* Le
comenté que había comenzado a leer la encíclica "Lumen Fidei" y declinó todo mérito personal. Dijo
que Benedicto XVI había hecho la mayor parte, que era un pensador sublime, no
conocido ni comprendido por la mayoría de la gente. "No te imaginás la
humildad y la sabiduría de este hombre.¡Cómo
voy a prescindir del consejo de alguien así, sería muy tonto de mi parte!".
* Le comenté que la diferencia estaba en
que la gente lo veía a él más humano,
que lo podía tocar, le podía hablar… pero me aseguró que no fue sencillo para
él hacer que su entorno lo admita.-"Esto no ha sido fácil,
Jorge, aquí había muchos "dueños" del Papa y con demasiada antigüedad
en el cargo".
* Cada uno de los cambios que ha introducido
le ha costado esfuerzos inimaginables (y, supongo yo, muchos enemigos). La cosa
más difícil ha sido no aceptar que
manejen su agenda. Por eso no quiso vivir en el palacio, porque muchos Papas han estado "presos"
de sus secretarios.
*
"Yo soy quien decide a quien veo, no mis secretarios".
Me dijo que los Papas han sido
aislados durante siglos y que eso no está bien, el lugar del Pastor está junto
a sus ovejas... Luego hablamos de dos o tres cosas personales.
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