martes, 13 de agosto de 2013

Concha Caballero


CUANDO TERMINE LA CRISIS 

 
Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado… nos harán creer que ha pasado el peligro… aunque hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados… y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.
Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía… y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
 Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, ENTONCES LA CRISIS HABRÁ TERMINADO.
Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes… cuando la salud se comprecuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, ENTONCES SE HABRÁ ACABADO LA CRISIS.
Un buen día del año 2014, cuando… todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—… sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando… se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, ENTONCES NOS ANUNCIARÁN QUE LA CRISIS HA TERMINADO.
Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados
 Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.
 
Resumen del artículo de Concha Caballero (Baena, Córdoba, 1956), licenciada en Filología Hispánica y profesora de Lengua y Literatura en un instituto público, analista y articulista de diversos medios de comunicación.
 

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