sábado, 9 de noviembre de 2013

¡Vivir para ver!


De aquí y de allá

 He aquí algunos extractos de El País 9 de noviembre de 2013

* Manuel Rivas – “Otro Madrid”
Madrid necesita otro alcalde o alcaldesa con urgencia, un Gobierno que gobierne… La decadencia de Madrid tiene que ver con la desactivación de su pulso cultural. Cuando desaparece la cultura, entra a saco la vulgaridad.
* J.J. Pérez Benllohc – “Un embrollo descomunal”
Hace 24 años el presidente socialista Joan Lerma puso en marcha RTVV (RadioTeleVisiónValenciana)… nació sin mucho entusiasmo por la libertad de expresión… En 1995, su sucesor en la poltrona, Eduardo Zaplana… sin reparar en gastos, inundó (el invento) con personal de su confianza, abonando el clientelismo y la manipulación informativa. Francisco Camps no hizo otra cosa que, en un palmario ejercicio de irresponsabilidad, insistir en estas prácticas, abocando el ente al límite de lo imposible e inviable. Alberto Fabra ha tenido que afrontar… el problema que supone el escandaloso desmadre económico de este medio, por no hablar de su misérrima audiencia. Soslayamos los episodios de saqueo, abusos y despilfarro
No vamos a romper una lanza por esta TV… sus mayores beneficiarios eran los políticos del PP con mando en plaza… bajo el imperio del PP, la TVV ha sido el emporio de la mentira o la falsificación… alguna culpa incumbe a esa plantilla que, salvada una intrépida y honorable minoría, ha callado año tras año ante los desmanes evidentes y su propia hinchazón. No merecen este castigo, pero lo han abonado.
* Luz Sánchez-Mellado - “Portera de día”
Total que con la prisas no te cuento… lo de las cuchillas antiinmigrantes de Fernández Díaz en Melilla, aunque ahí el ministro, para ser tan pío, se ha pasado por el forro lo de amarás al prójimo como a ti mismo.

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Nota propia: en la nómina del Opus Dei [cuyos adeptos buscan la santificación personal (¿?) mediante el trabajo y enriquecimiento en este mundo] no hay que olvidar entre otros preclaros miembros a: Federido Trillo, embajador en Londres, y a Juan Cotino, presidente de las Cortes Valencianas.

 

jueves, 7 de noviembre de 2013

Juan Pablo II ¿santo?


Comulgar con ruedas de molino

  El cardenal Stanislao Dziwisz, arzobispo de Cracovia y secretario del papa Wojtyla, quiere hacernos comulgar con ruedas de molino. En su libro “He vivido con un santo” afirma con aplomo y cinismo que Juan Pablo II nunca supo la verdad sobre las inmoralidades de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Ni siquiera oyó rumores. No sabía nada, absolutamente nada. Y echa toda la culpa a la estructura burocrática vaticana, como si él no hubiese formado parte de esa Curia Romana que ahora culpabiliza.

 Me he preguntado muchas veces cuántas toneladas de tierra utilizó Juan Pablo II para tapar los crímenes de pederastia de Marcial Maciel, íntimo amigo suyo y gran benefactor de la Curia Romana… Por si no fuese suficiente, lo honró en público como “guía de la juventud”.

El penoso affaire del fundador de los Legionarios aún colea y salta a los periódicos de vez en cuando. Ahí están las numerosas víctimas (niños o jóvenes seminaristas), adultos ahora, que creyeron ingenuamente que en Roma encontrarían a la madre protectora. Una tras otra fueron enviando sus denuncias al Santo Oficio de Ratzinger. Las víctimas relataban cómo el padre Marcial Maciel les sellaba los labios, recordándoles la promesa de guardar secreto y de obedecer que habían hecho. El padre Marcial Maciel esgrimía el perverso axioma (una y mil veces repetido en el confesonario y en las pláticas como doctrina incuestionable) de que el que obedece nunca se equivoca. Había que obedecer al superior, aunque mandase cosas pecaminosas, porque tenía el don del discernimiento y, en último término, porque representaba a Dios. A los adolescentes, desarmados de ese modo, se los llevaba a la cama. Les decía que las masturbaciones, felaciones y otros juegos más osados a los que los sometía, se los habían prescrito los médicos porque no encontraban otro remedio para calmar sus dolencias crónicas. Además (les mentía) contaba con la dispensa de Pío XII y de los otros papas que vinieron detrás. Tras someterlos a las vejaciones sexuales, Marcial Maciel los tranquilizaba paternalmente: “No te preocupes, hijo mío. Para que te quedes más tranquilo y sin remordimientos de conciencia, yo mismo te doy la absolución”. Y los mandaba luego a misa, y ponía en sus bocas la blanca hostia.

Las denuncias contra Marcial Maciel llegaron al Vaticano. El cardenal Ratzinger, entonces prefecto del Santo Oficio, ¿no informó al Juan Pablo II con quien despachaba semanalmente? ¿O fue Wojtyla quien ordenó que no se les diese curso? Las denuncias quedaron en papel mojado, olvidadas sine die… Por favor, monseñor Stanislaw Dziwisz, no nos tome por imbéciles y no pretenda hacernos comulgar con ruedas de molino.

Este cardenal polaco, hipócritamente, se echa las manos a la cabeza, escandalizado: ¡Juan Pablo II es un santo, si lo sabré yo; él jamás supo nada de pederastas, como tampoco supo nada de Reagan ni de la CIA, ni de Pinochet, ni de los eventos de Nicaragua (caso de Ernesto Cardenal) y de El Salvador (caso del arzobispo Romero), ni de la Teología de la Liberación,  ni de la Sluba Bezpieczenstwa (la terrible policía secreta del antiguo régimen comunista, de la que un 10% de los clérigos polacos fueron colaboracionistas), etc. etc. Ese es el núcleo biográfico que retrata al papa Wojtyla tal cual era. Ahí se ve, con hechos incontrovertibles, que Juan Pablo II no fue un papa pastoral sino un papa político, un papa iluminado, ultraconservador, tremendamente terrenal y ansioso de poder. ¡No supo nada, absolutamente nada! ¿Qué hacía, pues, un papa tan avispado como Wojtyla?

En el Vaticano (la institución mejor informada del mundo) todo, absolutamente todo, se sabe. Ahora bien, cada cual miran las cosas con la perspectiva del propio interés y medro. Se callan o se destapan según los beneficios personales que puedan acarrear.

¿A cuantos cardenales no habrá comprado el tal Marcial Maciel a golpe de talonario de cifras millonarias? ¿A qué viene ahora eso de que Wojtyla no sabía nada? Alguna parte de culpa le corresponderá también al fiel secretario, hoy cardenal. El papa Wojtyla encubrió hasta su muerte a su amigo Maciel. Impidió que se le abriese proceso alguno. A causa de su connivencia con la pederastia y del consiguiente desprecio y falta de caridad hacia las víctimas, Juan Pablo II no es merecedor del honor de los altares.

