CARTA DEL PAPA FRANCISCO AL G-20
(fragmentos)
"El
contexto actual de fuerte interdependencia exige un marco financiero global,
con sus propias reglas justas y claras,
para conseguir un mundo más ecuo y
solidario, donde se puede acabar con
el hambre, ofrecer a todos un trabajo digno, una vivienda adecuada y la
atención médica necesaria . Su presidencia del G20 este año ha asumido el
compromiso de consolidar la reforma de los organismos financieros
internacionales y alcanzar un consenso sobre las normas financieras adaptadas a
las circunstancias de hoy. Sin embargo, la economía mundial crecerá realmente
en la medida en que sea capaz de permitir una
vida digna para todos los seres humanos, desde los ancianos a los niños aún en
el seno materno; no sólo a los ciudadanos de los países miembros del G-20, sino
a cada habitante de la tierra, incluso a aquellos que se encuentran en las
situaciones sociales más difíciles o en los lugares más remotos".
"En esta óptica, es evidente que en la
vida de los pueblos los conflictos
armados son siempre la negación deliberada de cualquier posible concordia
internacional y crean divisiones profundas y dolorosas heridas que tardan
muchos años en cerrarse. Las guerras constituyen el rechazo práctico de
esforzarse para alcanzar los grandes objetivos económicos y sociales que la comunidad
internacional se ha dado, que son, por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo del
Milenio. Desafortunadamente, los numerosos conflictos armados que aún asolan al
mundo ponen cada día ante nuestros ojos, un
cuadro dramático de miseria, hambre, enfermedad y muerte. De hecho, sin paz no hay ningún tipo de desarrollo
económico. La violencia nunca trae
la paz, condición necesaria para tal desarrollo".
"La reunión de Jefes de Estado y de
Gobierno de las veinte economías más grandes, que representan dos tercios de la
población y el 90 % del PIB mundial, no tiene la seguridad internacional como
su principal objetivo. Sin embargo, no puede dejar de reflexionar sobre la
situación en Oriente Medio y especialmente en Siria. Por desgracia, duele constatar que demasiados intereses de parte han
prevalecido desde el comienzo del conflicto sirio, impidiendo encontrar una
solución que evitase la inútil masacre
de la que estamos siendo testigos. Los líderes de los países del G-20 no
permanezcan inertes ante el drama que vive desde hace ya demasiado tiempo la
querida población y que corre el peligro de acarrear nuevos sufrimientos a una
región sometida a duras pruebas y necesitada de paz. A todos y cada uno de
ellos, lanzo un apremiante llamamiento para que ayuden a encontrar maneras de
superar los diferentes contrastes y abandonen
toda pretensión vana de una solución militar. Que haya, más bien, un nuevo
compromiso de buscar con valentía y determinación, una solución pacífica a
través del diálogo y la negociación
entre las partes interesadas con el apoyo
unánime de la comunidad internacional. Por otra parte, es un deber moral de
todos los gobiernos del mundo alentar toda iniciativa para promover la asistencia humanitaria a las personas
que sufren a causa del conflicto dentro y fuera del país".
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