jueves, 4 de octubre de 2012

 Iglesia privilegiada

Me encantaría ver el día en que todos los obispos conviertan sus palacios en centros culturales al servicio de la gente

José María Castillo, 04 de octubre de 2012 culturales al servicio de la gente

LExtracto de su artículo

Una de las cosas que más están dando que hablar, en nuestro calamitoso tiempo de crisis y en esta España de tantos problemas y tantas corrupciones, es el hecho de que la Iglesia Católica sea una de las pocas instituciones que no han sufrido recortes, ni económicos, ni legales, ni fiscales…
Parece bastante claro que Jesús se dio cuenta de que el afán por el dinero, legitimado y justificado como medio o instrumento para hacer apostolado, es uno de los engaños más peligrosos que padece el clero
El problema es mucho más grave. Lo que está en juego no es la “ejemplaridad”, sino la “autenticidad” de quienes pretenden hacer presente, en este caos de miserias e injusticias, el recuerdo de Jesús. La crisis se ha hecho ingobernable porque la corrupción y la desvergüenza han llegado a donde no podíamos imaginar. Así las cosas, esto no se arregla sino mediante una regeneración ética del tejido social, empezando por quienes en él tienen mayores responsabilidades, sobre todo en cuanto se refiere a responsabilidades de orden moral y de integridad ciudadana.
Es evidente que los responsables de la Iglesia tendrían que ser los primeros en aparecer como los más y mejor dispuestos a afrontar una forma de vida, que sea transparente y que se convierta en un reclamo para todos los que buscamos más nuestra ganancia que remediar las desigualdades sociales y el sufrimiento de los que peor lo están pasando…
No creo que sea demagogia barata afirmar que me encantaría ver el día en que la Conferencia Episcopal Española tome la decisión de que todos los obispos conviertan sus palacios en centros culturales al servicio de la gente…Y, sobre todo lo demás, que las grandes preocupaciones de cada obispo fueran las mismas que se palpan en cada página del Evangelio: la preocupación por los pobres, por los que sufren, por los enfermos, por lo que preocupa a quienes se ven peor tratados por la vida. Ese día, esta Iglesia empezaría a tener una fuerza de transformación en la sociedad que ahora mismo, por desgracia, no tiene…


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