El cardenal Dziwisz nunca me cayó bien; y creo que no soy el único. Para los curiales del Vaticano, monseñor Stanislaw Dziwisz, secretario del papa Wojtyla, siempre fue la persona más desconcertante de los cortesanos que le rodearon. Desde el mismo momento que este papa tomó posesión de los palacios apostólicos, se encargó de espantar a los italianos que integraban “la familia pontificia” y sustituirlos por polacos. Él mismo se convirtió en cabecilla del “clan de los polacos”, camarilla hermética que, a lo largo del pontificado, fue adquiriendo más y más poder.

Karol Wojtyla, siendo arzobispo de Cracovia, había escogido para secretario personal al joven Stanislaw que aún no había sido ordenado in sacris. Desde entonces siempre estuvo a su lado, vivió bajo el mismo techo, lo acompañó en todos sus viajes, se convirtió en su sombra. Como declaraba un arzobispo polaco, habitual comensal del papa, Stasz (como familiarmente lo llamaban los más íntimos) era su confidente, su asesor, su amigo entrañable a quien el papa quería como un hijo. A medida que fueron pasando los años, monseñor Dziwisz acaparó competencias que superaban con creces las específicas de un secretario. Pasó de ser su fiel perrillo faldero a ser su perro guardián. A medida que las facultades del papa mermaban, las de su valido fueron creciendo. Monseñor Dziwisz se hizo imprescindible. Conocía como nadie los hábitos de Wojtyla y, lo que es mucho más inquietante, conocía su mente. (¿La manipulaba?). Dziwisz estaba con el papa todo el día: comían, paseaban y rezaban juntos. Como comentaba ese comensal polaco al que me he referido antes, en los appartamenti di terzo piano vivían el papa y Stanislaw; luego, todos los demás. De estar hoy en uso el nepotismo como en otros tiempos, quién sabe si este personaje, mediocre, oscuro y reservado, hubiese acabado heredando el trono.

Monseñor Dziwisz siempre me recordó, mutatis mutandis, a sor Pascualina, aquella extraña e inquietante monja que llegó a tener tan gran ascendencia sobre Pío XII que los mismos cardenales debían acudir a ella para solicitar audiencia. Con los años, la monja concitó tanto resentimiento que, apenas muerto Pío XII, los cardenales la echaron del Vaticano a cajas destempladas. Monseñor Dziwisz no ha salido del Vaticano con las manos vacías, como sor Pascualina. Ratzinger le regaló el arzobispado de Cracovia y un capelo cardenalicio como recompensa a los servicios prestados.

 

martes, 5 de noviembre de 2013

¿El papa Wojtyla, santo? ¿Por qué no Reagan?

Juan Pablo II no es santo de mi devoción
 
 
El primer viaje de Juan Pablo II a Nicaragua en marzo de 1983 no sólo cuestiona la heroicidad de sus virtudes, sino que las echa por los suelos. He aquí algunos puntos que invitan a la reflexión.

Primero: Juan Pablo II había hablado de paz en los otros países de Centro América que acababa de visitar y pedido a los guerrilleros que depusieran las armas. En cambio, en Nicaragua, que sufría los crímenes y atrocidades de los guerrilleros de la Contra, evitó pronunciarse. ¿Por qué? Juan Pablo II no podía ignorar que los integrantes de la Contra provenían en su mayoría de las filas del dictador Somoza, y estaba promovida y financiada por la Administración Reagan. Además, los de la Contra iban gritando a los cuatro vientos: “¡El Papa está con nosotros!”. ¿Por qué Juan Pablo II no desmintió ese equívoco? ¿Por qué no condenó los crímenes de la Contra? Qui tacet consentire videtur (Quien calla, consiente). El papa, cuanto menos, pecó de silencio cómplice.

Segundo: los asesores de Juan Pablo II que prepararon ese viaje y sus discursos, habían utilizado un documento secreto elaborado por el nicaragüense Humberto Belli, fanático antisandinista. Dicho documento se lo facilitó el Nacional Security Council de los Estados Unidos. La actuación del papa en Nicaragua fue imprudente, injusta y antievangélica, quedando de manifiesto que se atuvo a las directrices políticas de los norteamericanos.

Tercero: El gobierno sandinista y los responsables del protocolo Vaticano habían convenido que, a su llegada al aeropuerto, el papa sería recibido por el presidente Ortega, y saludaría de lejos a los miembros de su gobierno; evitando así el encuentro con el sacerdote Ernesto Cardenal, ministro de Cultura. Al cardenal Silvestrini (de la Secretaría de Estado, que había llegado a Nicaragua una semana antes para ultimar los detalles), esa solución le pareció genial. Pero los designios de Juan Pablo II fueron otros. Saltándose todo lo convenido, pidió al presidente Ortega saludar individualmente a los ministros y éste, cogido por sorpresa, accedió. El papa, flanqueado por Daniel Ortega y el cardenal Casaroli, Secretario de Estado, fue dando la mano a los ministros. Al llegarle el turno a Ernesto Cardenal (sacerdote jesuita), éste se quitó su boina y dobló la rodilla para besarle el anillo. El papa, visiblemente enfurecido, retiró la mano y, blandiendo el dedo como si fuera un bastón, le grito: “Usted debe regularizar su situación”. Reprimenda que repitió dos veces. Todas las cámaras del mundo transmitieron semejante humillación.

La reprimenda del papa fue injusta, porque Ernesto Cardenal sí que contaba con la autorización de los obispos autóctonos. Esa reprimenda no fue un acto espontáneo sino premeditado. El propio nuncio de Nicaragua ya había prevenido a Ernesto Cardenal de que “algo” podría ocurrir, y que las cámaras de televisión estaban sobre aviso; lo que constituía una grave alevosía. El norteamericano Blase Bonpane escribió una carta abierta a Juan Pablo II diciéndole lo que tantos cristianos pensaron: que se había dejado llevar de la ira, que había faltado gravemente a la caridad, que había escandalizado a medio mundo y que debía pedir perdón públicamente al sacerdote por haberlo humillado.

Vienen a mi memoria una frase de Jorge Luis Borges que he leído no sé en que parte: “Las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida”.

Cuarto: El papa en su homilía de la misa solemne, celebrada delante de más de 700.000 personas llegadas de todos los rincones de Nicaragua, mostró una agresividad indigna de un pastor de la paz. Agresividad que más que en sus palabras estaba en el tono acusatorio con que las decía, y aún las gritaba. Al comprender el pueblo que el papa hablaba contra los cristianos y sacerdotes de la revolución sandinista, reaccionó contra él, mostrándole a gritos su desacuerdo.

