ZAPATERO
“Sospecho que nadie le echaba de menos después
de su lamentable final de
legislatura, después de aquella excesiva
barbarie, digna de un cínico, un
estúpido, o un jefe de Gobierno intolerablemente desinformado, en la
que afirmó que no existía esa cosa denominada CRISIS. Esta había disfrutado de absoluta impunidad para ser creada (“tanto para ti y tanto para mí”…
durante demasiados años la desvergonzada
y fraternal regla común entre especuladores,
banqueros y políticos). Ellos sabían quiénes eran los desgraciados que iban
a pagar su salvaje coste. O sea, los
de siempre.
… sentí el asalto
del rubor y también la mala hostia…”
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