Ernesto Cardenal: “Hace tiempo que Dios renunció a
ser Dios”
Con 87 años, el premio
Reina Sofía de Poesía jura que solo el presente le interesa
El poeta revolucionario
Ernesto Cardenal (Nicaragua,
1925) recibió en 2009 el Premio Pablo Neruda de Poesía y recientemente ha sido
galardonando con el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. A sus 87 años solo
atesora esos dos premios, aunque también considera que más bien le molestan los
homenajes. Poeta, sacerdote, traductor, escultor… También fue ministro de
Cultura con el Gobierno sandinista de Nicaragua entre 1979 y 1987 y profeta de
la Teología de la Liberación.
Como tal profeta, el autor de El
Evangelio en Solentiname ha sido enemigo sin remedio del Vaticano.
“Ratzinger es igual que Wojtyla, o peor”, asegura en esta entrevista. También
dio forma a la experiencia de Solentiname, una comuna a la manera de los
primeros cristianos con una orientación marxista que les llevó a interpretar el
Evangelio. Sobre su desengaño con la revolución sandinista, afirma: “Daniel
Ortega no es de izquierdas ni sandinista, traicionó a la revolución”.
De la entrevista, publicada en “El País Semanal”, he entresacado algunas de sus
frases:
* La sociedad comunista
perfecta… que viene a ser lo mismo que el reino de Dios en la tierra. Yo no
tengo otra cosa que predicar que el cristianismo y el marxismo, que para mí son
la misma cosa.
* Si usted me pregunta si el
marxismo fracasó, le diré que Chesterton, escritor, humorista, inglés y
católico, dijo que el cristianismo no había fracasado… porque no se había
puesto en práctica nunca. Yo digo lo mismo del marxismo, que nunca se puso
realmente en práctica.
*. Ratzinger ha
puesto en práctica las mismas políticas pontificias del otro. Es igual que
Wojtyla. O peor.
* Revolución es
lo mismo que predicaba Jesús. Hoy hay teólogos que dicen que el reino de Dios
que él predicaba era una expresión semejante al concepto actual de revolución,
es verdad. Una revolución subversiva, que en el caso de Jesús fue lo que le
llevó a la muerte. Significaba también un cambio político y social. La juventud
de hoy sigue diciendo “otro mundo es posible”, y yo también lo creo, como lo
creyó Jesús. Es posible, y necesario. Y, como dice el obispo brasileño
Casaldáliga, también otra Iglesia es posible. Hasta hay quien dice que otro
Dios es posible.
* Puede no
creerse en ningún Dios. Los ateos dicen lo mismo que decían los cristianos
primitivos, que también fueron ateos.
* ¡Hace
tiempo que Dios renuncio a ser Dios! Se apartó y nos dejó para que hiciéramos
el cambio solos. Nos dejó en libertad y desapareció. Eso explica el Holocausto
y las demás aberraciones de la creación del ser humano.
* Si lees la
Biblia, verás todo el tiempo a un Dios subversivo. Jesús de Nazaret, lo mismo.
Así que, en efecto, estamos obligados a la subversión.
* La experiencia
de Solentiname fue muy modesta. Bueno, casi una comuna a la manera de los
primeros cristianos. Éramos cristianos renovados de la Teología de la
Liberación, con una orientación marxista, y así interpretamos el Evangelio. Una
experiencia.
* La que se autodenomina la Madre
Iglesia ha traicionado el Evangelio. El Vaticano es algo muy diferente de lo
que Cristo fundó con unos pescadores.
* La revolución no tiene por qué
ser violenta, puede ser pacífica. En algunos casos no queda más remedio que recurrir
a las armas. El papa Pablo VI, que no era ningún extremista, declaró una vez en
Colombia que ante una tiranía evidente y prolongada era legítima la lucha
armada. ¡Pero ya lo decía Gandhi! Dijo que su pacifismo no habría sido posible
en la Alemania de Hitler, y animó a los hindúes a entrar en el ejército inglés
para luchar contra el fascismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario