en estrecha colaboración con la ineficaz Oficina del Paro, montó contra reloj unos cursillos acelerados de náutica y descubrimientos. Fue difícil encontrar documentación específica y fue necesario acudir a Palos de Moguer, donde se conservaban intactos los archivos, cartularios y bitácoras del descubrimiento de América.
- Lo importante, muchachos  -explicó el profesor venido de allá, don Toribio Tizón y Cifuentes-, lo importante, digo, es la fe. Si Colón no hubiese tenido la tozuda fe que tuvo, las Malvinas, al día de hoy, estarían por descubrir.
- Serán las Américas  -le corrigió uno de los parados que se había alistado; por su voz débil, denotaba hasta qué punto era menguado el subsidio que percibía.
- Ésas ya las había descubierto mucho antes Américo Castro o Américo Vespucio, que en esto los historiadores no se ponen de acuerdo  -como advirtiera que sus alumnos podían ponerle en nuevos aprietos cambió de tema.
- Profesor, ¿qué hacemos los que no sabemos nadar?
El señor Tizón y Cifuentes se cogió a esa pregunta como a un clavo ardiendo.
- Nadar o no nadar, ¡qué importancia tiene si conocemos el principio de Arquímedes. Todo cuerpo sumergido en un fluido etcétera. Nosotros sólo tenemos que bracear.
Don Toribio acompañó sus palabras con grandes brazadas, la mirada puesta en la ventana por donde se suponía que oteaba un horizonte feliz, colmado de riquezas y fama. Los hombres, hechos y derechos, le imitaron. Brazada a derecha, brazada a la izquierda, cabeza erguida... Cuál no sería su sorpresa al leer en la pared de enfrente: “La siempreviva. Pompas Fúnebres”.
- Uffff  -se desinflaron todos.
El profesor no quiso que aquel mal presagio enfriase el entusiasmo patriótico.
- Lo importante, señores cadetes de la armada de doña Aurelia Sonsoles, es que no entre agua en el barco, bajo ningún pretexto  -continuó su magistral lección-. Con el agua entran las humedades y con ellas el reuma y el escorbuto, enemigos de toda marinera expedición.
En estas y otras lucubraciones estaba, cuando el bedel le anunció la hora. Así, un día tras otro durante los tres meses que duró el cursillo. Durante ese tiempo no estuvo ociosa la alcaldesa, aprovechó sus ratos libres para los preparativos y avituallamiento. El grave problema se planteó cuando quiso proveerse de barcos. De los astilleros, no le dejaron sacar ni un palo; así que tuvo que aprovisionarse de barcas sardineras que estaban para el desguace.
Llegó por fin el día D y la hora H. La alcaldesa, dejado de lado el rojo, su color preferido, vistió un traje sastre de color azul marino con los galones bien visibles de capitana de fragata y con Fermín al hombro. Llegó a la playa acompañada de sus concejales, todos vestidos de azul y montados en sus bicicletas pintadas también de azul, como lo requería el evento. Aurelia, ayudada por el sargento Casimiro, se encaramó a una torreta de posta y, antes que nada, oteó el Mediterráneo con unos prismáticos. Aquel día y a aquella hora el mar estaba fuertemente picado, cosa que en vez de descorazonarla la animó aún más.
-¡Marineros intrépidos!  -les gritó, cogiéndose la gorra para que no se la llevase el viento- Cristóbal Colón partió, llegó y regresó con un continente entero. Nadie como él dejó el mar océano más azul y más limpio. En este momento trascendental, oigo voces de parientes y amigos que quisieran apartaros de esta empresa. No las escuchéis. Como Colón, no perdáis la fe. Una Isla Ignota nos espera  -terminada la breve arenga, gritó-: ¡Todo el mundo a bordo!
La alcaldesa subió en la barca más grande y se colocó en la proa, desafiando al viento, y dio la señal de partida. Las demás embarcaciones (la mayoría en estado precario) la siguieron. Los que quedaron en tierra agitaron sus pañuelos mientras la banda municipal interpretaba Levando anclas.
- ¿Hacia dónde vamos, capitana?  -preguntó un veterano patrón de barca que, viendo tanta chifladura, se había enrolado voluntario para evitar previsibles desastres.
