viernes, 30 de agosto de 2013

SIRIA


MEDIO ORIENTE:


TODOS LOS CRISTIANOS CONTRA LA INTERVENCIÓN


 Es unánime la postura de las comunidades cristianas en el Medio Oriente. Un no rotundo a la incursión militar que los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, con el apoyo de Turquía y la Liga Árabe, estarían preparando como respuesta al uso de armas químicas por parte del presidente sirio Assad. Las Iglesias la consideran una decisión que acarreará solamente mayores problemas y no la solución a la guerra que desde hace dos años azota Siria.

Desde Siria el patrairca siro-católico Youssef III Younan  condenó con palabras muy duras la eventual intervención: «En lugar de ayudar a las diferentes partes en conflicto a que encuentren vías para la reconciliación y poner en marcha el diálogo para las reformas basadas en un sistema pluralista de gobierno, estas potencias hasta ahora solamente han armado a los rebeldes, incitando a la violencia y envenenando todavía más las relaciones entre sunitas y chiítas. El Occidente cree que si los sunitas llegan al gobierno la democracia sustituirá a la dictadura, pero esta es una enorme ilusión: cambiar el régimen con la fuerza, sin dar garantías a los partidos de inspiración laica, desencadenará un conflicto más dramático que el de Irak».

Desde Baghdad, el patriarca de los caldeos, Louis Raphael Sako habló de una «catástrofe». La intervención militar estadounidense sería como provocar la erupción de un volcán con una explosión para arrasar Irak, el Líbano, Palestina. Y tal vez hay alguien que quiera justamente esto. El patriarca de los caldeos citó el antecedente de su país: «Después de diez años de la intervención de la llamada "coalición de voluntarios" que derrocó a Saddam, nuestro país sigue siendo golpeado por las bombas, los problemas de seguridad, la inestabilidad de la crisis económica».

Desde el Líbano, el patriarca maronita Béchara Rai expresó claramente su pensamiento: «Todo lo que está sucediendo en Medio Oriente (tanto en Egipto como en Siria o en Irak) es una guerra que tiene dos dimensiones. En Irak y en Siria, la guerra es entre sunitas y chiítas; en Egipto la guerra es entre fundamentalistas, entre los que están la Hermandad Musulmana y los moderados. Son guerras sin fin, pero, y siento deber decirlo, hay países, sobre todo occidentales (pero también del Oriente), que están fomentando todos estos conflictos. Hay que encontrar una solución a todos estos problemas».

Desde  Jerusalén, el Custodio de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa, indicó: «Las imágenes que tenemos de Siria son atroces, hablan por sí mismas. No creo que hoy en Siria haya gente que tenga razón y gente que no tenga razón. Cuando se usa la violencia todos se equivocan. La comunidad política internacional debe encontrar soluciones inmediatas, a través de presiones, para que todo esto se acabe de una vez ».

Desde el Vaticano, el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, lanzó también un enérgico llamado para que la reconciliación sea más fuerte que el clamor de las armas. «La superior instancia de paz y de vida –concluyó– debe prevalecer sobre cualquier otro interés o resentimiento de parte. Sobre cualquier otra razón, para la comunidad internacional deben ser prioritarios la reconciliación, la justicia y el respeto solidario de los derechos personales y sociales, incluso religiosos…

(de la revista “VALORES RELIGIOSOS   Jueves 29 de agosto de 2013)

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