La visita del papa Wojtyla a Nicaragua, a mi entender, resultó una mancha negra en su biografía más que suficiente para paralizar sine die su beatificación-canonización. ¿Cómo se las habrán ingeniado el postulador de la causa y los redactores de su positio para escamotearla? Quizá se empleasen a fondo para tergiversar la historia. Quizá resumiesen en una línea aquel desafortunado viaje a Nicaragua o lo englobasen en el capítulo genérico, evanescente y triunfalista, de sus viajes apostólicos. Quizá adujeron que, de detenerse a analizar tan con lupa los hechos de su vida, se eternizaría el proceso… No me cabe la menor duda de que escamotearon ese viaje a Nicaragua, como han hecho con otros asuntos espinosos de su pontificado. La ira de Karol Wojtyla (aunque se la disfrace o justifique con el celo bíblico “zelus Domus tuae comedit me”) lo inhabilita como modelo de bondad, comprensión y misericordia.

Desde mi punto de vista, en los eventos de Nicaragua y el Salvador (caso del arzobispo Romero) confluyen y se entremezclan la política de Reagan, la CIA, la Teología de la Liberación, Polonia, el comunismo… Ese es el núcleo biográfico que retrata al papa Wojtyla tal cual era. Ahí se ve, con hechos incontrovertibles, que Juan Pablo II no fue un papa pastoral sino un papa político, un papa iluminado, tremendamente terrenal y ansioso de poder.

domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Por qué bada sirve nunca de nada?


Gobernantes incompetentes y sin escrúpulos

 

Van a cumplirse dos años desde las últimas elecciones. Sí, sólo dos años, aunque parezca que Rajoy, Sáenz de Santamaría, Montoro, Mato, Wert y demás conmilitones lleven burlándonos una eternidad… en este período se han aplicado incontables recortes en todo lo habido y por haber…
… ¿cómo puede ser que todos estos brutales recortes y ahorros, y toda esa monstruosa operación recaudatoria (un saqueo, un expolio en regla) no sirvan nunca de nada?
… ¿Dónde va a parar todo ese dinero, el que no se gasta en servir a los ciudadanos y el que se les sustrae con variadas triquiñuelas legales?
…Hay una respuesta obvia: estamos en manos de incompetentes que además carecen de escrúpulos.

Lo prueba que:
* el Gobierno cuente con unos 600 “asesores”
* el Ayuntamiento de Barcelona con 262
* el de Madrid no se sabe si con 231 o 254
* Mientras el de París, con más millones de habitantes, se asesora sólo con 36.
… Añadan los asesores de 17 gobiernos autonómicos, y les saldrán millares… en su mayoría inútiles y parasitarios.

Lo más sangrante, con todo, es esto: si alguien es Presidente, ministro, alcalde, consejero autonómico o concejal, se supone que posee conocimiento y criterio para desempeñar su cargo y que no necesita de ningún asesor… de un cargo público debe esperarse que él o ella sean sus propios “asesores”, y que dimitan si no es así y dejen su puesto a quien sepa de verdad. O bien que el salario de
* los 262 “asesores” de Barcelona
* los 231 “asesores” de Madrid y
* los 600 “asesores” del Gobierno Central se reste  de los que respectivamente perciben
 Xavier Trías, Ana Botella y Mariano Rajoy.

 
Javier Marías El País Semanal Domingo 3 de noviembre de 2013
(Extracto de su artículo: ¿Por qué nada sirve nunca de nada?)

 

sábado, 2 de noviembre de 2013

Más lujo y más hambre

Las cosas claras
… nuestros gobernantes han organizado las cosas de manera que cada día aumenta el número de personas que rebuscan lo que pueden en los contenedores de basura… Mientras que, al mismo tiempo… hay quienes se sienten orgullosos de sí mismos porque se pueden permitir lujos y caprichos que poca gente en Europa se puede permitir en estos tiempos.
Los políticos no mienten cuando nos dicen que a España llega cada día más dinero. Lo que no nos dicen es que ese dinero le llega a poca gente, a contadas familias, que nos manejan a los demás…
No hablo de las consecuencias que este aterrador giro económico ha provocado, y está provocando… la clase media, si no desaparece totalmente, se va a quedar tan debilitada y tan escasa, que, dentro de poco, ya no será el motor de la economía de este país.
 el 80 % de la población quedaremos a merced de lo que quieran hacer con nosotros el 20 % de los más ricos. Porque ellos sí serán el factor determinante que decidirá cómo va a funcionar la política, la economía, la justicia, la educación, la cultura y hasta la religión.
… al hablar de estas cosas, estoy expresando lo que es el centro de mis convicciones y mis creencias. O sea, lo que es el centro de mi religión.
Yo leo y releo el Evangelio. Y lo que en él encuentro, en cada página de ese gran relato, es que el centro de las preocupaciones de Jesús no fue la religión del templo, sino el sufrimiento de la gente de la calle. Justamente, lo que no se cansa de repetir el papa Francisco. Este papa extraño que, de pronto, se ha hecho presente en la escena mundial. Para recordarnos a todos - empezando por el clero - que, por muy importante que sea la asignatura de religión en la enseñanza, es mucho más apremiante remediar el hambre y atender a la salud de niños, ancianos y enfermos.
… yo sé que Caritas, parroquias, conventos y otras instituciones similares derrochan caridad y generosidad con incontables personas necesitadas. Esto es justo y necesario reconocerlo. Tan justo y necesario como tener presente que la estabilidad constitucional de un país no se puede cimentar sobre la caridad, sino sobre la justicia. Yo supongo que nuestros políticos se dan cuenta de esto. Pero si es que ni de esto se enteran (o no les interesa), que no nos hablen más de los presuntos crecimientos económicos, que sólo cuadran con sus cuentas y proyectos. No queremos el modelo de sociedad que ellos quieren. Queremos una España más igualitaria, más justa y más honrada. O digamos, por las claras, que ni nos importa su España. Ni nos interesa su religión.


Extracto del art. “Más lujo y más hambre” de José Mª Castillo (1 Nov. 2013)

domingo, 27 de octubre de 2013

Manuel Vicent y Carlos Boyero

DE AQUÍ Y DE ALLÁ

He aquí unos sustanciosos párrafos que copio de de Manuel Vicent y Carlos Boyero (El País 27 de Octubre 2013).
Del primero: “En esta crisis el Gobierno nos está aplicando la receta de los ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, la misma que se ejerce en los sótanos de las comisarías. A la angustia del rescate, al dolor de los recortes, al abismo de la pobreza, de pronto, le sigue el sonido de alegres campanas. Llega el Gobierno con un bocadillo de tortilla y se produce el vuelco psicológico, que podría darle, de nuevo, un montón de votos, porque gracias a habernos comportado como humildes ovejas, ya se ve luz verde en el fondo del matadero”.