- ¡Hacia allá!  -señaló muy segura Aurelia, impertérrito mascarón de proa, desafiando los vientos con sus magnánimos pechos.
Los cabellos de Aurelia, que para esta ocasión no se los había lacado, ondeaban como los de las sirenas que engatusaron a los infelices argonautas. Ya en alta mar, cada vez más embravecida, avistaron una réplica de la carabela de Colón que iba a toda vela.
- ¡Eeeeh, los de las barcas! -gritó desde la carabela uno que a la alcaldesa le pareció Rodrigo de Triana- ¿Vamos bien para Barcelona?
- Mantened el rumbo tal como lo lleváis, sin virar a babor ni estribor  -le contestó Aurelia a través de un gran embudo de hojalata, sujetando con la otra mano su gorra de plato-. Cuarenta millas más allá, seguid derecho…
Por el vozarrón pastoso que salía del embudo de hojalata que Aurelia mantenía pegado a su boca, el de la carabela se dio cuenta de que aquel capitán, fuera quien fuese, estaba como una cuba.
- ¡Qué! ¿Mucha sardina por ahí?  -le siguió la corriente.
- No vamos de pessssca  -voceó Aurelia-. Vamos a la Isssla Ignotaaaaa.
- ¡Aaaah, de merienda, pues!
La alcaldesa, entregó a su ayudante el embudo de hojalata. No quiso sacar de su error a los de la carabela no fuera que cambiasen de rumbo y le pisasen su descubrimiento.
- ¿Y vuesas mercedes?  -retomó el embudo y preguntó para no ser descortés.
- Hábleme de tú, coño, que soy de Cercedilla  -gritó campechano el tal Rodrigo de Triana-. Nosotros vamos a Monjuí, a las regatas reales.
- ¿Y por unas regatas  -le recriminó la alcaldesa- abandonan vuesas mercedes su vocación atlántica?
Pegada al embudo, Aurelia parecía talmente un elefante barritando con su tropa al aire.
- Este tío está chalao  -comentó el de Triana a uno de sus compañeros.
Aurelia ordenó que las tripulaciones de todas las barcas, en posición de firmes, saludasen a la Santa María y a las otras carabelas que venían detrás. La estela de La Pinta o de La Niña, nunca se pudo averiguar, fue lo suficientemente grande para hacer zozobrar las barcas de pesca que, sobrecargadas, se balanceaban como cáscaras de nuez.
- ¡Capitana, hombre al agua!  -gritó el patrón de una de las embarcaciones al ver los que habían caído.
La alcaldesa tomó las palabras del experimentado patrón como una advertencia y, a su vez, ordenó:
- ¡Todo el mundo al agua!
Aurelia se cogió fuertemente al escapulario de la Virgen del Carmen y se arrojó, decidida, sin acordarse del loro que llevaba agarrado al hombro. Fermín, que nunca se había visto en semejante trance, se subió a su cabeza y comenzó a picotearla.
- ¡Puttana, se me han bagnato los colloni!
- Non ti preoccuparsi, Ferminito.
- ¡No sé nadar!
- Non abbiate cuitado. Las bolas non affondare.
Los marineros siguieron a Aurelia sin dudar. Muchos no sabían nadar y la mayoría, apenas dejar el puerto, ya estaban mareados. Aterrorizado el patrón ante el tamaño desastre, empezó a dar voces:
- ¡Haced el muerto! ¡Haced el muerto!
Los que tuvieron la suficiente serenidad se pusieron panza arriba con los brazos en cruz. Los más se hubiesen ahogado si Dios no hubiese venido en su ayuda. Un helicóptero de costas que sobrevolaba la zona advirtió el maremágnum de abajo. Como el lugar no era caladero de peces ni la hora apropiada para faenar, les resultó altamente sospechoso lo que avistaban y contactaron con su base.
- Joaquín llamando a Manolo, ¿me recibes? Corto y cambio.
- Manolo llamando a Joaquín, te recibo. Corto y cambio.
- Avistadas embarcaciones sospechosas y mucho barullo de gente bañándose en alta mar. Yo diría que se trata de traficantes de droga. Corto y cambio.
- No tenemos ningún chivatazo. Si se bañan no serán camellos; de todos modos no los pierdas de vista. Entretenlos como puedas. Inmediatamente te envío lanchas ultrarrápidas. Corto y cierro.
El helicóptero descendió para observar mejor y sus palas agitaron las aguas.
