martes, 24 de julio de 2012


Una dictadura sin dictador
Maite García Romero

EL POLÍTICO, ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN


El principio y fin ético de la soberanía política y el deber de todo estado democrático no debería ser otro que la búsqueda del bien común de la sociedad… El poder en declive de los gobiernos ha sido prácticamente substituido por este poder planetario que escapa a todo control de la democracia y cuyo único objetivo es obtener para la economía privada megabeneficios cada vez más rápidos y descomunales.

Estamos asistiendo al dominio más degradante de la economía sobre la política, a una dictadura financiera que controla y domina la totalidad del planeta. Vivimos un resurgimiento de la época Feudal, donde estos personajes de las finanzas cohabitan en una burbuja de impunidad y riqueza inadmisible en el proyecto de un estado verdaderamente democrático. Vemos cómo los grandes organismos engendrados por el poderío económico de los mercados: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Banco Mundial, entre otros, son ajenos a la opinión pública, están libres de toda traba y exentos de tener que dar cuentas a los gobiernos mientras que éstos se las deben a ellos. Son los encargados de manipular como marionetas a los países, de velar por el “reparto” de las riquezas en el mundo y de explotar, bajo la apariencia de solidaridad, la pobreza de determinados pueblos del planeta. Es despreciable e infame el abuso que las multinacionales llevan a cabo en los países en desarrollo: mano de obra barata a costa de millones de niños doblegados bajo pesados fardos, quedándose ciegos a fuerza de tejer alfombras de hilos imperceptibles; niños infiltrados en las entrañas de las mortíferas minas de Coltán entre otras; niños menores de 14 años trabajando en las llamadas “fábricas del sudor” produciendo la ropa, los juguetes o los ordenadores que compra Occidente. No hay nada como privar a un pueblo de educación y derechos laborales para verlo desvalido, humillado, sin recursos, sometido y dispuesto a aceptar las condiciones de trabajo y de vida que le impongan, por muy indignantes que sean.

Mientras este sistema financiero tiene bien “agarrados” a los partidos políticos y a la mayoría de los medios de comunicación, nosotros los ciudadanos, expectantes, con esa impresión creciente de sentirnos engullidos y atrapados en una dominación fatídica, mundializada, globalizada y tan poderosa que parece prácticamente inútil oponerse a ella, intentamos encontrarle lógica a las enrevesadas y muchas veces absurdas razones que nos dan los políticos sobre esta gran factura de medidas regresivas y discriminatorias que se está llevando a cabo en el ámbito laboral, de la salud, de la enseñanza, es decir, de los sectores más débiles de la sociedad: migrantes, enfermos, personas con discapacidad, jubilados, ancianos dependientes, niños, mujeres, parados y jóvenes. ¿Es moralmente correcto pretender salir de la crisis a base de machacar a este sector con medidas tan sumamente injustas y descabelladas? … Me parecen de lo más perversas unas medidas que se ceban de modo tan canallesco con aquellas personas que están ya en la recta final de su vida y necesitan unos cuidados especiales para poder realizar sus conductas básicas, cuando ni siquiera hemos visto una sola medida de recortes a las élites sociales, políticas, religiosas, económicas y financieras que son los primeros que deberían dar ejemplo

Continuamente nos estáis pidiendo sacrificios cuando vosotros, políticos, no sois capaces ni siquiera de eliminar coches oficiales, tarjetas de créditos, o como mínimo, viajar en clase turista. Os resistís a perder vuestros privilegios. Es evidente que a ustedes no les afecta de igual modo la reforma laboral ni cualquier otro instrumento de austeridad que está sufriendo el común de los ciudadanos… Insistís en que nos ajustemos aún más el cinturón, que las circunstancias lo exigen. Pero no sois conscientes de que vosotros lo lleváis tan flojo que os habéis quedado con el culo al aire. Y en esta guisa me pareció ver al señor Rajoy cuando le escuché decir el otro día que “a los parados se les bajará la prestación por desempleo a partir del sexto mes para incentivar la búsqueda de trabajo”… Ciertamente los esfuerzos emprendidos para poner un parche a la situación y reducir el paro son indispensables y bienvenidos, pero no así señor mío, no así… ¡Por favor, señores, ya está bien de tanta estupidez y arrogancia!

No existe ideología ni moral en el mercado… El mercado ha sustituido los valores y principios democráticos y está acorralando a la política consiguiendo trastocar los pilares de una economía basada en el conocimiento y el bienestar social.

Estamos comprobando como en la hecatombe de Bankia ha tenido mucho que ver la politización de las cajas de ahorros: el reparto político, los métodos de elección de los Consejos de Administración, y por supuesto la influencia política en las decisiones de inversión y toma de participaciones de riesgo en mercados bursátiles. Y yo me pregunto: ¿Cómo después de lo que han hecho nadie les reclama nada por su falta de seriedad e irresponsabilidad? ¿Cómo estos poderes financieros globales, causantes de la crisis, parecen invulnerables ante la ley? ¿Dónde están los notorios consejeros de las cajas de ahorros —los auténticos culpables—, tanto del PSOE como del PP, Izquierda Unida y sindicalistas?

Es obvio que el poder de la banca —esta dictadura sin dictador— es tan inmenso que limita las conductas de quienes debieran tomar medidas y denunciar abusos…

Si algo tiene de favorable esta crisis económica-financiera es, en mi opinión, por la visión mucho más definida que da sobre los ineptos, corruptos e incompetentes que son nuestros empleados políticos, que como niños malcriados que han crecido sin disciplina ni limitaciones, polemizan, mienten y abusan del miedo y la debilidad de los ciudadanos, encargados de mantenerlos.

La clase política española, ya sea de un color u otro, ha perdido el camino ético. Miente.

* Miente cuando se dicen dialogantes y no lo son.

* Miente con retóricas preñadas de palabras grandilocuentes, cuando disfrazan indignamente sus errores y cuando olvidan sin rubor sus programas y sus promesas electorales que fueron las que les dieron el voto.

 * Miente por temor al poderío financiero.

* Miente para ocultar la verdad.

La crisis económica que vive España se ha convertido más que nunca en una crisis de valores y derechos humanos que está desmoronando la democracia sostenible y el estado del bienestar, que tanto esfuerzo y sacrificio costó alcanzar. El objetivo de los grandes poderes económicos y de aquellos políticos puestos a su servicio es paralizarnos con el miedo. Y eso, los ciudadanos, no lo vamos a consentir.



Extractos tomados del blog de Maite García Romero

 (subrayados míos )


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