Del segundo: “Casi prefiero la respuesta de Rajoy, de ese plagio de Groucho Marx, cuando le piden su opinión sobre la abolición de la doctrina Parot y farfulla: “Está lloviendo mucho”. Al menos, su desvergüenza provoca risa. Groucho también hubiera incorporado en su genial repertorio a Maduro al haber creado éste en Venezuela el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social. Nos queda El Roto. Su viñeta es el único editorial en el que creo, el veraz y tenebroso informativo diario sobre el estado de las cosas”.

sábado, 26 de octubre de 2013

¿ALGUIEN ECHA DE MENOS A ZAPATERO?


ZAPATERO

 ¿Quién le echa de menos? Carlos Boyero seguro que no, por lo que se deduce de su artículo publicado en El País del 26 Octubres 2013. Zapatero volvió a la escena el domingo pasado. Sus ojos de ingenuo asustadizo y su espalda de huesos aparentemente descuajaringados, siempre le dieron el aire de un muñeco de guiñol, manipulado vete tú a saber por qué hilos…
“Sospecho que nadie le echaba de menos después de su lamentable final de legislatura, después de aquella excesiva barbarie, digna de un cínico, un estúpido, o un jefe de Gobierno intolerablemente desinformado, en la que afirmó que no existía esa cosa denominada CRISIS. Esta había disfrutado de absoluta impunidad para ser creada (“tanto para ti y tanto para mí”… durante demasiados años la desvergonzada y fraternal regla común entre especuladores, banqueros y políticos). Ellos sabían quiénes eran los desgraciados que iban a pagar su salvaje coste. O sea, los de siempre.

sentí el asalto del rubor y también la mala hostia…”

viernes, 25 de octubre de 2013

Al papa le crecen los enanos


Al papa Francisco le crecen los enanos

 

Il Messaggero (22 Octubre 2013) trae la entrevista mantenida con monseñor Georg Gänswein, secretario privado del Papa Benedicto XVI y actual Prefecto de la Casa Pontificia. Declaraciones muy interesantes y clarificadoras.

De entrada, unas pinceladas sobre este personaje vaticano.

Monseñor Georg Gänswein, el secretario privado de Benedicto XVI (que ya lo fue del cardenal Ratzinger) es alto, rubio, atlético, seductor… Recuerda al arzobispo Ralph de Bricassart, de la serie televisiva “El pájaro espino”.

Don Giorgio, como familiarmente se le conoce en Roma, fue un perfecto desconocido hasta que las cámaras de televisión se fijaron en él durante la misa de la entronización de su mentor. Se recrearon en él y le dieron vida. El, bastante narcisista, se dejó querer. No obstante, ya era sobradamente conocido en Villa Tevere, bastión del Opus Dei, y en los salones de la aristocracia romana. Los que le han visto desenvolverse en esos ambientes, un tanto rancios para los tiempos que corren, cuentan y no acaban de su soltura y galantería con las princesas crepusculares, del gran desparpajo con que trata a las damas más o menos acartonadas, de su fluida conversación mundana, de sus chistes y ocurrencias que las hace reír, del modo tan distinguido con que se maneja con las copas de champagne y los canapés, etc.  Según aseguran, es un monsignore moderno, con gran estilo. Alguien (¿bien informado?) lo incluye entre los obispos con psicología de príncipes, burócratas de despacho, carreristas, politiqueros, que integran la corte papal, ¡esa lepra del papado! Nada que ver con el tipo de obispo con olor a oveja que preconiza el papa Francisco.

Ratzinger y su secretario nacieron en la católica Baviera, y eso, en cierto modo, debe de imprimir carácter. Son genéticamente católicos y biológicamente ultraconservadores. A algunos de los que hemos nacido en el Mediterráneo, el agua del bautismo no nos ha penetrado tan profundamente… Rascas y, ¡zas!, aparece el anima naturaliter pagana.

Ratzinger y Gänswein estudiaron en Friburgo y eludieron, en cuanto estuvo de su mano, las labores pastorales para las que Dios, quizá, no les había dotado. Monseñor Gänswein fue monitor de esquí en sus años de juventud y, según cuenta cierta prensa frívola, rompió unos cuantos corazones antes de ordenarse de sacerdote. Nada de extrañar. Aún hoy sus ojos azules y su metro ochenta hacen estragos; y no sólo entre las mujeres. Donatella Versace se inspiró en él para una de sus colecciones. La creadora comentó que quería hombres jóvenes de belleza angélica, elegantes, refinados, que muestren menos músculos y más espiritualidad (Habría que conocer qué entiende la Versace por espiritualidad). En el padre Georg (cuerpo atlético, cabellos rubios, boca grande y carnosa) ha encontrado ese sex symbol del siglo XXI que buscaba. Lo localizó en el Vaticano, en el entorno del pontífice, lo que le daba un plus impagable de publicidad. Modelos rubios, con trajes negros y camisas de cuello clerical y un look similar al de monseñor Gänswein, desfilaron en la pasarela de Milán. Los expertos, emocionados, se apresuraron a proclamar el nacimiento del “estilo padre Georg”.

Un buen amigo mío, conocedor de la Corte Vaticana por haber vivido en ella, dice que allí se lee más y con mayor provecho El Príncipe de Maquiavelo que el Evangelio de Jesús. No creo que, visto lo visto, esa afirmación vaya desencaminada ni escandalice a nadie. ¿Ratzinger, un papa en la sombra, como tanto se ha dicho? Hay evidentes indicios de todo lo contrario.

Benedicto XVI concibió un plan más terrenal de lo que aparece. Veamos:

1- Planificó minuciosamente su día de después: desde el tratamiento que quería recibir (Su Santidad), su vestimenta (sotana blanca), ¡hasta sus zapatos rojos! etc. Nada dejó a la improvisación. Ni esperó a que resolviera su sucesor.

2- Decidió por su cuenta quedarse en el Vaticano. ¿No había en su querida Baviera natal o en toda Alemania un monasterio apropiado donde retirarse? ¿No podía el gobierno alemán garantizar su seguridad, como se ha argumentado? Su sucesor, le gustara o no, se encontró ante hechos consumados.