- ¡Arquímedes! ¡Arquímedes!  -gritaron algunos, los brazos en alto, pensando sin duda que el profesor Toribio les había hablado de un santo, auxilio y sostén de los que no saben nadar.
Los del helicóptero captaron las voces.
- Ese tal Arquímedes debe ser un capo. Mira a ver si lo llevamos registrado  -dijo el piloto a su acompañante.
- Aquí no hay ningún Arquímedes; debe de tratarse de un capo nuevo en esta zona  -contestó el otro después de consultar sus notas.
-¿Y eso de ahí?  -dijo señalando lo que le pareció un minúsculo islote.
El otro enfocó sus potentes prismáticos.
- ¡Que raro!  -fue describiendo lo que veía- Yo diría que es una cacatúa o un loro posado sobre la punta de un islote. No me explico cómo ha podido llegar ahí.
A poco llegaron ocho lanchas rápidas y lo que a los del helicóptero les pareció una punta de un islote no era sino la barriga flotante de doña Aurelia con su loro paseándose nervioso.
- Aurelia, ¿tú por aquí?
La alcaldesa que estaba flotando panza arriba, haciendo el muerto, hizo un esfuerzo sobrehumano y abrió los ojos.
- ¡Dichosos los ojos, Heraclio querido! ¡Qué desastre!  -balbuceó a su salvador, un contrabandista arrepentido que trabaja ahora para la Guardia Civil- Yo que iba tan tranquila en busca de la Isla Ignota y esos merluzos de guardacostas…
- No hables que te fatigas. Tranquila; os llevaremos a tierra.
Cuando Heraclio Vellaspín fue a echar mano al loro, se le resintió.
- ¡Socorro, Aurelia, monsieur Moustache, el de la corrupzione!
- No, mon cheri. Monsieur Moustache no se moja los Pieri, él está en terra ferma.Como había tantos que salvar, los de las lanchas echaron unas redes y los pescaron como boquerones. Con sólo verles las caras era suficiente para saber que no eran camellos ni traficantes de armas. El concejal de Sanidad y Emergencias, previniendo el calamitoso final de la expedición, había montado en la playa un hospital de campaña, donde atender a los náufragos que llegaban desaguando por ambas partes. Aurelia, marea hasta la náusea, no se tenía en pie y fue acomodada en unas parihuelas. Así y todo, se esforzaba por encontrar las palabras justas para explicar ante la Historia el fracaso de su aventura.
- Los caminos del Señor son inescrutables  -acompañó sus palabras con una caída devota de párpados muy propia de su condición de canóniga bernarda.
Los sanitarios y el personal voluntario, muy ocupados en salvar vidas, no se percataron de esas palabras. La alcaldesa no quería que su sentencia cayese en saco roto.
- Que me traigan un notario  -reclamó con urgencia, recolocándose la gorra de capitana de navío.
El concejal de Sanidad, dadas las prisas que metía Aurelia y lo difícil que era encontrar un notario a aquellas horas, le propuso:
- ¿Le es igual, señora alcaldesa, que la atienda el cronista de la ciudad?
- Vale  -aceptó con resignación y entró en un ligero sopor.
Al despertar, convencida de que se moría, quiso que la pusieran cara al mar, que tanto había adorado, y exhalar así su último suspiro junto a Ferminito. Mucho costó persuadirla de que aún no había llegado su hora.
- Será mejor que la llevemos a su casa a reponerse del susto  -insistió el concejal de Sanidad.
- A mi casa, no. ¡Al ayuntamiento!
Se formó inmediatamente la comitiva. Cuatro municipales iban delante en sus bicicletas azules con brazaletes de medio luto. A continuación, la alcaldesa tendida en unas parihuelas, portadas por fornidos estibadores del puerto, y el loro sobre un palitroque atado a la camilla. Detrás, los concejales que habían acudido a despedir a los expedicionarios de la Isla Ignota y que, como hacía tan buen día, se habían quedado en la playa a comer una paella. Cerraba el cortejo la banda municipal. Anochecía ya cuando la comparsa enfiló por el carril bici, plagado de coches. El séquito tuvo que ir sorteándolos como podía. Los del mingitorio wagneriano, al verlo pasar, pensaron que se trataba de alguno de los festejos que se le ocurrían a la alcaldesa y se unieron a la romería. La banda municipal, a propuesta de los wagnerianos, improvisó la marcha fúnebre de Sigfrido y, ellos, por su parte, se encapucharon y encendieron cirios. Con la música y las luces mortecinas de las velas, el cortejo parecía un entierro de verdad. A su paso, la gente de la calle se paraba sobrecogida y se santiguaba con respeto.
