sábado, 6 de julio de 2013

LAS MANOS SUCIAS DE MAQUIAVELO


 

 

El artículo de MARÍA JOSE VILLAVERDE, catedrática de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid, que publica El País (6 de julio 2013), no tiene desperdicio. Para los lectores acelerados hago un extracto de los puntos que me han parecido más interesantes.

“… erróneamente, los historiadores reconvertidos en ideólogos han tratado de convertirle en abanderado de la libertad y fundador del republicanismo moderno. Aducen la vigencia de su ideal del vivere civile e libero, es decir su apología de la participación política y del compromiso cívico, que puede servir hoy de alternativa a la apatía política y al desinterés ciudadano imperantes en nuestras democracias liberales. Pero… lo que El Príncipe enseña al gobernante es cómo adaptarse a las circunstancias para conservar su poder (legítimo o ilegítimo) por medios lícitos o ilícitos… todo está permitido (incluso el crimen) por el bien de la patria. Poco que ver con nuestras concepciones democráticas…

el paradigma de conducta de la fiereza del león y la astucia del zorro… sería la respuesta a una época, donde imperaban la ambición, el apetito de poder, el ansia de dominación y el deseo desenfrenado de riquezas, rasgos que anticipan ya la descarnada descripción hobbesiana (homo homini lupus: el hombre es un lobo para el hombre) de nuestro mundo moderno”

[Para comprender mejor el paradigma león-zorro al que se refiere la autora, interrumpo su artículo y copio las palabras del propio Maquiavelo:

Así, pues, viéndose un príncipe en la necesidad de saber obrar... debe imitar a la zorra y al león a un tiempo; porque el león no se defiende de las trampas y la zorra no se defiende de los lobos... Es necesario, pues, ser zorra para conocer las trampas, y león para destrozar a los lobos... Por tanto, un príncipe prudente no puede ni debe mantener fidelidad en las promesas, cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio... Nunca le faltan a un príncipe razones legítimas para cohonestar su infidelidad... Pero es necesario saber encubrir bien este natural y tener gran habilidad para fingir y disimular... El papa Alejandro VI no hizo nunca otra cosa, ni pensó nunca en otra cosa que engañar a los hombres... El príncipe puede parecer manso, fiel, humano, leal, religioso, y serlo. Pero, en caso necesario, tiene que saber obrar de modo contrario... Hay que comprender bien que un príncipe no puede observar todas aquellas cosas por las cuales los hombres son considerados buenos, ya que a menudo, para conservar el Estado, se ve obligado a obrar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión. Es menester que tenga el ánimo dispuesto a volverse según soplen los vientos de la fortuna y lo exijan las variaciones de las cosas... No debe apartarse del bien mientras pueda, pero debe saber entrar en el mal cuando hay necesidad]

“… no me parece que Maquiavelo sea hoy el ejemplo a seguir… hay otras alternativas… Sócrates y los epicúreos… La tradición estoica encarnada por Cicerón enseña que no todo está permitido por el bien de la república y que existen barreras éticas infranqueables (los “derechos de la humanidad”) en la actuación política… Tal vez sea esa la enseñanza en negativo que nos puede aportar el florentino”.

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En estos momentos de crisis y convulsión, hay que andar con los ojos bien abiertos. Políticos, zorras o leones o lobos con pieles de ovejas, acechan por todas partes.

 

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