BREVES CONSIDERACIONES
En las reuniones previas al cónclave del que
saldría elegido el papa Francisco,
un grupo considerable de cardenales (no italianos) se plantearon volver a una
Iglesia más sencilla y transparente. Más pobre y evangélica. Para que esos
buenos propósitos no quedasen en papel mojado, había que acometer a fondo la
reforma (o supresión) del Banco Vaticano, piedra de escándalo y nido de reptiles.
Derribar ese becerro de oro, al que
siguen adorando poderosos cardenales de Curia, era una empresa titánica y arriesgada.
¡Nadie se había atrevido hasta ahora! Por lo que leemos en los medios de
comunicación, el papa Francisco,
cual frágil David, ha osado desafiar al todopoderoso Goliat. Ha puesto a
disposición de las autoridades italianas a monseñor Scarana, un alto funcionario (corrupto) del Banco Vaticano y ha descabezado
el Banco Vaticano. Con esta pronta y determinada actuación, el papa Francisco parece haber dado un
aviso a navegantes: los corruptos con sotana no solo irán al infierno sino también a la cárcel.
En un país que se resquebraja, una política psicótica anda convencida de
que podemos sobrevivir apretando los tornillos fiscales a toda pequeña empresa y
exprimiendo las nóminas… Nuestros gobernantes
son unos vagos, que no han encontrado otra solución a las cuentas que hacer que paguen más los que ya eran los únicos
que pagaban. Y la consecuencia es demoledora…
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