- ¿Quién es el difunto?  -preguntaba.
- Doña Aurelia nos ha dejado  -contestaban los encapuchados en medio de lloros incontenibles.
La noticia de la defunción de la alcaldesa y de que en el Ayuntamiento iba a instalarse la capilla ardiente se propagó como reguero de pólvora. Al señor obispo le sorprendió la nueva mientras cenaba con su secretario un frugal hervido de patata y cebolla con algunas judías verdes congeladas. Se levantó de la mesa y ordenó que las campanas de la catedral doblasen a muerto. A poco, se le unieron las de toda la ciudad. Organizado tal zafarrancho, los que lanzaron el bulo no se atrevieron a desmentirlo. Los municipales del retén arriaron la bandera a media asta y prepararon el catafalco en el salón de los espejos. Allí depositaron a Aurelia que, con el día ajetreado que había llevado, dormía profundamente. Pusieron la jaula del loro junto al túmulo. Fermín, como familiar directo, se dispuso a recibir las condolencias. Juntó piadosamente sus alas delante del pecho, inclinó la cabeza y no paró de reproducir los ronquidos de la difunta.
- Rrruuummm, ssssss; rrruuummm, sssss…
Una gran cola se formó a la puerta del Ayuntamiento. Todos querían darle su último adiós.
- ¡Qué natural está con sus alborotadas melenas y sus mofletes colorados!
- Talmente como si estuviese dormida.
- Yo diría que hasta la oigo roncar.
Casimiro, el sargento enamorado, se acercó al loro y, llorando a mares por su ojo bueno, le dijo entre sollozos:
- Te quedaste huérfano, Fermín.
El animalito, mareado por los virajes sufridos durante el traslado, revoloteó de acá para allá, saltando, subiendo y bajando de los palos.
- ¡Qué desconsolado está el pobre!  -se acercó una mujer a tranquilizarlo-: Periquito bonito, tu ama duerme, estate quietecito… Calla mi vida, calla mi bien, que si tú lloras, lloraré yo también.
- ¡Arrea, la reina de los juegos florales!  -y le escupió, desabrido- Periquito será tu puta madre, ¿no te jode?
Temiendo que Fermín se enzarzase a decir palabrotas, encapucharon la jaula; sobre todo porque el señor obispo, acompañado del cabildo catedralicio, acababa de entrar. Su ilustrísima echó un responso, cantado a dúo con el chantre. Al tercer oremus, se incorporó la difunta y con voz cavernosa, como venida del más allá, dijo muy claramente:
- El cum spiritu tuo!
Los más cercanos, asustados, dieron voces. Corrieron a toda prisa los canónigos, arremangándose los hábitos. Algunos tropezaron con los bancos y cayeron; ni el señor obispo resucitador quedó allí. Pasado el pánico, volvieron todos; y a doña Aurelia le dieron una tisana.
Los wagnerianos, la alcaldesa y el señor obispo se reunieron en conciliábulo. Coincidieron que mejor era silenciar el entuerto que andar dando explicaciones; y, puesto que la ciudad ya era conocida mundialmente por sus maravillas, bien podían incorporar al imaginario el reciente milagro de la resurrección de Aurelia.
- ¿Qué importa un milagro más o menos? ¿A quién le va a hacer daño?  -dijo el obispo en un pronto de sinceridad, y añadió-: Que no conste en acta.
- No hay más que mirar al santuario de Loreto  -apuntó uno de los wagnerianos, ateo sin duda-. Ya se necesitan bemoles para tragarse ese traslado aéreo de la casa de la Virgen.
- ¡No sólo de pan vive el hombre!  -le vino a Aurelia su vena piadosa de canóniga bernarda-. Si al pueblo le robamos esas ilusiones, ¿cómo podrá sobrevivir en este valle de lágrimas?
- Amén  -contestó Fermín, que sabía muy bien cuando había que darlo.