3- Ratzinger el 7 de diciembre de 2012 nombró a Georg Gänswein Prefecto de la Casa Pontificia, cargo de gran responsabilidad: está a la cabeza de dicha Casa, controla la agenda del papa y supervisa todas las actividades que le conciernen. El 6 de enero de 2013 lo consagró arzobispo. ¿Por qué tantas prisas en consagrar obispo a su leal secretario y darle semejante cargo? ¿No hubiese sido más noble y lógico dejar que su sucesor cubriera a su gusto ese puesto? Con ese nombramiento, Benedicto XVI colocaba su topo en la casa del nuevo papa. Monseñor Gänswein (”le beau male”, como le aclaman sus admiradores) se convertía así en un estrecho lazo (un cualificado correveidile de ida y vuelta) entre Ratzinger y el nuevo papa. Monseñor Gänswein, desmintiendo tal cosa y quitando hierro al hecho consumado, se define a sí mismo como el hombre puente entre los dos papas. Puede que el papa Bergoglio, para desembarazarse discretamente de esa trampa, renunciase a los aposentos pontificios, donde estaría muy solo e indefenso, a merced de “camarillas”… ¿Recuerdan la camarilla polaca capitaneada por Stanisław Dziwisz que se apoderó del enfermo Juan Pablo II? El papa Bergoglio, con buen criterio, decidió quedarse en la residencia de Santa Marta, lugar mucho más aireado y seguro.

Benedicto XVI no se habría aislado y desentendido del mundanal Vaticano como se nos ha querido vender.

¿Serán estas elucubraciones puras fantasías? En estos meses hemos visto verdaderos culebrones en torno al papa Francisco que confirman que en el Vaticano la realidad supera a toda ficción.

Volvamos a Il Messaggero, a las declaraciones del Don Giorgio.

* Quién conoce a Benedicto XVI sabe que él nunca interfirió y no interfiere en el gobierno de la Iglesia, no es parte de su estilo. Si él lo dice… Excusatio non petita, accusatio manifesta.

* Don Giorgio añora el tiempo pasado: Después de 28 de febrero, cuando nos fuimos del Vaticano, comenzaron los días difíciles. Nunca olvidaré cuando apagué las luces del apartamento pontificio con lágrimas en los ojos... 

* Admito haber tenido alguna dificultad, alguna experiencia desagradable con respecto a los malentendidos y la envidia, pero las olas se han calmado. 

* Afortunadamente, con el nuevo Papa se creó inmediatamente una relación humana de afecto y estima, a pesar de que Benedicto XVI y el papa Francisco son personas con diferentes estilos y personalidades. Alguien quería interpretar estas diferencias en direcciones opuestas. (¿Irían desencaminados, me pregunto?)

* Estoy tratando de entender cada vez más lo que significa la expresión "Iglesia pobre", que se ha convertido en un elemento común en el ministerio petrino del Papa Bergoglio. Pero en primer lugar, no es una expresión sociológica, sino teológica (non è una espressione sociologica bensì teologica, al centro è il Cristo povero, e da lì segue tutto). Desde el primer momento, todos los conservadores y ultraconservadores han intentado restar importancia a esa interpretación sociológica de la pobreza (¿demasiado humana para ser cristiana?). Y eso que el papa Francisco dejó bien claro que los enfermos, los marginados, los emigrantes, los desheredados de este mundo… ¿No son los pobres en sentido estricto a los que el papa llama la carne de Cristo?

* Sobre la revolución que está ocurriendo. A monseñor Gänswein hablar de revolución le parece un slogan fácil. ¡Cosa de los medios! Claro que algunos gestos y las iniciativas Papa Francesco han sorprendido y todavía sorprenden. Sin embargo, es normal que un cambio de pontificado traiga consigo cambios en diferentes niveles… Pero esto no es una revoluciónQuesta non è però una rivoluzione, è semplicemente un atto di governo e di responsabilità». Don Gorgio no quiere oír hablar de la "revolución" del papa Francisco, porque, según él, sería "engañoso".  La revolución, en todo caso, ya había comenzado con Benedicto XVI… ¡¡Vivir para ver!!
         Últimamente, Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (nombrado por el papa Ratzinger) llevó públicamente la contraria al papa Francisco respecto la posibilidad de administrar la comunión a los divorciados. El arzobispo hizo estas manifestaciones en un artículo publicado en L'Osservatore Romano. Sus declaraciones muestran la opinión tradicional del ala dura de la Curia, distinta a la que manifestó el papa, dispuesto a realizar reformas en la Iglesia.

 Cada día que pasa, al papa Francisco le crecen los enanos.


 




 

 

 

 

lunes, 21 de octubre de 2013

Que el árbol no impida ver el bosque


¿Es posible la Iglesia de los pobres?

