El malo de la película vaticana: ¡Paoleto,
el mayordomo del papa!
(Extractos del artículo publicado en “el periodico de Cataluña”, 14 de agosto de 2012)
Luego surgió la Iglesia como
organización jerárquico-patriarcal, aliada con el poder y ella misma
detentadora de todo el poder, el espiritual y el temporal. Para ello tuvo que incumplir
la orden del Maestro…
La Iglesia se organizó al modo
imperial y, con el paso del tiempo se convirtió en Estado bajo la autoridad del
Papa, persona con más poder que los faraones egipcios, los emperadores romanos,
los califas otomanos y los reyes católicos; pero que osa llamarse “siervo de los siervos de Dios”. Si la
Iglesia no es de institución divina, menos aún lo es el Vaticano. Este no es el
centro de la Cristiandad, ni Roma, la ciudad santa y eterna, sino, un lugar de
intrigas, maquinaciones, traiciones, luchas por poder, negocios turbios.
El papa no está libre de las
intrigas, es parte de las mismas y, en ocasiones, su principal responsable. Es
el caso de Benedicto XVI, que lleva treinta años en el centro de la intriga,
primero como presidente de la todopoderosa poderosa Congregación para la
Doctrina de la Fe, que condenó a teólogos y teólogas acusados de heterodoxos y
sustituyó a obispos del concilio Vaticano II por obispos neoconervadores.
Luego, en el Cónclave, donde movió todos los hilos para conseguir su elección
papal con el apoyo de la mayoría de los cardenales que habían sido nombrados
durante su mandato como Inquisidor de la Fe…
Ayer conocimos la noticia del
procesamiento del mayordomo del Papa Paolo Gabriele y del empleado de la
Secretaría del Vaticano Claudio Sciarpelleti, acusados de robo y difusión de
documentos secretos de la Santa Sede, según la sentencia del juez instructor
del Tribunal del Estado Vaticano contra el mayordomo del papa Gabriele acusado
de “robo con agravante”.
Yo creo que en la trama está
implicada buena parte de Curia, incluido el Papa. Todos deberían ser
investigados. Y, tras la investigación, proceder a la supresión del Vaticano
como Estado, que es la gran herejía del cristianismo…
Por ahí debe comenzar la Reforma
de la Iglesia, como acaba de proponer Pére Casaldáliga, obispo catalán emérito
de la Prelatura brasileña de Sâo Felix do Araguaia.
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