Las cosas claras
… nuestros gobernantes han
organizado las cosas de manera que cada
día aumenta el número de personas que rebuscan lo que pueden en los
contenedores de basura… Mientras que, al mismo tiempo… hay quienes se
sienten orgullosos de sí mismos porque se
pueden permitir lujos y caprichos que poca gente en Europa se puede permitir
en estos tiempos.
Los políticos no mienten
cuando nos dicen que a España llega cada día más dinero. Lo que no nos
dicen es que ese dinero le llega a poca
gente, a contadas familias, que nos manejan a los demás…
No hablo de las consecuencias que
este aterrador giro económico ha provocado, y está provocando… la clase
media, si no desaparece totalmente, se va a quedar tan debilitada y tan escasa,
que, dentro de poco, ya no será el motor de la economía de este país.
… el 80 % de la población
quedaremos a merced de lo que quieran hacer con nosotros el 20 % de los más
ricos. Porque ellos sí serán el factor determinante que decidirá cómo
va a funcionar la política, la economía, la justicia, la educación, la cultura
y hasta la religión.
… al hablar de estas cosas, estoy
expresando lo que es el centro de mis convicciones y mis creencias. O sea, lo
que es el centro de mi religión.
Yo leo y releo el Evangelio. Y lo que en él encuentro, en cada
página de ese gran relato, es que el
centro de las preocupaciones de Jesús no fue la religión del templo, sino el
sufrimiento de la gente de la calle. Justamente, lo que no se cansa de
repetir el papa Francisco. Este papa
extraño que, de pronto, se ha hecho presente en la escena mundial. Para
recordarnos a todos - empezando por el clero - que, por muy importante que sea la asignatura de religión en la enseñanza,
es mucho más apremiante remediar el hambre y atender a la salud de niños,
ancianos y enfermos.
… yo sé que Caritas, parroquias, conventos
y otras instituciones similares derrochan caridad y generosidad con incontables
personas necesitadas. Esto es justo y necesario reconocerlo. Tan justo
y necesario como tener presente que la
estabilidad constitucional de un país no se puede cimentar sobre la caridad,
sino sobre la justicia. Yo supongo que nuestros políticos se dan cuenta de
esto. Pero si es que ni de esto se enteran (o no les interesa), que no nos
hablen más de los presuntos crecimientos económicos, que sólo cuadran con sus
cuentas y proyectos. No queremos el
modelo de sociedad que ellos quieren. Queremos una España más igualitaria,
más justa y más honrada. O digamos, por las claras, que ni nos importa su España.
Ni nos interesa su religión.
Extracto del art. “Más lujo y más hambre” de José Mª Castillo (1 Nov. 2013)
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