A Iglesia Católica (¡¡con los angustiosos problemas que agobian a la humanidad!!) no se le ocurre otra cosa que recurrir al obsoleto culto de las reliquias y exhibir en el santuario de Lourdes (¿?) una botellita de sangre papal (de las analíticas que se le practicaron durante su enfermedad).
A estas alturas del siglo XXI, hay que ver lo poco que duró el esperanzador "aggionarmento" de Juan XXIII. El oscurantismo y las supersticiones de la Edad Media siguen... Las duras críticas que Erasmo hizo a la Iglesia del siglo XVI continúan vigentes... Lean, por favor, su "El elogio de la locura". Estamos, quién lo diría, en pleno siglo de Trento. ¡Para ponerse a llorar!
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