 Mucho se ha hablado estos días de Franz-Peter Tebartz-van Elst, obispo alemán de Limburgo, que ha saltado a los medios de comunicación por su escandalosa fijación por el lujo y el despilfarro. Tebartz-van Elst es el contra-tipo de obispo que predica el papa Francisco.
¡Que el árbol no nos impida ver el bosque!
¿Cómo es posible que este obispo (mansión principesca a costa de los millones hurtados a las aportaciones de sus fieles, obsesionado por el lujo, de vida pomposa, con todas las agravantes que se quiera…) haya escandalizado a todo el mundo? Lo único que ha hecho es vivir al modo principesco que ha visto en “su” mundo. ¿Cómo viven los obispos, arzobispos y cardenales de Alemania? ¿Cómo viven los obispos, arzobispos y cardenales en España? ¿No son la mayoría de ellos obispos con psicología de príncipes, burócratas de despacho, carreristas en busca incansable de los primeros puestos, politiqueros, que se creen dueños de la voluntad de Dios? ¿Tan pronto nos hemos olvidado del cardenal Ricard María Carles? Vive en un palacete, con chófer, secretaria, personal de servicio y un Audi 6. ¡No es el director ejecutivo de una multinacional, sino el cardenal emérito de Barcelona! ¿Tan pronto nos hemos olvidado del cardenal Agustín García Gasco y sus “pías memorias”, tinglado de fundaciones cuya finalidad era disponer a su antojo de las millonarias dejas y donaciones? ¿Ya nos hemos olvidado de las inmatriculaciones? Esa fiebre codiciosa que se ha despertado en muchos obispos por apropiarse de los bienes del pueblo ¡e incluso de la mismísima Mezquita de Córdoba! “La avaricia lleva a la idolatría”, ha dicho el papa Francisco. ¿Ya nos hemos olvidado de las afiladas uñas del cardenal Rouco, amenazando con Caritas si se rebajan un ápice los privilegios de la Iglesia en España? (El Foro de Curas de Madrid pide urgentemente que el relevo de Rouco sea un obispo del que se pueda decir que es cristiano). ¿Se escandaliza alguien de la vida palaciega que viven y en la que se desenvuelven los obispos, arzobispos y cardenales de la Corte Vaticana?La Corte es la lepra del papado", ha asegurado el papa Francisco. ¿Se escandaliza alguien de Villa Tevere, la espléndida y lujosa sede generalicia del Opus Dei? Ocho palacios que forman un complejo tan inmenso que el mismo monseñor Escrivá solía hacer la siguiente observación: “Os aseguro que puedo tomar a un cardenal en la entrada principal, llevarle a buen paso a través de las instalaciones, pararnos media hora para comer en uno de los doce comedores que hay, seguir la visita, y dejarle salir por la puerta de atrás a la hora de la cena, sin tan siquiera haber visto ni la mitad de la casa”. ¿Nos escandalizamos de las lujosas residencias y del tren de vida que llevan los miembros del Opus Dei, los Legionarios de Cristo y tantos y tantos otros institutos y congregaciones que llenan los países del Primer Mundo? ¿Se escandaliza alguien de que los obispos (incluidos algunos de los países del Tercer Mundo) vivan en palacios ¡con salón del trono incluido!? “Los jefes de la Iglesia han sido a menudo narcisistas, adulados por sus cortesanos” (Bergoglio dixit). Tan acostumbrados estamos de ver los palacios y la vida regalada de estos mandatarios religiosos que no nos damos cuenta de que todos ellos son la más palmaria negación del Evangelio.
Jesús dijo: “Es más fácil que una camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos” Lucas 18,25. Mayor dificultad entraña, si cabe, que la Iglesia se convierta en la Iglesia de los pobres.
Desde los tiempos del emperador Constantino (quizá desde los mismísimos apóstoles que codiciaban y discutían por los primeros puestos), los obispos siempre han buscado el lujo, la riqueza y el poder. Habrá honrosas excepciones, no lo dudo.
Francisco de Asís (cuyo nombre y actitudes evangélicas parece dispuesto a retomar el papa Bergoglio), constató que los monjes de su tiempo habían convertido sus monasterios en verdaderos reductos de poder, donde sus abades vivían y se comportaban como príncipes de este mundo. Por eso no quiso que sus frailes tuviesen casas. Se comienza construyéndolas; poco a poco se pasa a llenarlas de cosas superfluas; luego se atiborran sus estancias de lujos y riquezas… y se acaba por considerar todo eso como justos y merecidos derechos. Al final, se ven obligados a coger las armas para defender sus privilegios, destruyendo de ese modo la paz que Cristo trajo a este mundo.
El papa Inocencio III (considerado por algunos el fundador de los Estados pontificios) vio un enemigo en Francisco de Asís y en sus ideas “revolucionarias”, un atentado contra su concepción hierática de la Iglesia. No se fió un pelo del fraile. ¿Qué era eso de no tener más regla que el Evangelio? ¡Dios sabe adónde iría a parar la Corte Papal y la Iglesia si alguien no le paraba los pies! Y se los paró en seco. Le cambió el Evangelio por una Regla, políticamente correcta… De entonce acá mucha agua ha corrido bajo los puentes, pero poco o nada ha cambiado la mentalidad de la jerarquía católica. ¿Transformó algo el Concilio de Trento? ¿Cambió algo el Vaticano II?
“Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” Mt 8,20. Esta es la respuesta a un escriba que deseaba ser su discípulo.
Probablemente Jesús no inventó ese estilo de vida sino que optó por él. Cuando Jesús descubrió la vida de aquellos “hijos del Hombre que no tenían dónde reclinar la cabeza” se hizo uno de ellos. Voluntariamente se situó en la periferia, donde se encontraban los pobres, los enfermos, los leprosos, los ciegos, los pecadores, los marginados, los desheredados de este mundo…  Quiso compartir su suerte y ofreció su vida para aliviar sus penas y sufrimientos: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré" Mt 11,28. La única forma que tenía Jesús de estar con los pobres es hacerse uno de ellos. Asumió su causa y su suerte no para predicarles la resignación sino para enseñarles a luchar por su dignidad. Seguir a Jesús, ser sus discípulos, supone ser capaces de vivir en lo esencial (sin lo superfluo), provisionalmente, sin la coraza de seguridad que da las posesiones de este mundo.
José M. Castillo ha escrito: La comisión de ocho cardenales, que ha designado el papa Francisco, trabaja intensamente estos días para ofrecer a los cristianos un proyecto de renovación de la Iglesia… Todo esto es conveniente, es importante, es sobre todo necesario. Pero, resolviendo los problemas administrativos, que se refieren a la gestión y al gobierno de la Iglesia, ¿con eso, nada más, esta Iglesia que tenemos va a responder a las cuestiones de fondo que hoy se plantean tantas personas de buena voluntad, que le buscan un sentido a sus vidas y una solución a este mundo tan desquiciado? … el problema capital, que aquí encontramos, está en que el centro de la vida de la Iglesia no es el Evangelio, sino la Religión, con sus “dogmas”, sus “leyes” y sus “ritos”… el problema no se resuelve manteniendo los “dogmas”, reforzando las “leyes”, y haciendo que los “ritos” resulten más solemnes o más fáciles... Todo esto no servirá sino para que la Religión cobre fuerza y la gente sea más “religiosa”… seremos más “religiosos” pero menos “evangélicos”. Si algo hay claro en los evangelios, es que Jesús se puso de parte de los enfermos, de los pobres y de los marginados enfrentándose a muerte con la Religión…”
Después de estas consideraciones y vistos los pasos ¿dubitativos? hacia adelante y hacia atrás, que va dando el papa Francisco [como último botón de muestra, ahí está la solemne y masiva beatificación de los Mártires Españoles del Siglo XX donde el papa salió del paso con un anodino mensaje (dicho con todo respeto), mientras que el cardenal Angelo Amato, su “enviado adlatere”, purpurado de la vieja guardia, se recreaba en una larga homilía, repleta de soflamas político-religiosas] he llegado a la conclusión de que la sombra del gatopardo se cierne sobre el vaticano.
"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi" (Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie). La paradoja expuesta por Giuseppe Tomasi di Lampedusa significa: "cambiar todo para que nada cambie".
Desde entonces, se llama "gatopardista" al político que inicia una transformación revolucionaria pero que en la práctica sólo intenta alterar superficialmente las estructuras de poder, conservando intencionadamente lo esencial de dichas estructuras.
¿Será el caso del papa Francisco? ¿Podrá imponerse a las poderosas fuerzas que le son adversas? ¿En qué quedará esa Iglesia de los pobres que él añora? Ahí están, como decía, las recientes beatificaciones de Tarragona y la del ultraconservador Juan Pablo II que se espera… Me parece que ese “discernimiento” ignaciano del que tanto se habla, no le funciona del todo. En la Iglesia puede que quepan y se puedan integrar distintas “sensibilidades”, pero no hay que confundir sensibilidades diferentes con distintas y opuestas “concepciones de Iglesia”. No se puede servir a dos señores… Jesús no trató de complacer a todos. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. No trató de congraciarse con la religión oficial. Habló claro (sí, si; no, no) y tomo una decisión y un único camino. Por eso lo crucificaron. ¿Le ha fallado al papa el “discernimiento” ignaciano? ¿Acabará la Intendencia Vaticana (de la que habla Celso Alcaína) con el papa Francisco?
 

viernes, 18 de octubre de 2013

MENTIRA, LA DROGA DEL PP


REIR POR NO LLORAR

 Juan José Millás siempre sorprende por su ingenio mordaz. Hay que leer el artículo El mono que aprieta” que publica El País (18 Octubre 2013). Sólo unas frases.