Hans Küng: "Crisis del sistema, el Papa ha perdido el control"

 

Redacción R.D., 28 de mayo de 2012
El Vaticano, en su núcleo, sigue siendo, todavía hoy, una Corte, en cuya cúpula se asienta un rey absoluto, con costumbres y ritos medievales.
 

El teólogo "rebelde" Hans Küng, asegura, en una entrevista al diario italiano La Repubblica que lo que está pasando en el Vaticano denota "la crisis del sistema" y que "el Papa ha perdido el control".
A su juicio, "la estructura y la organización de la Curia romana intenta engañarnos y ocultar el hecho clave: que el Vaticano, en su núcleo, sigue siendo, todavía hoy, una Corte, en cuya cúpula se asienta un rey absoluto, con costumbres y ritos medievales, barrocos y con tradiciones cristalizadas. Y cuanto más te acercas al rey en tu carrera eclesiástica, tanto menos cuenta tu competencia, sino que tengas un carácter maleable y siempre dispuesto a adaptarte a los valores del rey".

domingo, 5 de agosto de 2012

El PSOE acusa a Wert de plegarse a la conferencia episcopal y a los sectores más conservadores

Lamenta que el Gobierno haya variado el temario de la asignatura "Educación para la ciudadanía"

Religión Digital Redacción, 05 de agosto de 2012
El Ejecutivo "ha estado buscando durante meses coartadas para el retroceso o la eliminación de la asignatura"
El secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE,
Antonio Hernando, ha acusado al ministro de Educación, José Ignacio Wert, de plegarse a las peticiones de la Iglesia Católica y de los sectores más conservadores en la reforma de “Educación para la Ciudadanía”.
Hernando, en un comunicado, ha lamentado que el Gobierno haya dado "la última estocada" a esta asignatura variando su temario para "desfigurarla del todo".
El departamento que dirige Wert ha justificado estos cambios en la conveniencia de "suprimir las cuestiones controvertidas y susceptibles de caer en el adoctrinamiento ideológico".
El portavoz del PSOE ha censurado el empeño del PP en "atender a las peticiones de la Conferencia Episcopal y de los sectores más reaccionarios, que nunca admitieron que en este tema, España tenía que ser igual que el resto de países de su entorno".
Según Hernando, el Ejecutivo "ha estado buscando durante meses coartadas para el retroceso o la eliminación de la asignatura" y al final, ha decidido dejarla "sin los contenidos de tolerancia y respeto que tanto molestaban a su electorado más conservador".
Esta medida, ha añadido, confirma que el titular de Educación se erige como uno de los miembros del Gobierno que "se están encargando de aplicar el programa ideológico más conservador y más duro del PP" junto con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, encargado de la reforma de la ley del aborto. (RD/Efe)

Un Rajoy decepcionante y vacío

   
M.ª Carmen González
La Voz de Galicia 
Mariano habló. Y decepcionó. Como ya la víspera hizo Draghi, como tantas veces ha hecho Merkel y como habitualmente hacen los mandamases de la Unión Europea. En fin, como últimamente les pasa a todos esos que han peleado por asumir el poder pero a los que les tiembla el pulso cada vez que deben asumir sus responsabilidades y tomar decisiones en firme.
Rajoy repitió el mismo discurso que hizo en su primera comparecencia ante los medios hace dos meses: España tiene problemas, hay una serie de causas y trabajamos en un conjunto de medidas para solucionarlos. Y eslóganes, eslóganes y más eslóganes.
¿Es que no se ha dado cuenta de que no estamos en campaña electoral? No es momento de propaganda y, sobre todo, no tenemos un minuto que perder. Hay casi seis millones de parados, en 1,7 millones de familias no hay ni un solo miembro trabajando, y la prima de riesgo, esa que iba a desplomarse según Rajoy fuese investido presidente, está en niveles inimaginables hace unos meses...
No necesitamos un presidente vacilante, como lo estuvo hoy en muchos momentos Rajoy, que se presente ante la opinión pública con un discurso vacío. Necesitamos un Gobierno firme que acometa las tareas complejas pero de fondo, que ponga los cimientos de la sociedad del futuro, que aligere la administración, que apueste por un modelo económico a largo plazo en lugar de defender las medidas fáciles y cortoplacistas (bajar el sueldo de los funcionarios, subir el IVA o plantearse un modelo-burbuja como el de la construcción). Y no se puede perder ni un minuto, porque cada día que pasa significa una sangría, miles de parados más en las colas del INEM, cientos de españoles que emigran y decenas de empresas que cierran.