LA ESPAÑA DE GÓNGORA,
400 AÑOS DESPUÉS
De aquel imperio inepto, pero soberbio en la literatura, queda ahora un
país de ínfima categoría moral intelectual, esquilmado por los trapicheos y los
tráficos de influencias de los políticos y sus secuaces
Cuatrocientos años después, ¿qué
queda de aquella España imperial, inepta en la política, pero soberbia en la literatura?
Una España de ínfima categoría moral e intelectual, esquilmada por los
trapicheos y los nudos y tráficos de influencias de los políticos y sus
secuaces… Hace 400 años gobernó nuestro país el duque de Lerma, un arribista de
la peor estofa, un déspota que trabajó para amasar una inmensa fortuna para
vivir una vida mullida y regalada, de lujo y comodidad máximos…
Por contra, ¿qué están haciendo quienes
nos gobiernan hoy para que dentro de 400 años los españoles no se avergüencen
de nuestra paupérrima y depauperada actividad cultural, de que cohorte artística
se han rodeado y cómo los inmortalizará?
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