 "Rajoy miente, Montoro miente, Guindos miente, Sáenz de Santamaría miente…
La relación del PP con la mentira es la del toxicómano con la droga. Vive para ella, alrededor de ella, solo piensa en la dosis próxima… Cuando Rajoy dice en Japón que que Fukushima no supone riesgo reactivo… lleva, entre viajes y cambios horarios, más de 48 horas sin mentir. A ver qué drogadicto aguanta eso. Los ministros y los responsables del partido se pasan las mentiras unos a otros como el que pasa una papelina por debajo de la mesa… Hay subsecretarios y directores generales que al no tener la oportunidad de mentir ante las cámaras… se retiran al cuarto de baño y se dicen las mentiras a sí mismos, frente al espejo, como el que desaparece un rato para meterse unas rayas.

lunes, 14 de octubre de 2013

A propósito de las beatificaciones


LA SOMBRA DEL GATOPARDO

¿SE CIERNE SOBRE EL VATICANO?

 Después de escuchar el anodino mensaje (dicho con todo respeto) del papa Francisco y larga homilía, repleta de soflamas político-religiosas del cardenal Angelo Amato, purpurado de la vieja guardia, con motivo de la solemne y masiva beatificación de los Mártires Españoles del Siglo XX, y de leer los comentarios que sobre dicho acontecimiento han escrito José Mª Castillo, José Manuel Vidal, Antonio Duato, Celso Alcaina (interesante y clarificador artículo sobre la Intendencia en el Vaticano) y tantas otras personas que merecen toda mi confianza, he llegado a la conclusión de que la sombra del gatopardo se cierne sobre el vaticano.

"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi" (Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie). La paradoja expuesta por Giuseppe Tomasi di Lampedusa significa: "cambiar todo para que nada cambie".

Desde entonces, se llama "gatopardista" al político que inicia una transformación revolucionaria pero que en la práctica sólo intenta alterar superficialmente las estructuras de poder, conservando intencionadamente lo esencial de dichas estructuras.

¿Será el caso del papa Francisco? Ahí están las recientes beatificaciones de Tarragona y la del ultraconservador Juan Pablo II que se espera… Me parece que ese “discernimiento” ignaciano del que tanto habla, no le ha funcionado en lo que respecta a las canonizaciones. En la Iglesia puede que quepan distintas “sensibilidades”, pero no hay que confundir con distintas y opuestas “concepciones de Iglesia”. No se puede contentar a todos. Jesús no trató de complacer a todos. No trató de congraciarse con la religión oficial. Habló claro (sí, si; no, no) y tomo un único camino. Por eso lo crucificaron. ¡ Ay Dios mío! ¿Le ha fallado al papa el “discernimiento” ignaciano? ¿Acabará la Intendencia Vaticana (de la que habla Celso Alcaína) con el papa Francisco?

 

domingo, 13 de octubre de 2013

Hans Küng y el Gran Inquisidor


EL ENFERMO HANS KÜNG Y EL GRAN INQUISIDOR

Hans Küng, el gran teólogo católico, tiene 85 años y sufre una enfermedad de Parkinson degenerativa muy avanzada. Ante el temor fundado de que la enfermedad destruya en él lo que considera una vida digna y humana, ha confesado: “No estoy cansado de la vida sino harto de vivir”. Ha proclamado el derecho del hombre a morir dignamente de muerte asistida. Ha reabierto el debatido tema de la eutanasia.

Pero no es la eutanasia el motivo de mi breve reflexión, sino las declaraciones que, sobre el caso Hans Küng, ha vertido, G. Müller, Prefecto de la Doctrina de la Fe (antiguo Tribunal de la Inquisición / Santo Oficio). Lejos de meterse en la piel del otro, de tratar de entenderlo, de compadecerse, de atenderlo, acompañándolo en su dolor y trance supremo, ha reaccionado con la inhumanidad a la que nos tiene acostumbrados esa funesta institución. Lo ha juzgado de acuerdo con la normativa vigente del viejo Santo Oficio, recordando al teólogo suizo que Dios es el único dueño de nuestra vida, y que por tanto la eutanasia no es ética ni legal.

Veo una contradicción entre la actitud de este Inquisidor y la postura evangélica que el papa Francisco ha proclamado públicamente: ¿Quién soy yo para juzgar a nadie? Sus palabras han causado asombro, por lo insólitas y osadas. Sin embargo, esa doctrina responde a las enseñanzas de Jesús: “No juzguéis para que no seáis juzgados” (Mt.7,1). Amigo, ¿quién me ha hecho juez entre vosotros?” (Lc 12, 13-14).

 Me pregunto ¿cuál de las dos es la voz de Roma?

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Religión? ¡No. Gracias!


LA RENOVACIÓN QUE NECESITAMOS

 Extractos del artículo de José M. Castillo

 La comisión de ocho cardenales, que ha designado el papa Francisco, trabaja intensamente estos días para ofrecer a los cristianos un proyecto de renovación de la Iglesia. No sabemos lo que, en concreto, están preparando y, por tanto, lo que nos van a ofrecer…

Por supuesto, todo esto es conveniente, es importante, es sobre todo necesario. Pero, resolviendo los problemas administrativos, que se refieren a la gestión y al gobierno de la Iglesia, ¿con eso, nada más, esta Iglesia que tenemos va a responder a las cuestiones de fondo que hoy se plantean tantas personas de buena voluntad, que le buscan un sentido a sus vidas y una solución a este mundo tan desquiciado?

… el problema capital, que aquí encontramos, está en que el centro de la vida de la Iglesia no es el Evangelio, sino la Religión, con sus “dogmas”, sus “leyes” y sus “ritos”. Esto supuesto, el problema no se resuelve manteniendo los “dogmas”, reforzando las “leyes”, y haciendo que los “ritos” resulten más solemnes o más fáciles... Todo esto no servirá sino para que la Religión cobre fuerza y la gente sea más “religiosa”… seremos más “religiosos” pero menos “evangélicos”.

