sábado, 6 de octubre de 2012

COMO NAUFRAGO QUE LANZA SU MENSAJE DENTRO DE UNA BOTELLA...
así  también yo, por ver si, entre los lectores de este blog, encuentro algún editor dispuesto a echarme una mano.
Guardo en mi cajón varias novelas. Hoy presentaré la sinospis de

OTROS HUESOS
Con motivo del tercer centenario de la muerte del organista y compositor Joan Cabanilles, su pueblo natal se dispone a inaugurar un nuevo órgano. Los organeros encargados del montaje tropiezan con una pared que estorba su colocación y deciden derribarla. Se encuentran con una inesperada sorpresa. Un cuartucho en cuyo interior hay un esqueleto sentado en una mecedora.
Años atrás ya se descubrieron en el antiguo convento de los dominicos otros restos que, una vez estudiados, se llegó a la conclusión de que databan de la época inmediatamente anterior a 1609, cuando la expulsión de los moriscos. Los restos del muerto de la mecedora son más recientes.
El alcalde decide crear un comité local que investigue discretamente la procedencia de los huesos. Pronto se llega a la conclusión de que el muerto (joven y seguramente músico), debió morir emparedado durante el primer verano de la Guerra Civil.
Poco a poco van aflorando datos muy perturbadores relacionados con la momia. ¿Qué fue de Onofre Claramunt, miembro de la Gestora Municipal del Frente Popular, que desapareció sin dejar rastro aquel verano del 36? ¿Qué fue de las pinturas de Ribalta, misteriosamente esfumadas de la iglesia parroquial al mismo tiempo? ¿Fueron a parar al museo del Ermitage? ¿Qué papel jugó en toda esta historia Rigoberto Ortells, hombre católico y adinerado?
El organista Cabanilles, los cuadros del pintor Ribalta, la expulsión de los moriscos, la guerra civil española y las beatificaciones llevadas a cabo por Juan Pablo II… Éstas y otras cuestiones cobrarán una actualidad inquietante a raíz de la aparición del  emparedado.
Otra pista conduce al comité local hasta el hijo del sepulturero que enterró a seis curas del pueblo que fueron fusilados (beatificados por Juan Pablo II). El hombre, un niño durante la Guerra, tuvo que ayudar a su padre a sepultarlos. A partir de su testimonio se empieza a intuir la verdad. La historia no sólo se complica sino que se hace embarazosa; cobrará una inesperada perspectiva que cuestionará la beatificación.
Al fin, el misterio de la momia se resuelve cuando el comité de investigación encuentra en un escondrijo el diario que escribió el pobre músico mientras estuvo emparedado.
(338 págs.)

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