Alfredo Sánchez
escribe a propósito de la reliquia de San Pantaleón (cap.5 de mi novela Sangre)
En un pueblecito italiano se conservaba hasta 1984 la reliquia del “Sagrado Prepucio de Jesucristo”. Se exponía a la veneración de los fieles todos los años, el día de la circuncisión. En Alemania se hizo famosísima esta reliquia y muchos acudían en peregrinación. Pero un día de 1984 el párroco anunció, conpungido, su sacrílega desaparición. ¿Pedirían un rescate? Nada más se supo. Parece que el párroco era el que ya no aguantaba tanto cachondeo y cortó por lo sano.
En Madrid por lo visto en esa información oficial sobre la reliquia de San Pantaleón se sigue confiando en la rentabilidad evangelizadora de este tipo de religiosidad. Y Paco Asensi describe en su divertida novela lo que se le ocurrió al Cardenal Rouco para evitar que ese 27 de Julio los fieles se vieran privados del famoso milagro… Pues pedir al arzobispo de Nápoles que le dejase la reliquia de San Genaro por un día…
El esperpento y la caricatura no hacen más que resaltar los verdaderos rasgos de la realidad.
En Madrid por lo visto en esa información oficial sobre la reliquia de San Pantaleón se sigue confiando en la rentabilidad evangelizadora de este tipo de religiosidad. Y Paco Asensi describe en su divertida novela lo que se le ocurrió al Cardenal Rouco para evitar que ese 27 de Julio los fieles se vieran privados del famoso milagro… Pues pedir al arzobispo de Nápoles que le dejase la reliquia de San Genaro por un día…
El esperpento y la caricatura no hacen más que resaltar los verdaderos rasgos de la realidad.