viernes, 2 de agosto de 2013

Discurso de Mariano Rajoy


FIN DE LA CITA

 

En sus discursos, los políticos, en general, no buscan la verdad (que es lo que demandan los ciudadanos) sino cómo vencer dialécticamente a sus adversarios. Si buscasen la verdad, su lenguaje no sería esa sarta de mentiras hábilmente disfrazadas por circunloquios, digresiones y evasivas, sino sencilla y llanamente: “sí,sí, no,no”. Queda patente que no les mueve el bien del pueblo sino sus intereses personales y partidistas (tantas veces inconfesables). En definitiva, los políticos (contadas son las excepciones) por encima de todo se aferran a su poltrona.

Ayer, el señor Rajoy no contestó ni a una sola de las 20 preguntas que le formuló la diputada Rosa Díez. Esas preguntas, mira por donde, son las que se hacen los pacientes ciudadanos. Quosque tandem, Rajoy, abuteris patientia nostra? Que en buen castellano, quiere decir: ¿Hasta cuando, Rajoy, abusarás de nuestra paciencia? Porque el pueblo es sufrido y paciente, como lo está demostrando; pero la paciencia tiene un límite y, a veces, si se tensa mucho la cuerda, la paciencia se rompe, la frustración se convierte en rabia, y la rabia en cólera y la cólera ¿quién la para?

El discurso del señor Rajoy no ha sido celebrado por haber aclarado el caso Bárcenas (tan turbio y vidrioso, en presente y en diferido) sino por los múltiples “fin de la cita” que sembraron su discurso y ha sido motivo generalizado de burla. A sus asesores se les olvidó colocarle entre esas citas, esta de El Príncipe de Maquiavelo, que hubiese echado mucha luz.

 

“un príncipe prudente no puede ni debe mantener fidelidad en las promesas, cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio... Nunca le faltan a un príncipe razones legítimas para cohonestar su infidelidad... Pero es necesario saber encubrir bien este natural y tener gran habilidad para fingir y disimular... El papa Alejandro VI no hizo nunca otra cosa, ni pensó nunca en otra cosa que engañar a los hombres... El príncipe puede parecer manso, fiel, humano, leal, religioso, y serlo. Pero, en caso necesario, tiene que saber obrar de modo contrario... Hay que comprender bien que un príncipe no puede observar todas aquellas cosas por las cuales los hombres son considerados buenos, ya que a menudo, para conservar el Estado, se ve obligado a obrar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión. Es menester que tenga el ánimo dispuesto a volverse según soplen los vientos de la fortuna y lo exijan las variaciones de las cosas... No debe apartarse del bien mientras pueda, pero debe saber entrar en el mal cuando hay necesidad

                 FIN DE LA CITA

1 comentario:

  1. Citas del discurso del presidente del gobierno Mariano Rajoy

    "Los hechos sobre los que deseo informar a la Cámara se resumen en dos palabras: Me equivoqué. Señorías, lo lamento pero fue así. Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merecía."

    "Di crédito al señor Bárcenas, (Rumores.-Varios señores diputados: Mal), era una persona de confianza."

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    Sorprende a un ciudadano de a pié que no sólo una persona inteligente y experimentada como el presidente, sino ninguno de los dirigentes del partido sospechasen de la actuación de quien ha resultado de "...una manifiesta deslealtad con el partido.."


    El presidente apela varias veces a la "presunción de inocencia", pero - si no recuerdo mal - algún otro dirigente "correligionario"l fue apartado de sus tareas de gobierno , en aras del honor, la limpieza y el prestigio del partido, cuando aún no se había producido la sentencia judicial sobre el caso en que estaba imputado.

    Enrique Herrero

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