Roma ya
no es eterna y el Vaticano parece que tampoco
Jesús Bastante (Religión Digital), enviado especial
al Vaticano- 05 de marzo de 2013
(extractos de su artículo)
La insólita situación por la que atraviesa la Santa Sede tras la renuncia de Benedicto XVI, lejos de remover las entrañas de la institución, parece abocarla al marasmo más absoluto…
La Curia ha conseguido, prácticamente de
inmediato y, si es preciso, utilizando a los carabinieri, frenar en seco las
apariciones públicas de los cardenales, a excepción de las de los
norteamericanos, que siempre han sido muy suyos…
Y es que la relevancia que la sociedad mediática
está dando al relevo de Benedicto XVI… no casa con la sensación de pasotismo
que se vislumbra alrededor del Vaticano. Dicen, y con razón, que los romanos
no son muy católicos, pero sí son muy del Papa... y en esta ocasión el
axioma parece que no termina de funcionar.
Se escucha muy poco ruido en torno a la plaza de
San Pedro. La liturgia de un Papa muerto, en especial de
"aquel" Papa muerto -agonizante durante meses después de casi tres
décadas en el poder- y aupado "subito" a los altares por el pueblo,
resulta infinitamente más poderosa que la del anciano dimisionario encerrado
tras los muros de Castel Gandolfo.
No hay masas de gente esperando saber cuándo
se inicia el cónclave… A lo sumo, los corrillos están más interesados en
las "quinielas", y en si uno u otro candidato estará o no inmerso en
alguna lucha de poder secreta -¿por qué la decisión de no presentar el informe
del Vatileaks a los cardenales?- o, peor aún, en los terribles escándalos
de encubrimiento de abusos sexuales a menores que han sangrado la credibilidad
de la institución hasta límites insospechados…
Y entre tanto, en las congregaciones, los
purpurados no sueltan prenda… la dupla Sodano-Bertone (enemigos
íntimos y responsables de devenir del inmediato futuro de la sede de Pedro), ha
conseguido que, al menos esta vez, vuelva a funcionar el muro de silencio.
Y es que Roma… está triste, y a un paso de dejar
de ser eterna. Hace falta un cambio de rumbo. En las formas. Y en el fondo.
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