FIN DE LA CITA
En sus discursos, los políticos,
en general, no buscan la verdad (que es lo que demandan los ciudadanos) sino cómo
vencer dialécticamente a sus adversarios. Si buscasen la verdad, su lenguaje no
sería esa sarta de mentiras hábilmente disfrazadas por circunloquios,
digresiones y evasivas, sino sencilla y llanamente: “sí,sí, no,no”. Queda
patente que no les mueve el bien del pueblo sino sus intereses personales y
partidistas (tantas veces inconfesables). En definitiva, los políticos
(contadas son las excepciones) por encima de todo se aferran a su poltrona.
Ayer, el señor Rajoy no contestó ni a una sola de las 20 preguntas que
le formuló la diputada Rosa Díez. Esas preguntas, mira por donde, son las que se hacen los pacientes
ciudadanos. Quosque tandem, Rajoy,
abuteris patientia nostra? Que en buen castellano, quiere decir: ¿Hasta cuando, Rajoy, abusarás de nuestra
paciencia? Porque el pueblo es sufrido y paciente, como lo está
demostrando; pero la paciencia tiene un límite y, a veces, si se tensa mucho la
cuerda, la paciencia se rompe, la frustración se convierte en rabia, y la rabia
en cólera y la cólera ¿quién la para?
El discurso del señor Rajoy no
ha sido celebrado por haber aclarado el
caso Bárcenas (tan turbio y vidrioso, en presente y en diferido) sino por
los múltiples “fin de la cita” que sembraron
su discurso y ha sido motivo generalizado de burla. A sus asesores se les olvidó
colocarle entre esas citas, esta de El
Príncipe de Maquiavelo, que hubiese echado mucha luz.
“un príncipe prudente no puede ni debe mantener
fidelidad en las promesas, cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio... Nunca le faltan a un príncipe razones
legítimas para cohonestar su infidelidad... Pero es necesario saber
encubrir bien este natural y tener gran habilidad para fingir y disimular... El papa Alejandro VI no hizo nunca otra cosa, ni pensó nunca en otra cosa
que engañar a los hombres... El
príncipe puede parecer manso, fiel, humano, leal, religioso, y serlo. Pero, en
caso necesario, tiene que saber obrar de modo contrario... Hay que comprender
bien que un príncipe no puede observar todas aquellas cosas por las cuales los
hombres son considerados buenos, ya que a
menudo, para conservar el Estado, se ve obligado a obrar contra la fe, contra
la caridad, contra la humanidad y contra la religión. Es menester que tenga
el ánimo dispuesto a volverse según soplen los vientos de la fortuna y lo
exijan las variaciones de las cosas... No
debe apartarse del bien mientras pueda, pero debe saber entrar en el mal cuando
hay necesidad”
FIN DE LA CITA
Citas del discurso del presidente del gobierno Mariano Rajoy
ResponderEliminar"Los hechos sobre los que deseo informar a la Cámara se resumen en dos palabras: Me equivoqué. Señorías, lo lamento pero fue así. Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merecía."
"Di crédito al señor Bárcenas, (Rumores.-Varios señores diputados: Mal), era una persona de confianza."
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Sorprende a un ciudadano de a pié que no sólo una persona inteligente y experimentada como el presidente, sino ninguno de los dirigentes del partido sospechasen de la actuación de quien ha resultado de "...una manifiesta deslealtad con el partido.."
El presidente apela varias veces a la "presunción de inocencia", pero - si no recuerdo mal - algún otro dirigente "correligionario"l fue apartado de sus tareas de gobierno , en aras del honor, la limpieza y el prestigio del partido, cuando aún no se había producido la sentencia judicial sobre el caso en que estaba imputado.
Enrique Herrero