MEDIO
ORIENTE:
TODOS
LOS CRISTIANOS CONTRA LA INTERVENCIÓN
Desde Siria el patrairca siro-católico Youssef III Younan condenó con palabras muy duras la eventual intervención: «En lugar de ayudar a las diferentes partes en conflicto a que encuentren vías para la reconciliación y poner en marcha el diálogo para las reformas basadas en un sistema pluralista de gobierno, estas potencias hasta ahora solamente han armado a los rebeldes, incitando a la violencia y envenenando todavía más las relaciones entre sunitas y chiítas. El Occidente cree que si los sunitas llegan al gobierno la democracia sustituirá a la dictadura, pero esta es una enorme ilusión: cambiar el régimen con la fuerza, sin dar garantías a los partidos de inspiración laica, desencadenará un conflicto más dramático que el de Irak».
Desde Baghdad, el patriarca de
los caldeos, Louis Raphael Sako habló de una «catástrofe». La intervención militar estadounidense sería
como provocar la erupción de un volcán con una explosión para arrasar Irak, el
Líbano, Palestina. Y tal vez hay alguien
que quiera justamente esto. El patriarca de los caldeos citó el antecedente
de su país: «Después de diez años de la intervención de la llamada
"coalición de voluntarios" que derrocó a Saddam, nuestro país sigue
siendo golpeado por las bombas, los problemas de seguridad, la inestabilidad de
la crisis económica».
Desde el Líbano, el patriarca
maronita Béchara Rai expresó claramente su pensamiento: «Todo lo que está
sucediendo en Medio Oriente (tanto en Egipto como en Siria o en Irak) es una
guerra que tiene dos dimensiones. En Irak y en Siria, la guerra es entre
sunitas y chiítas; en Egipto la guerra es entre fundamentalistas, entre los que
están la Hermandad Musulmana y los moderados. Son guerras sin fin, pero, y
siento deber decirlo, hay países, sobre
todo occidentales (pero también del Oriente), que están fomentando todos estos
conflictos. Hay que encontrar una solución a todos estos problemas».
Desde Jerusalén, el Custodio de Tierra Santa, el padre
Pierbattista Pizzaballa, indicó: «Las imágenes que tenemos de Siria son
atroces, hablan por sí mismas. No creo que hoy en Siria haya gente que tenga
razón y gente que no tenga razón. Cuando
se usa la violencia todos se equivocan. La comunidad política internacional
debe encontrar soluciones inmediatas, a través de presiones, para que todo esto
se acabe de una vez ».
Desde el Vaticano, el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal
Leonardo Sandri, lanzó también un enérgico llamado para que la reconciliación sea más fuerte que el
clamor de las armas. «La superior
instancia de paz y de vida –concluyó– debe prevalecer sobre cualquier otro
interés o resentimiento de parte. Sobre cualquier otra razón, para la comunidad
internacional deben ser prioritarios la
reconciliación, la justicia y el respeto solidario de los derechos personales y
sociales, incluso religiosos…
(de la revista “VALORES
RELIGIOSOS” Jueves 29 de agosto de
2013)
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