 Si algo hay claro en los evangelios, es que Jesús se puso de parte de los enfermos, de los pobres y de los marginados enfrentándose a muerte con la Religión… En la Iglesia tenemos miedo a afrontar esta toma de postura que asumió Jesús… Tenemos miedo a quedarnos sin religión… Tenemos miedo, sobre todo, a tomar en serio las palabras tremendas que, un día, Dietrich Bonhoeffer escribió desde la cárcel del Tegel, poco antes de ser asesinado por los nazis: “Dios nos hace saber que hemos de vivir como hombres que logran vivir sin Dios. ¡El Dios que está con nosotros es el Dios que nos abandona (Mc 15, 34)! Dios, clavado en la cruz, permite que lo echen del mundo. Dios es impotente y débil en el mundo, y precisamente sólo así está Dios con nosotros y nos ayuda… Cristo no nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y por sus sufrimientos”.  

Lo que nos da miedo es quedarnos… sin dogmas, ni leyes, ni ritos a que agarrarnos, sino únicamente con nuestra identificación con el inmenso sufrimiento de los demás, el inmenso sufrimiento de este mundo en el que tanto se sufre.   

 

jueves, 10 de octubre de 2013

"Le Monde" habla del papa


El papa Francisco visto por “Le Monde”


Del artículo firmado por Sylvie Kauffmann, directora editorial de Le Monde,
extraemos algunas frases:

* Un nuevo animal político se está imponiendo en la escena mediática mundial.

* Visibilidad óptima, sonrisa cálida, verbo hábil, mensaje impactante, el papa Francisco ha conquistado, en el lapso de seis meses, un auditorio que supera ampliamente el de sus fieles.

* A los 77 años, tiene incuestionablemente eso que los profesionales norteamericanos de las relaciones públicas llaman el star power.

* Habla mucho y libremente. Besa, acaricia, bromea, escribe cartas, llama por teléfono, tuitea; y lo más importante: sorprende.

* ¿Qué hará el papa Francisco con su star power? ¿Podrá reformar la Iglesia en profundidad? ¿Será el papa del renacimiento de la comunidad católica?

* Sus gestos de austeridad y sencillez indudablemente tuvieron efecto. También los conceptos que sumó a su mensaje: pobreza, misericordia, discernimiento.

*Tratándose de la Iglesia Católica, estos símbolos no son por sí mismos garantías de cambio.

* Kauffmann, compara al papa Francisco con Mikhail Gorbachov, quien también fue puesto por sus pares al frente de un Imperio en crisis y también sorprendió con gestos inesperados, una audacia nueva en la expresión y el estilo, y promesas de reformas que suscitaron esperanzas muy locas fuera de su país.

* Kauffmann apela a otra comparación: con Xi Jinping, el nuevo presidente de China. La editorialista cita a George Yeo (católico de Singapur, nombrado recientemente por el papa como miembro de la comisión que se ocupará de las cuestiones financieras de la Santa Sede). George Yeo, experto en China, dijo que el papa Francisco y Xi Jinping tienen a su cargo un quinto de la humanidad. China y la Iglesia son ancianas y administradas por mandarines. Ambas aspiran al liderazgo moral. Yeo también dice que tanto la Santa Sede como China están muy atadas al centralismo democrático, consistente en escuchar todas las opiniones de la base pero tomar la decisión arriba.

* El diario concluye: No le deseamos al Papa la suerte de Mikhail Gorbachov (que renunció). Esperamos con impaciencia un encuentro cumbre de Francisco y Xi.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Almudena Grandes versus Jueza Alaya

Jueza Alaya 10 – Almudena Grandes 0

 Mercedes Alaya, jueza que investiga la trama de los ERES, ha sido objeto de críticas y comentarios injustos por parte de políticos socialistas de la Junta de Andalucía e incluso del poder judicial para desacreditarla. El viernes (4 de octubre 2013), la jueza ha vuelto a ser objeto de un ataque con menciones a su físico por parte de la escritora Almudena Grandes, autoproclamada feminista, que escribe para la Cadena Ser. "Cada semana Almudena Grandes nos ayuda a pensar", subtitula sin pudor la emisora.
 He aquí la columna de referencia:
“Era la mujer perfecta. Por su tenacidad, por su resistencia, por su peluquería, por su maquillaje, por su habilidad para combinar prendas y complementos al entrar en su juzgado como si avanzara por una alfombra roja. Abanderada de una feminidad empachosa, su estética empezó a inquietarme mucho antes que su ética. Una madre de familia, con un empleo exigente, cuyo rostro jamás revela el menor signo de cansancio físico a las ocho de la mañana, o no es humana, o no es de fiar.
Ahora ya tenemos indicios contundentes de que Mercedes Alaya no es de fiar. La Fiscalía Anticorrupción la ha censurado con una dureza insólita, por haber dilatado sin motivo la instrucción del caso Mercasevilla, hasta lograr que prescribieran los delitos de dos imputados, que casualmente son hermanos de la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
Les prometo que no voy a hablar de los jueces todas las semanas, pero comprenderán que hoy me pregunte, ¿y ahora, qué? La trayectoria previa de Alaya y este nuevo escándalo consolidan la impresión de un estado donde el poder judicial parece directamente sometido a los dictados del gobierno. ¿Se puede llamar a eso democracia? El viernes pasado me acordé de Cicerón. Hoy, recuerdo a Montesquieu. ¿Y el próximo? Al menos, la verdad sobre Alaya reconfortará a las mujeres imperfectas de España, todas esas madres con ojeras que salen de casa sin haber tenido tiempo para peinarse, y se pintan de mala manera en la parada del autobús".
 He aquí, algunos comentarios que he podido leer:
* Nunca hubiera imaginado de una mujer tan feminista como Almudena Grandes un ataque tan propio del más retrógrado machismo cavernícola.
* Los prejuicios hacia el aspecto exterior de la juez vertidos por la autora de esta columna resultan vergonzosamente patéticos y trasnochados.
* Almudena Grandes manifiesta su complejo de inferioridad y su rabia falsamente contenida contra Alaya. Esto no sólo la deja en ridículo sino que engrandece las virtudes de la juez. El ataque ha sido todo un bumerán para la escritora que se ha retratado a sí misma.
 Y ahora mi glosa:
Almudena Grandes termina su artículo, acordándose de Cicerón. Yo me he acordado de Horacio, de aquella frase suya que dice: “Aliquando bonus dormitat Homerus” que podemos traducir: De vez en cuando incluso el gran Homero se despista, comete errores. Quiero pensar que ese ha sido el caso de la famosa escritora.