miércoles, 15 de mayo de 2013


ABORTO: LEY, CIENCIA y CONCIENCIA

 El tema del aborto sale de nuevo a primer plano en el debate político. El cardenal Rouco, tan ciego, sordo y mudo en cuestiones sociales de vital importancia y apremiante actualidad, se muestra paladín incansable en esta del aborto. ¡Otra vez echa sus huestes a la calle! Unos cuantos párrafos del profesor de bioética Juan Masía nos ayudarán a aclarar este asunto.

No confundir límites legales con fases del proceso biológico. Si una ley permite el aborto hasta la semana 14ª, no pretende definir científicamente el comienzo de una nueva vida, ni justificar moralmente esas interrupciones del embarazo; delimita legalmente un área protectora de los bienes jurídicos en cuestión. La ley no sanciona moralmente la cuestión.

No confundir despenalización legal con justificación moral. Ni las leyes penalizan cuanto está mal, ni la despenalización de algo lo sanciona como bueno. No constituir delito no significa estar moralmente justificado. Ni que algo esté moralmente mal justifica tipificarlo como delito.

No entender la embriología de modo mecanicista. La concepción no es un momento mecánico sino un proceso vital (formarse y crecer un viviente): más de 20 horas para la fecundación y dos semanas hasta completarse la anidación del preembrión. La interacción embrio-materna de la tercera a la octava semana es decisiva para la constitución de la vida naciente: a medida que se aproxima el tercer mes del embarazo aumenta la exigencia de ayudarle para llegar a término. En vez de hablar de protección de la vida en general, tendremos presente la distinción entre materia viva de la especie humana (el blastocisto antes de la anidación) y una vida humana individual (el feto, más allá de la octava semana).

No confundir la interrupción del embarazo por malformaciones y la discriminación de personas discapacitadas. Es ambiguo hablar de malformaciones en general. Tampoco es coherente penalizar la interrupción del embarazo en supuestos seriamente graves. Ni se puede lanzar la acusación de antivida a quienes optaron dolorosamente por un mal menor en situación de conflicto, ni es necesariamente provida la postura que impone por motivaciones ideológicas la opción contraria. Un feto anencefálico carece del mínimo neurológico-estructural como soporte para formar una persona, desde respirar autónomamente hasta capacitarse para actos estrictamente humanos. Su aborto no es comparable a matar un ser humano.

No mezclar sin matices las perspectivas jurídicas, morales y religiosas. Hay que distinguir los planos jurídico, ético y religioso. El fiscal imputa delitos y solicita penalizaciones. La conciencia moral acusa en el foro interno, provocando remordimiento por el mal moral, aunque no constituya delito. La conciencia religiosa interpela para reconocer el mal y creer en el perdón. Pero hay creyentes con una idea equivocada de pecado como delito; hay también instancias eclesiásticas que confunden pecado con delito y perturban la autonomía de las legislaturas, imponiendo a la sociedad una idea de delito como pecado. Tomás de Aquino precisaba: ni todo lo moralmente reprobable es delictivo, ni la despenalización implica un juicio moral positivo.

Un diputado/a moralmente responsable y religiosamente creyente, puede mantener la convicción de que no es justificable (ni por ética ni por fe) una determinada interrupción del embarazo y actuar en su vida de acuerdo con dicha convicción. Pero, al mismo tiempo, puede apoyar una ley que no penaliza el aborto en determinados supuestos.

La cúpula jerárquica de la Iglesia española ha incurrido a menudo en los años recientes en esta equivocación, empeorándola al no tener en cuenta las distinciones entre ley y conciencia, o entre delito y pecado. El derecho a proponer su parecer con libertad de expresión debe distinguirse de la imposición que no respeta la laicidad del Estado.

JUAN MASIA, jesuita, fue director del Departamento de Bioética en el Instituto de Ciencias de la Vida de la japonesa Universidad de Sofía, y profesor de Bioética y Antropología en la facultad de Teología de la misma universidad.

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